Otras medidas incluyen un autogravamen, creación de un Consejo Nacional del Café e incorporación de cafés especiales en beneficios del drawback.
(Agraria.pe) Un dato clave en el gran debate sobre la forma en que el próximo gobierno deberá abordar el tema del desarrollo agrario hacia el largo plazo es que la edad promedio entre los productores está en los 55 años y no hay recambio generacional a la vista. Ante ello, Lorenzo del Castillo, gerente de la Junta Nacional del Café (JNC), comentó para Agraria.pe que durante la campaña electoral el gremio caficultor tuvo una reunión con Mercedes Aráoz, hoy segunda vicepresidenta electa, y José Manuel Hernández, jefe del plan agrario de Peruanos Por el Kambio, para plantear alternativas a este problemática en el sector caficultor. La idea básica que se propuso fue trabajar en dos rutas: posibilitar la jubilación de los productores e incorporar jóvenes en la actividad cafetalera.
“Tuvimos una reunión con Mercedes Aráoz y José Manuel Hernández, así como otros directivos del movimiento político que ganó las elecciones y vimos que en la agricultura, y caficultura en especial, hay el tema del envejecimiento de los agricultores y la migración de los jóvenes a la ciudad, lo que hace que la sostenibilidad agraria sea inviable. Planteamos trabajar en dos rutas: uno, generando una caficultura que permita al cafetalero tener una posibilidad de jubilación en los próximos diez años. Para esto propusimos asociar café con agroforestería, de tal manera que haya seguridad social para los productores que tienen 55 años y en 10 años salen del mercado laboral. El otro camino es apoyar procesos de incorporación de jóvenes con oportunidades de acceso a empleo digno en las diversas fases de la actividad cafetalera”, comentó el vocero gremial.
Reveló además que la JNC ya viene trabajando en este proceso con buenos resultados en cooperativas del norte del país que tienen como directivos y ejecutivos a jóvenes formados en el movimiento cooperativo, lo que ha permitido a estas organizaciones ganar mayor productividad, confianza en el mercado y desarrollar un café de alta calidad.
Más medidas
En esa perspectiva, Lorenzo del Castillo, consideró que hay otras medidas de alto impacto para el sector que pueden adoptarse con la nueva administración de gobierno como incorporar los cafés especiales certificados y acreditados en los beneficios del drawback a fin de compensar los sobrecostos que genera esta línea de valor agregado en el café.
Con igual énfasis, señaló el problema en que se encuentran los productores para honrar los créditos comprometidos con el sector financiero, por lo que se requieren medidas especiales como la reprogramación de créditos y reducción de las tasas de interés.
Otro elemento que consideró primordial es apoyar la institucionalidad de la caficultura peruana creando un Consejo Nacional del Café que incluya a todos los actores de la cadena con criterio autónomo, recursos y tareas ejecutivas, tal y como funcionan los consejos e institutos del café en América Central, Brasil o Colombia. Esto permitiría que el Estado escuche al sector privado y se faciliten alianzas público privadas.
Como medida extra, propuso establecer un mecanismo parafiscal o autogravámenes que permitan al sector privado generar labores de promoción del café en el mercado interno para incentivar el consumo y generar una estrategia unitaria para la caficultura, superando así el divorcio entre el Ministerio de Agricultura y el sector privado, lo que habría impedido construir alianzas en base a la confianza.
“La caficultura debe partir de un criterio de rentabilidad, en las condiciones actuales no es un cultivo que la genere por diversos factores, sobre todo el cambio climático, que es una amenaza y obliga a la reconversión de la caficultura para trabajar en mecanismos que permitan la mitigación de este problema. Hay que trabajar de cara a futuro en un mercado con acreditación de café que tenga huella de carbono de no emisión de gases, así como inversión en tecnología”, pidió del Castillo.
Gestión saliente
Finalmente, sobre la gestión agraria del gobierno del presidente Humala, el líder de la JNC señaló que tuvieron un inicio con mucha expectativa que luego devino en frustración, especialmente por el desarrollo de estrategias sin diálogo como la que se adoptó frente a la plaga de la roya –que, dijo, tuvo errores en la distribución de kits de control- y la anulación del Consejo Nacional del Café, que era un espacio de concertación, con lo que el Gobierno habría impuesto sus criterios para el sector de forma unilateral.
“Haber incorporado masivamente un cultivar como los catimores, que tienen menos calidad de taza para un mercado exigente pone al Perú en una situación difícil. Además, no haber trabajado con el sector privado organizado es una actitud no democrática y eso se expresa ahora en la falta de estrategias para promocionar el café en mercados internacionales. Teníamos muchas expectativas de que se genere una diplomacia del café, lamentablemente el Minagri y la gestión de Juan Benites han sido desafortunadas”, concluyó.