Colombia y Ecuador están dejando de cultivar este fruto, lo que deja el campo libre a los productores peruanos. El crecimiento en hectáreas y producción ha sido vertiginoso en los últimos años.
(Agraria.pe) Si hay una fruta que desde siempre fue bien cotizada en los mercados, esa es la granadilla. Esto explica porqué en los últimos 10 años trepó de una producción de 18.000 toneladas en 2.400 hectáreas, hasta las 50.000 toneladas actuales en 5.800 hectáreas.
Los datos los aporta William Daga, especialista en frutales de la Dirección General Agrícola del Minagri. Él apunta que las mayores zonas de producción son Villa Rica (Pasco), Monobamba (Junín), Huánuco, La Libertad y Amazonas. Sin embargo, a pesar del auge, el volumen de lo que se exporta es ínfimo.
“Todo va al mercado local, lo que se exporta está en alrededor de los 50 mil dólares, es muy poco, representa casi 1 por ciento, nada más. Pero sí hay mercado, ya que Colombia ha dejado de lado el cultivo, Ecuador también, porque tienen otras pasifloras con mejores precios; es un mercado ganado con un producto conocido que Perú puede aprovechar”, dice.
Para aprovechar el potencial se requiere mejorar la calidad, señala, pues se está haciendo común que se presente con cáscara blanda y manchada, lo que revela un manejo poscosecha muy descuidado, tanto en la nutrición del cultivo como en la manipulación del fruto. Esto, además lleva a situaciones como que los precios en el mercado interno bajen, cuando lo que se necesita es que la calidad sea cada vez mayor para que exportar y descongestionar la plaza local.
“En Brasil el kilo de granadilla pasa de 10 dólares el kilo. Hemos enviado al mercado de Manaos y allí le han puesto ese precio. Se puede vender a más de 40 soles, vale la pena. Pero hay que ir de a pocos pues actualmente la fruta no es muy buena y de lo que hemos sacado solo 4 a 5 por ciento puede exportarse, está deteriorada, y de ese 4 por ciento solo 1 por ciento llega a salir”, agrega.
William Daga apela finalmente a un cambio en la mentalidad de comercio del agricultor, ya que actualmente a este solo le interesa vender el total de su producción, sin clasificar el fruto en grupos de calidad para exportación, otro de primera y extra para el mercado local, cuando esta separación le permitiría negociar mejor en cuanto a precios por lotes separados y obtener más ganancias.