(Agraria.pe) La compañía chocolatera arequipeña, La Ibérica, está acelerando su expansión en Perú. Este año abrirá una tienda en el Nuevo Aeropuerto Jorge Chávez y, en 2026, planea inaugurar una Casa Museo en Arequipa. También se preparan para «regresar» a España en dos años.
Antes de asumir como gerente general de La Ibérica, Bernardo Suárez se dedicaba a visitar diversas ferias como gerente de exportaciones de una empresa chilena. Durante su recorrido por la SIAL de París, una de las ferias de alimentos más importantes del mundo, tuvo una reveladora experiencia al probar chocolate y se preguntó: “¿Por qué no está La Ibérica aquí?”.
«Por vueltas de la vida», como le cuenta a Forbes, Suárez volvió a Arequipa y hace cinco años, a sus 50 años, tomó las riendas de la empresa, que fue fundada en 1909 en la Ciudad Blanca. La compañía se encontraba en un proceso irreversible de transformación, buscando expandir su marca más allá de la región y, sobre todo, fuera de Perú. “Acepté con mucho gusto porque creo que la marca tiene un gran potencial”, afirma.
Con esta visión, Suárez, ingeniero industrial de formación, ha promovido un cambio múltiple en La Ibérica. El primer paso fue comercial, y comenzó con un estudio de mercado de su portafolio de productos. “Nos dimos cuenta de que no teníamos una, sino cinco marcas, y decidimos darles espacio a cada una”, explica, refiriéndose a Milky, Fondy, La Ibérica Clásica, La Ibérica Chocolatier y Fábrica de Chocolate. Este conocimiento ha permitido acelerar la innovación, y anticipa que lanzarán 16 nuevos productos este año.
Además, han trabajado en optimizar su cadena de suministro, especialmente en indicadores de servicio, niveles de frescura e inventarios. Suárez indica que actualmente han alcanzado un promedio del 97% en el primero, dos tercios de vida útil de anaquel en la mayoría de sus productos en el segundo, y hasta 16 días de stock en el tercero. Se siente orgulloso de estas métricas, las cuales considera “de clase mundial” y que permiten un uso eficiente de capital de trabajo.
La tercera iniciativa fue automatizar su fábrica en Arequipa, que en cuatro años ha incrementado su capacidad de producción de 25,000 kilos de chocolates terminados al mes a 40,000 kilos. “Finalizamos un proyecto de automatización para estandarizar la calidad, reducir costos e incrementar capacidad”, señala. En esta iniciativa, invirtieron cerca de S/ 20 millones en nueva maquinaria y adaptaciones para su mantenimiento.
A mediano plazo, planean continuar invirtiendo en equipos para seguir el ritmo del crecimiento; “Estamos creciendo en ventas a dos dígitos, y esto nos obliga a pensar en seguir invirtiendo”, menciona, agregando que su facturación ha crecido cerca del 20%. “Hicimos un plan de negocios hace cinco años que finalizamos en septiembre de este año. Vamos a replantear otro plan quinquenal para satisfacer nuestras necesidades y no quedarnos cortos”, añade Suárez.
La cuarta transformación ha sido en la administración, mediante la integración de tecnología en la gestión, con un sistema centralizado que abarca a su personal de 500 personas. Este sistema también se ha implementado en Lima, donde trasladaron todo el equipo comercial para desarrollar el canal moderno y cuentas clave.
¿Qué resultados han obtenido de esta estrategia? Suárez comenta que, actualmente, en Lima venden el doble que en Arequipa, donde tradicionalmente se concentraban la mayoría de las ventas. Además, su rentabilidad está creciendo a ritmo de triple dígito, gracias a la expansión orgánica con nuevas tiendas en la capital. De las 70 tiendas que tienen en total, 27 se encuentran en Lima, y este año inauguraron tres, además de prepararse para abrir una cuarta en el Nuevo Aeropuerto Jorge Chávez en diciembre.
