24 agosto 2018 | 10:22 am Por: José Carlos León Carrasco | jcleon@agraria.pe

Señaló Lorenzo Castillo, gerente de la Junta Nacional del Café (JNC)

“Existe desaliento en la caficultura peruana por parte de los productores”

“Existe desaliento en la caficultura peruana por parte de los productores”

En la actualidad el sector cafetalero atraviesa una de las mayores crisis con precios bajos, contracción en el mercado, incremento de plagas y una deuda creciente cuyo pago en las condiciones actuales resulta inviable. Así, hoy se celebra el Día del Café Peruano.

(Agraria.pe) Hoy se celebra el Día del Café Peruano (se conmemora el cuarto viernes de agosto). Dicho grano es de gran importancia para nuestro país puesto que es el principal cultivo instalado el nuestro territorio (420 mil hectáreas) y el principal producto de agroexportación por parte de Perú (US$ 726 millones el 2017).

Agraria.pe conversó con el gerente de la Junta Nacional del Café (JNC), Lorenzo Castillo Castillo, quien indicó que en la actualidad el sector cafetalero atraviesa una de las mayores crisis (comparable con la que se vivió a comienzos del año 2000) con precios bajos, contracción en el mercado, incremento de plagas y una deuda creciente  cuyo pago en las condiciones actuales resulta inviable y que ha generado  notificaciones de embargo a fincas por parte de Agrobanco.

“Existe un desaliento en la caficultura peruana por parte de los productores de todas las regiones del país, este escenario nos enfrenta además con una indiferencia, por no decir exclusión, por parte del Gobierno, a pesar de persistentes demandas de los productores y de la cadena en general”, señaló.

Lorenzo Castillo, detalló que el Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) pronosticó para el presente año una cosecha de 360 mil toneladas de café pergamino (entre enero y junio del 2018 se cosecharon 266 mil toneladas y se estima una recolección adicional de 95 mil toneladas de julio a diciembre), a un precio de  S/ 5.41 por kilo, cuando el costo de producción (con tecnología media) está en S/ 8.50, generando una pérdida de S/ 3.09 por kilo, y que si se considera la cosecha estimada (360 mil toneladas)  las pérdidas para los productores superarían los S/ 1.100 millones.

Exportaciones siguen en caída
En lo que respecta a la exportación, Castillo dijo este año habrán más embarques (por mayor producción) pero habrá menos dinero en el bolsillo del productor. Detalló que en el primer semestre del 2018 los envíos de café sumaron US$ 135 millones (1.139.000 quintales), registrando una caída de 22% respecto a los US$ 176 millones (1.240.000 quintales) alcanzados en igual periodo del año anterior. “Como se aprecia, la disminución en volumen no es tanto comparado con la reducción en el valor”.

Agregó que la perspectiva por parte de la JNC es que al cierre del año se embarquen 5.500.000 quintales (puede llegar a 5.600.000 quinales), cifra levemente superior a los 5.380.000 quintales  despachados el 2017. En valor este año se alcanzaría los US$ 685 millones (o US$ 690 millones), contra los US$ 726 millones del 2017.

“El precio sigue cayendo y no hay expectativa de mejora. Nosotros estimamos un precio promedio de US$ 122 el quintal (actualmente es de US$ 118 el quintal). En la medida que todavía haya volúmenes importantes de cafés certificados y/o especiales, que también registran contracción, serán ellos los que seguirán sosteniendo los despachos de café”, sostuvo.

Cultivo estratégico
Lorenzo Castillo dijo que en las condiciones actuales el café no es rentable para el pequeño productor. “En las condiciones actuales seguir generando expectativa es ir incrementando pobreza en el campo, por eso el desafío que tienen las instituciones de productores es lograr que el Estado mire al café como una oportunidad para reducir pobreza y generar empleo donde el Estado no tiene presencia que es en la selva alta del país, y que lo mire con criterio estratégico de seguridad económica y social, toda vez que el café es el que mitiga la expansión de los cultivos de coca que se vienen incrementando en los dos últimos años.”

