Esperanza Dionisio y José Luis Arroyo demuestran que el cultivo cacaotero peruano ha sabido resurgir y proyectarse al futuro gracias al esfuerzo de los productores e instituciones comprometidas con su capacitación.
(Agraria.pe) Con la proximidad de una nueva edición del Salón de Cacao y Chocolate en Lima (del 11 al 14 de julio), la iniciativa “Bélgica contigo” que reúne a diversos aliados que trabajan por la sostenibilidad del sector cacaotero en Perú y Ecuador, comparte algunas historias de vida destacadas de productores peruanos.
Esperanza Dionisio
Es actual gerente general de la Cooperativa Agraria Cafetalera Pangoa y es una reconocida agrónoma, líder del sector cafetalero desde hace más de dos décadas. Se trata de la primera mujer que ocupa un cargo de gerencia en el sector. Además, ha sido nombrada campeona de sostenibilidad de la Specialty Coffe Association, premio internacional que reconoce a quienes respaldan el crecimiento sostenible en la industria del café.
Natural de Muquiyauyo (Junín), recuerda que su región se distinguía por la participación mayoritaria en los trabajos comunales. En 1968 ingresa a la Universidad Agraria La Molina, junto a tan solo 12 mujeres y fue advertida de que no iba a recibir ayudas de ningún tipo por su género. Así, al culminar sus estudios universitarios vuelve a Satipo, donde se dedica a la agricultura tropical.
Posteriormente comienza a trabajar en la Cooperativa con 22 años de edad tomando el desafío de un ingeniero que le dijo sobre el trabajo: “si no lo hace un hombre, a ver que lo haga una mujer”.
Esperanza tuvo que empezar haciendo todo ella misma, incluyendo los documentos administrativos, con lo que fue entendiendo cómo era una cooperativa y su tipo de relación con los socios. “Al inicio fue duro porque tenía que convencerlos que podía ayudarlos en la parte técnica porque ellos pensaban que por ser hombres sabían más que yo”, recuerda. Es por esto que se capacitó además en educación para adultos, de tal manera que encontrara la mejor manera de relacionarse con ellos.
Tras su paso por Satipo, pasó a Pangoa y los directivos la enviaron a Brasil y Costa Rica, donde se capacitó. Con ese bagaje abrió su oficina de asesoriamiento privado, pero ante la eventualidad del terrorismo tuvo que trasladarse a Ica, donde se dedicó a otras actividades en las que tuvo que enfrentar el machismo nuevamente.
Fue en 1995 que decidió regresar a Pangoa con su esposo y dos años después se incorpora a la cooperativa de Pangoa en la parte admnistrativa, ahí asume la gerencia. “Estábamos endeudados, el balance en rojo. Se debía a muchas personas y empresas”, apunta, refiriendo el tamaño del desafío al que se enfrentaba.
Ella logró cambiar radicalmente ese escenario y dirigir la organización hacia el éxito, convirtiéndola en una de las cooperativas líderes en exportación con certificación orgánica y de comercio justo que da trabajo a más de 700 personas.
Su historia se complementa notablemente en 1997 cuando, consciente de la poca valoración que existía al trabajo de las mujeres agricultoras y empresarias del café, creó el Comité de Mujeres (CODUMU) de la Cooperativa Pangoa para promover el liderazgo, el empoderamiento y la capacitación de las mujeres.
De esta manera, Esperanza Dionisio se ha convertido en un motor de desarrollo para el distrito de Pangoa, impulsando estrategias vinculadas a la juventud en el agro, la inclusión de mujeres en cuadros de mando y la diversificación del negocio a rutas chocolateras, trabajo reforzado por la ONG Rikolto y donantes como la cooperación belga.
José Luis Arroyo Unchupaico
Ingeniero agrónomo de la Universidad del Centro (Huancayo), proviene de una familia de agricultores que se dedicaron al cultivo de café, plátano y yuca. Ahí fue que nació en él la vocación de promover la calidad de vida de los peruanos del mundo rural. “Una de las problemáticas que más me llamó la atención era por qué los agricultores venden el producto a tan bajo costo. Es por eso que decidí enfocarme en trabajar el capital humano y principalmente, mejorar la calidad del producto”, dice.
De esta manera, ha trabajado con 500 agricultores, a quienes ofreció 70 capacitaciones. Con ellos trabajó especialmente en la cosecha, a la que no le estaban dando la atención debida. En ese trato aprendió la importancia de la humildad y la paciencia para conectar con agricultores que no han acabado el colegio y a quienes hay que saber escuchar y guiar de tal forma que sistematicen sus labores y alcancen una buena calidad de producto.
“Uno de los principales aprendizajes que tengo en mi trabajo es respetar la metodologìa de cada agricultor y que cada tierra es diferente pese a estar situadas en el mismo territorio”, explica. Agrega que cada metodologìa merece ser respetada pues es fruto de mucho tiempo de trabajo en campo.
En 2018, José Luis estuvo a cargo del entrenamiento de jóvenes de la Cooperativa para la certificación por competencia en gestión de la calidad del cacao y chocolate, para su acreditación con SINEACE y APPCACAO. La certificación se logró con apoyo de la ONG Rikolto y donantes como la cooperación belga. Hoy, se encuentra en la implementación de cuatro parcelas agroforestales de cacao con cuatro socios de la Cooperativa, iniciativa impulsada junto a la ONG Rikolto, con el fin de incidir en las iniciativas regionales.
Ahora está convertido en especialista en gestión integral de calidad, asiste a diferentes eventos de capacitación y asumió en el staff de catadores en el XIII Concurso Nacional de Cacao de calidad, organizado por APPACCAO y las entidades del sector público (Minagri, Senasa) y las cooperativas.
Datos
• El Salón del Cacao y Chocolate es un evento que se realiza anualmente en la ciudad de Lima (Perú) y busca integrar a los diferentes agentes económicos nacionales e internacionales. Se realizará del 11 al 14 de julio en el Centro de Exposiciones del Jockey Plaza.
• El stand impulsado bajo la iniciativa “Bélgica contigo” reúne a diversos aliados que trabajan por la sostenibilidad del sector cacaotero, que provienen de Perú y Ecuador, dos de los principales países productores en la región latinoamericana.
• Se encuentran la Embajada de Bélgica en Perú, Cooperativa Agraria Cafetalera Pangoa (organización peruana de productores), DRIS-Desarrollo Rural Sustentable (ONG peruana), Amarcy (reserva comunal peruana), Pacari (empresa de chocolates ecuatoriana), Rikolto (ONG internacional), BOS+ (ONG internacional), Fortaleza del Valle (organización ecuatoriana de productores), UOPROCAE (organización ecuatoriana de productores), Conexión Chocolate (empresa ecuatoriana de chocolates), entre otros.
Foto: Mónica Suárez Galindo / PNUD Perú