(Agraria.pe) Más de 60 toneladas de semillas de papa con alta calidad de las variedades INIA 303 Canchán, Yungay y Peruanita, ha producido el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) en 4 hectáreas semilleras, instaladas en el Centro Poblado de Satica, provincia de Cangallo (Ayacucho) con la finalidad de mejorar la productividad agraria de los productores de la zona.
Por su alto valor genético, estas semillas tienen la capacidad de tolerar las principales plagas que afectan al cultivo, poseen altos niveles de vitaminas y minerales, así como una buena adaptabilidad a tipos de clima, contribuyendo con el incremento de la rentabilidad económica del pequeño y mediano productor.
Con este material genético, los productores podrán incrementar en más de 80% el rendimiento productivo de sus hectáreas, obtener tubérculos con alta calidad y competitividad para los diferentes mercados, así como con altos niveles de minerales, antioxidantes y vitaminas ideales para combatir la anemia, algunos tipos de cáncer, entre otros.
Para la producción de este lote de semillas, el INIA a través de la Estación Experimental Agraria Canaán, ha realizado análisis de fertilidad del suelo con fines agrarios, la formulación adecuada de los fertilizantes a emplear, el abonamiento orgánico, un eficiente manejo agronómico del cultivo, buenas prácticas agrícolas y la conservación de los suelos y aguas subterráneas.
Del mismo modo, el INIA ha transferido tecnologías agronómicas para que los productores puedan mejorar el monitoreo de las hectáreas usando cámaras multiespectrales, monitoreo de la sanidad de los cultivos, fortalecer la instalación de las semillas, optimizar el uso del recurso hídrico, empleo de drones fumigadores de alta capacidad, entre otros de importancia.
La implementación de campos semilleros es una estrategia que impulsa el INIA a nivel nacional para incrementar semillas de cultivos con alto valor, impulsar la generación de variedades de alta calidad, fortalecer la calidad del suelo agrario, reducir las pérdidas de las plantaciones por virus o plagas, así como transferir tecnologías agronómicas, que permitan potenciar la rentabilidad económica del productor.