(Agraria.pe) El Perú es reconocido por ser uno de los proveedores de frutas y hortalizas más sobresalientes del mundo y ha logrado posicionarse en los primeros lugares de ventas comerciales de varios productos. Esto ha sido gracias a varios factores, como las políticas y legislaciones locales de fomento, los tratados de libre comercio, los proyectos de irrigación, la liberación de restricciones fitosanitarias, la adopción de nuevas tecnologías y, por supuesto, la gestión operativa para la obtención de certificaciones agrícolas.
Así lo señala Ángelo Lazo, representante de GLOBALG.A.P., quien destacó que los mercados internacionales tienen políticas muy estrictas cuando se trata de proteger la salud de sus ciudadanos y el impacto que generan las cadenas de abastecimiento de las industrias, por lo que están constantemente vigiladas por organismos no gubernamentales con mucha credibilidad en la población. Los actores como los supermercados tienen que establecer estrategias para gestionar los riesgos asociados y buscan proveedores que respeten la legislación de la cadena de suministro para proteger así la reputación de sus productos.
En ese escenario, dijo que los productores peruanos han logrado ofrecer una calidad de productos altamente reconocida y con la certificación logran visibilizar la calidad de sus procesos productivos, los cuales son percibidos como una garantía para minimizar los riesgos de los cuales se quieren proteger los supermercados.
“Los productores peruanos están alineados con la agricultura responsable, los cuales tienden a ser más conscientes del rol de la producción agrícola y el impacto que puede tener sobre la salud de los consumidores, la responsabilidad con sus trabajadores y con el medio ambiente”, manifiesta.
GLOBALG.A.P.
Sobre la norma GLOBALG.A.P. IFA, indicó que es un manual que colecciona las instrucciones de cómo se debe producir para poder vender los productos a los supermercados y distribuidores de alimentos que demandan la certificación. Actualmente, su credibilidad ha conseguido adherir alrededor de 60 empresas minoristas y servicios de alimentación de los principales mercados de alimentos a nivel mundial.
De no existir esta herramienta, los productores tendrían que incurrir en costos adicionales de transacción para conocer de cada cliente cuáles son sus requerimientos comerciales con respecto a la forma de cómo producir o tendrían que recibir múltiples auditorías de segunda parte para poder garantizar que las prácticas que implementan son las adecuadas.
El efecto positivo de la estandarización de la norma de certificación GLOBALG.A.P. se evidencia cuando ha contribuido a conectar a más de 8000 productores peruanos con diferentes compradores en los principales mercados del mundo y contar con alrededor de 70 líneas de productos agrícolas certificados.
Contar con la certificación GLOBALG.A.P. no sólo significa generar confianza en los clientes para acceder a mercados internacionales, significa también asumir la responsabilidad de liderar y fomentar el desarrollo de la economía agrícola del país.
Dato
. Uno de los pilares de GLOBALG.A.P. es la armonización con otras normas de certificación para reducir el número de auditorías y costos adicionales a los productores. Es así como se ha logrado armonizar con los programas como Tesco Nurture, Ahold Grow, Siza y SAI Platform, los cuales han sido incorporados como módulos anexos a la norma IFA conocidos como GLOBALG.A.P. Add ons. En esa misma línea, la norma IFA auditada en conjunto con el Add on FSMA PSR han sido reconocidos recientemente por el FDA como una solución que está alineada con los requerimientos de la Ley de Modernización de la Inocuidad de los Alimentos, la cual es indispensable para poder comercializar los productos perecibles en los Estados Unidos.
. El Perú cuenta con el mayor número de productores certificados GLOBALG.A.P. en Latinoamérica (8113 productores) y es el octavo país en número de hectáreas con certificación GLOBALG.A.P. a nivel mundial (132,700 ha). Actualmente existe un amplio potencial de incorporar más productores en la cadena exportable, especialmente a pequeños productores de la sierra.