El plan de La Ibérica va más allá de las fronteras peruanas. En 2022, iniciaron operaciones en Chile con una filial que ahora gestiona siete tiendas en centros comerciales de Santiago, planeando abrir dos más antes de que termine el año. También tienen presencia en supermercados y en plataformas en línea. Además, llegaron a Bolivia el año pasado, en asociación con un distribuidor local. “Entramos a Bolivia y nos fue muy bien hasta el verano pasado, pero debido a las huelgas, las carreteras de Puno estaban cerradas hasta mayo”, explica Suárez, refiriéndose a las protestas antigubernamentales de 2022. También menciona que su distribuidor en Bolivia enfrenta dificultades para conseguir dólares, y por eso proyectan establecer su tercera filial fuera de Perú en la segunda mitad de este año.
El ejecutivo también señala que tienen un gran interés en ingresar al mercado argentino y están a la espera de una mayor facilidad para las importaciones en dólares. “Si no encontramos un socio allí, nosotros iremos directamente”, asegura.
La Ibérica espera que Chile, Bolivia y Argentina se conviertan, eventualmente, en sus principales mercados de exportación, dada su cercanía. Para mercados más lejanos como Norteamérica, Centroamérica y Europa, la empresa planea establecerse a través de distribuidores. Ya han comenzado su incursión en Florida, vendiendo inicialmente a minimarkets y restaurantes peruanos y latinos, y desde agosto del año pasado están en la cadena Sedano’s, enfocada en productos latinos. “Hemos estado creciendo mes a mes”, comenta Suárez, quien busca ampliar su presencia, incluyendo la cadena Publix Super Markets.
Además, La Ibérica está en negociaciones para ingresar a Walmart en México, donde ya poseen permisos de comercialización para Milky, que competirá con marcas como Snickers y Mars. “Walmart es un gigante. Vamos a ir con calma porque podría consumirnos demasiado. Queremos avanzar paso a paso”, aclara Suárez. También están “listos” para realizar su primer envío de chocolates a Ontario, Canadá, planeando exportar un contenedor junto a otra empresa peruana.
Un objetivo que les entusiasma es Europa, comenzando por España, “por obvias razones: somos La Ibérica”, comparte Suárez. Parte de la familia fundadora todavía vive allí, al igual que muchos de sus accionistas. ¿Cuándo sucederá? Suárez estima que será en 2026, y actualmente están trabajando en el cumplimiento de los aspectos legales y registros necesarios. “Una vez que todo esté listo, que esperamos sea en un año o año y medio, podremos ingresar a España. Nuestra entrada a Europa tiene que ser a través de España”, concluye.
La Ibérica cuenta con 72 tiendas en Perú (cinco de ellas abiertas en 2024) y 7 en Chile, donde abrirán dos más este año. La compañía está también por inaugurar un taller de chocolatería artesanal de 120 metros cuadrados en la casona de los Vidaurrázaga Menchaca, en el centro de Arequipa. Este taller estará dedicado a recuperar la producción de chocolates artesanales, como mazapanes, y en 2025 planean transformar el espacio en una Casa Museo que celebrará la historia de la marca. La inversión total para el taller y la Casa Museo asciende a US$ 1 millón.
A principios de 2023, el precio de la tonelada de grano de cacao se cuadruplicó, pasando de aproximadamente US$ 2,500 a más de US$ 10,000. Para enfrentar esta situación, La Ibérica decidió acopiar más cacao del Chuncho del Valle de La Convención en Cusco, de donde obtienen grano de cerca de 500 familias desde hace años. “Cuando empezaron a subir los precios en serio, teníamos un alto inventario y no hemos dejado de comprar”, dice Suárez. La escasez mundial de cacao también condujo a la empresa a adquirir variedades nativas de Madre de Dios y Ucayali. “El beneficio es que promediamos precios altos actuales con los bajos del año pasado, así que nuestro costo promedio no se vio tan afectado”, añade, aclarando que mantuvieron los precios de sus productos hasta mayo, cuando incrementaron un 9.6%.
La empresa se focaliza en generar eficiencias mediante nuevos productos y estrategias comerciales. Suárez descarta la idea de producir cacao por su cuenta, enfatizando la importancia de la relación que tienen con los agricultores desde hace tanto tiempo. “No quiero competir con ellos, tenemos buenas amistades que nos han ayudado mucho este año”, concluye.
Fuente: Forbes Perú