En ese sentido, indicó que para evitar que productores que pasaron de sembrar cultivos ilícitos a cultivos legales (principalmente café) vuelvan a su anterior actividad el Estado debe tener una política de reducción de costos, adecuado soporte técnico y establecer incentivos a los cafés especiales y/o certificados para poder alentar esa ruta de mejora constante. Además, señaló que es importante generar institucionalidad, fomentando la asociatividad de los pequeños productores para realizar economía de escala.

“En las condiciones actuales en las que el Gobierno ha decidido bloquear las inversiones en el café, está alentando el abandono del café y por consiguiente la expansión de la coca porque  los productores tienen que buscar otra alternativa”, sostuvo.

Plan de renovación y PNAC
Sobre el Plan de Renovación de Cafetales, que tenía como meta renovar 80 mil hectáreas de dicho cultivo tras el ataque de la roya amarilla, Lorenzo Castillo dijo que desde el inicio del actual Gobierno en julio del 2016 se cancelaron los fondos que se otorgaban a los productores afectados.

Señaló que según el Minagri se renovaron 37 mil hectáreas de cafés, además con inversión de los productores y cooperativas se renovaron 20 mil hectáreas más.  Sin embargo si se desea mejorar la producción y ser un país con una economía cafetalera es necesario la renovación de 250 mil hectáreas (de las 420 mil que comprende el parque cafetalero) en un plazo de 10 años. 

En cuanto al Plan Nacional de Acción del Café (PNAC), mostró su preocupación en que dicha propuesta no se consolide debido a la indiferencia por parte de los altos niveles del Gobierno que se observa en la asignación del presupuesto. “Son dos años que este Gobierno ha abandonado este plan (el quinto plan nacional en los últimos 20 años)”.

Como se recuerda el PNAC es una iniciativa liderada por el Ministerio de Agricultura y Riego y el Consejo Nacional del Café que buscar mejorar el desempeño social, económico y ambiental del sector café a nivel nacional, y contribuir a mejorar los medios de vida de los productores, mitigando los efectos del cambio climático, y protegiendo los bosques y los ecosistemas.

Destacó que su representada planteó al Gobierno, además de una reconversión de café, incentivar la reconversión de cafetales asociados a la agroforestería, eso mitigaría el daño climático, establecería una capitalización a la finca y sirviría como un fondo de jubilación al productor. Asimismo, el Estado puede recuperar con rentabilidad la inversión con la venta de bonos de captura de carbono. 

Plagas en el campo
El dirigente cafetalero también sostuvo que la roya sigue latente en todas las regiones cafetaleras del país. Refirió que en el 2017 el Senasa hizo un reporte donde indica que el 25% de las zonas cafetaleras del país reportaban roya, encontrándose inclusive en cultivares de catimor que fueron promovidos por el Gobierno, lo que significa un grave problema para la economía de esas zonas, pues se supone que era un tipo resistente a la roya.

“Para que las plantas sean resistentes a la roya amarilla se requiere realizar buenas prácticas agrícolas, es decir manejar adecuadamente el cultivo, fertilizar apropiadamente pero con los precios actuales del café no se puede realizar ese trabajo”, comentó.

Cierre de Agrobanco significa evitar reactiviación de agricultura familiar
Sobre el cierre de Agrobanco y reemplazarlo por MiAgro el vocero definió que dicha liquidación significa cerrar la oportunidad a la reactivación de la agricultura familiar y la actividad del café y otros importantes cultivos.

“El cierre de Agrobanco es una decisión política del grupo de poder económico que maneja el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Dicha cartera es la que ha orientado en los últimos años la descapitalización y la inercia de Agrobanco para tener la justificación de liquidarlo en vez de reactivarlo. La creación de Mi Agro es una agresión a los agricultores”, manifestó.

El gerente de la JNC indicó que en la circunstancia actual, frente a una crisis económica social, los productores han venido incrementado pasivos con proveedores locales, lo que tiene un límite que agrava la difícil situación del sector cafetalero.

“El Gobierno acaba de dar un bono y está subsidiando la inversión de industria de la construcción, inclusive ya no solo es bono para el buen pagador sino al que alquila vivienda. En el agro se necesita este incentivo y no lo hay”, finalizó.
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