(Agraria.pe) Para la campaña peruana de uva de mesa 2024/2025, los factores climatológicos se han convertido en una gran preocupación teniendo en cuenta lo ocurrido en las dos últimas temporadas. En líneas generales se espera mejores tiempos; sin embargo, hay que tomar las previsiones del caso, por ello conversamos con la subdirectora de Predicción Agrometeorológica del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), Carmen Rosa Reyes Bravo para que nos cuente cómo podría ser el comportamiento del clima en esta oportunidad.
La especialista señaló que para el periodo julio-agosto, en la franja costera peruana se esperaría temperaturas nocturnas por debajo de su promedio histórico y diurnas de normales a inferiores con respecto a su climatología; asimismo, se prevén lluvias de escasas a nulas, lo cual es habitual para este periodo.
Respecto a la zona andina anotó que es más probable la prevalencia de días con temperaturas de normales a cálidas; mientras que, las temperaturas nocturnas predominarían con valores similares a la normalidad. En cuanto a las lluvias, se prevé valores dentro de sus rangos normales, excepto en la sierra noroccidental, donde se esperarían lluvias entre normales a inferiores a lo habitual.
Mientras que en la región amazónica las condiciones térmicas diurnas y nocturnas más probables se encuentran entre normales y por encima de sus valores históricos; en tanto que, las lluvias registrarían valores dentro de lo normal en la selva norte, y de normales a inferiores a lo normal en la selva central y sur.
¿Algún fenómeno climatológico significativo?
Señaló que, de manera general, se espera que las condiciones térmicas a lo largo de la franja costera peruana predominen con valores de normales a ligeramente frías; ya que, según el último comunicado de la Comisión Multisectorial encargada del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (ENFEN), en la región Niño 1+2 que abarca la costa norte y centro del Perú, entre julio y septiembre se esperaría temperaturas frías débiles; situación que se normalizaría hacia octubre, noviembre y diciembre.
“En el Pacífico central (región Niño 3.4) desde julio hasta diciembre son más probables las condiciones frías intensificándose hacia fin de año, señalando un posible desarrollo del evento La Niña en el Pacífico central” (ENFEN).
Lluvias en zonas productoras
En la franja costera, el avance de la campaña agrícola en curso de los diversos cultivos tendría lugar sin cambios significativos, ya que prevalecerían las condiciones normales, especialmente entre junio y septiembre. Sin embargo, no se descarta la ocurrencia de lluvias por encima de su promedio climático, especialmente durante el mes de octubre en la costa norte y centro, generando un ambiente favorable para una mayor incidencia de problemas fitosanitarios y cambios en el comportamiento agronómico de los cultivos.
De otro lado, indicó que en la región andina, no se descarta que, las primeras siembras que se dan de manera habitual entre julio y septiembre, sean afectadas por la escasez de humedad y un incremento de necesidades hídricas, ya que es más probable la prevalencia de lluvias de normales a inferiores a su patrón histórico, especialmente en la vertiente occidental.
Tendencia climática en últimos años
Indicó, que durante los últimos años se ha observado un incremento de los eventos climáticos extremos tanto en su intensidad y frecuencia, como consecuencia del cambio climático; tal es el caso del ciclón Yaku que generó vientos que influyeron en el incremento significativo de la temperatura y la humedad en la costa norte y centro, lo cual propició la generación de lluvias intensas en este ámbito durante el verano 2023.
“Estas lluvias generaron la activación de quebradas y desbordes de ríos, los cuales finalmente ocasionaron la afectación y pérdidas de superficie agrícola y población pecuaria desde Tumbes hasta Ica, principalmente”, comentó.
Factores climáticos influyentes
Sobre los factores climáticos influyentes que se han presentado en el Perú en los últimos años, la ingeniera Carmen Rosa Reyes Bravo dijo que durante la época de lluvias las principales forzantes climáticas son Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT) y el Anticiclón del Atlántico Sur que propicia lluvias en el norte y centro del país; la Corriente en Chorro y la Alta de Bolivia que favorecen la presencia de lluvias en el centro y sur de la región andina; así como la baja amazónica que es responsable de las lluvias en la selva.
Por otro lado, precisó que durante el periodo de estiaje (otoño e invierno) de manera general, se registran precipitaciones sólidas (granizos y nevados) en la sierra sur como consecuencia de la actividad de la Depresión Atmosférica de Niveles Altos (DANA), la misma que impacta en las condiciones meteorológicas de a costa sur. Así también, la intensidad y ubicación del Anticiclón del Océano Pacífico Sur regula las condiciones meteorológicas en la costa y sierra occidental del territorio nacional.
“En este mismo periodo, en la región amazónica se registran descensos bruscos de temperaturas acompañados de vientos fuertes y lluvias (friajes) producto de los frentes fríos que se desplazan desde la Patagonia y pampas argentinas hacia al noreste de Sudamérica”, mencionó.
Tecnología para predecir el clima
Una preocupación constante es si existen nuevas tecnologías o métodos que los agricultores puedan adoptar para proteger sus cultivos de uva de mesa frente a las inclemencias climáticas.
Al respecto, la funcionaria dijo que, desde el punto de vista agrometeorológico, las tecnologías permiten fortalecer la calidad de los servicios de vigilancia y predicción agrometeorológica, así como mejorar la oportunidad de la provisión de los mismos que permita incrementar la productividad y minimizar las pérdidas asociadas al factor climático.
“Por ejemplo, es posible planificar de manera adecuada y efectiva las campañas agrícolas en función a los pronósticos agrometeorológicos de corto y mediano plazo, y asimismo, realizar actividades agrícolas basadas en la información agrometeorológica en tiempo real y la agricultura de precisión, con un enfoque hacia una agricultura climáticamente inteligente, a fin de desarrollar sistemas agrícolas sostenibles, eficientes y resilientes a las variaciones climáticas”, explicó.
Fuente: Provid Digital (Revista de la Asociación de Productores de Uva de Mesa del Perú – PROVID)