(Agraria.pe) Recién en la quincena de noviembre se tendría una mayor certeza sobre el impacto del Fenómeno de El Niño en Perú, dado que los modelos de estudio y análisis no permiten de momento establecer si este evento será débil, moderado, fuerte o extremo, sostuvo el meteorólogo de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), Alexis Ibáñez.
En entrevista con la Agencia de Noticias Andina, el docente de la Facultad de Ciencias de la UNALM consideró que en el análisis de la intensidad de este evento hay que tener en cuenta factores como el calentamiento del mar, la influencia del anticiclón del Pacífico Sur y la termoclina.
Sobre el calentamiento del mar, Ibáñez expresó que las temperaturas en el océano Pacífico central son actualmente más cálidas; mientras que las del Pacífico frente a las costas de Perú han descendido un poco, pero siguen siendo más elevadas de lo normal.
“Notamos que el mar está caliente, pero ha empezado un proceso de reducción. Las condiciones latentes para que ocurra El Niño se van a mantener en el verano que empieza en diciembre. Esa condición nos está marcando un primer patrón. Es casi un hecho que va a suceder un evento El Niño, aunque no se conoce con certeza su magnitud. Ello dependerá del comportamiento oceánico”, enfatizó.
Un elemento para tener en cuenta en este comportamiento oceánico es la llamada onda Kelvin. “Las ondas Kelvin viajan encima del agua y lanzan el calor acumulado en el océano a través de la superficie del mar. Normalmente se demoran entre 14 y 17 días en transferir la energía desde el Pacífico central y oeste”, afirmó.
En cuanto a la influencia del anticiclón del Pacífico sur, el meteorólogo de la UNALM refirió que su comportamiento es dinámico, situándose más al norte y más próximo a la costa peruana durante la estación de invierno, con lo cual la fuerza del viento que impulsa tiene un efecto refrescante y la sensación térmica disminuye. “Por eso es que hemos experimentado una sensación de frío en las últimas tres a cuatro semanas”, dijo.
Sin embargo, cuando llega el verano el anticiclón se desplaza hacia el sur y la intensidad del viento que trae consigo se debilita, con lo cual la sensación térmica volverá a aumentar.
Respecto a la termoclina, que es como una línea de separación invisible entre las aguas frías que están en zonas profundas y las aguas cálidas que se hallan en la superficie, Ibáñez dijo que es un elemento de análisis muy importante teniendo en cuenta lo impredecible que es la parte del océano Pacífico que toca las costas de Perú.
“Mientras más profunda esté la termoclina nos indicará que la mayor parte del área está cubierta por aguas cálidas; mientras que si la termoclina está más próxima a la superficie, entonces hay una mayor presencia de aguas frías, Este factor tiene que ser monitoreado permanentemente para definir la intensidad del evento El Niño”, detalló.
Ibáñez indicó que actualmente la termoclina está un poco profunda, por lo que la temperatura del mar que asciende a 20 °C o 21 °C está todavía más elevada de lo normal. No obstante, la tendencia en los últimos meses, después de las altas temperaturas registradas en la primera mitad del año y hasta julio inclusive, muestra una inclinación descendente, agregó.
Sostuvo que la variación de la termoclina depende de las corrientes oceánicas frías, que provienen del sur; y las cálidas, procedentes de Oceanía.
Abundancia de lluvias en la costa, sierra y selva norte
De presentarse un evento de El Niño costero con intensidad fuerte se generarán lluvias por encima de lo normal en la costa, la sierra y la selva norte. Con este exceso de precipitaciones se activarán las quebradas, aumentará el caudal de los ríos y podrían producirse desbordes e inundaciones que dañarán a las poblaciones, infraestructura de todo tipo y los campos de cultivo.
Sequía y déficit hídrico
El meteorólogo de la UNALM advirtió también que, en cualquiera de los posibles escenarios de impacto de El Niño en nuestro país, se debe enfrentar el grave problema de la sequía y el déficit hídrico que ya están afectando a muchas regiones, sobre todo en la sierra y la costa central y sur.
“Después de haber tenido varios años de superávit de humedad, ahora hay regiones que padecen la escasez de lluvias y el déficit hídrico. Una de ellas es la ciudad de Cusco, que ha tenido problemas con el abastecimiento de agua potable. Abancay y Puno son otras ciudades con similar problema, porque el nivel de represamiento de agua ha bajado debido a la escasez de lluvias”, manifestó.
En la costa sur también el déficit hídrico y la escasez de lluvias causan estragos en la agricultura de las regiones Tacna, Moquegua y Arequipa, anotó.
Ibáñez consideró que la sequía continuará en 2024 por segundo año consecutivo, se afectará gravemente la seguridad alimentaria y también el abastecimiento de agua en las poblaciones del sur del país.
Fuente: Andina