Se espera que para el 2021 el panorama productivo de este fruto haya mejorado notablemente tanto genéticamente como en su alcance comercial a más mercados del mundo. Así, podrá saltar desde su actual puesto 17 entre los principales productos de agroexportación peruana. Chile, entre otros, es un buen mercado con proyección.
(Agraria.pe) No acapara titulares como la uva y la palta, sin embargo se encuentra en una posición expectante y con muy buenas perspectivas si es que se trabaja seriamente en su futuro. Hablamos del maracuyá, el fruto de la pasión, ese alimento que es tan común hoy en postres y bebidas que ha sabido ganarse un mercado en el exterior. Tanto así, que en 2018 Perú logró exportaciones por US$ 40 millones de este alimento, en un contexto en el que toda la región logró exportaciones en este rubro por US$ 91 millones, lo que deja en claro la importancia que tiene para nuestro país.
Actualmente, el maracuyá es el producto de agroexportación peruana ubicado en la casilla 17 por su importancia y, según Renzo Gómez, vocero del Grupo de Trabajo de Frutas para la Industria de ADEX, cuenta con un promedio de 6,200 hectáreas a lo largo de todo el país, principalmente entre Lima y Piura. El 50% de esta producción se da entre Lima y Áncash. Estas zonas cosechan de febrero a septiembre.
Lo interesante es que más al norte, en zonas como Olmos y Piura, la cosecha del fruto se da entre octubre a enero, lo que permite completar un esquema de abastecimiento para todo el año y no solo en una ventana de tiempo determinada.
Al exterior
“70% de la producción de maracuyá se destina a la industria, el otro 30% se va al mercado nacional. El único país que exporta maracuyá y tiene autoconsumo local es Perú; esto va a fortalecer el producto. Ecuador y Vietnam que son nuestros competidores no tienen consumo local de maracuyá, no les gusta. Pero en Perú el maracuyá va de la mano con la gastronomía, incluso los jugos de maracuyá acompañan más que la chicha morada muchas veces porque es menos costoso y su preparación es menos lenta”, detalla.
Es de resaltar en este sentido que, según información de ADEX, el 95% de las exportaciones peruanas de maracuyá se concretan en presentaciones de concentrado y jugo, en tanto que un 5% se va como pulpa. Apenas un 1% se despacha al exterior en fresco, lo que da una idea del peso que tiene para la industria este producto.
Gómez resalta que el 91% de estos envíos peruanos en el formato de concentrado se dirige a Países Bajos, un reconocido hub para la posterior distribución hacia otras naciones de Europa (considerando datos de 2018). Un 5% va hacia Estados Unidos, en tanto que a Brasil, Taiwán y Martinica llega un 1% respectivamente.
Sobre la presentación en pulpa, se sabe que el 78% tiene como destino Países Bajos, mientras un 5% y otros porcentajes menores se distribuyen entre Chile, Puerto Rico y Bélgica.
En el acápite de jugo, el 30% se va a Chile, 25% a Estados Unidos, 21% a Países Bajos, 9% a Argentina y 7% a Australia.
Mientras que en néctar, el 51% se coloca en Países Bajos, 14% en España, 12% en Chile, 10% en Italia y 5% en Corea del Sur.
“Un país que es un muy buen consumidor de maracuyá es Chile por la influencia de la comida peruana; para nosotros ese es el caballito de batalla que nos va a hacer crecer con rapidez. La comida peruana impacta en el mundo y el maracuyá es parte de esta estructura”, complementa el vocero de ADEX.
Advierte sin embargo que este año, entre enero y julio, se ha dado una caída de 12% en las exportaciones a causa de una menor producción en campo. Esto se debe a que los campos viejos no han renovado plantaciones pues los precios de compra no eran buenos, una situación desencadenada por la caída en la calidad del maracuyá peruano a causa de la mezcla de varietales que hicieron los agricultores con semillas de inferior calidad que ingresaron del exterior (principalmente de Colombia y Brasil). Esto, sumado a la baja tecnología utilizada en el cultivo, llevó a que el promedio de productividad por hectárea descendiera de 30 toneladas a 20 toneladas.
Camino a ser un superfood
Esta situación podrá ser revertida sin embargo en un plazo que se estimó hacia el año 2021, con una mejor producción y exportación gracias al trabajo conjunto entre el sector público y privado para ofrecer asistencia técnica a los pequeños productores.
Con este impulso, se podría concretar el ingreso del fruto peruano a exigentes mercados de Asia y Oceanía como Corea del Sur, China, Japón, Australia y Nueva Zelanda. “Sus consumidores son innovadores en colores y sabores, lo que ayudaría a posicionar esta fruta que fácilmente podría convertirse en un superfood”, dijo Gómez.
Esto se dará en un contexto en que no solo el Senasa y los órganos de promoción en el exterior ayudarán a concretar nuevos destinos, sino con el mejoramiento genético que ya está llevando a cabo el INIA y que espera se masifique entre los productores.
Estos serán aliados claves en el éxito del plan pues, a diferencia de otros cultivos, en el caso del maracuyá están bastante organizados. De hecho, existen más de 25 asociaciones de productores del fruto con modelos de cooperativas, lo que ayuda a acopiar el producto y tratar directamente con la industria, que no está en capacidad de ir directamente con agricultores de muy pequeña escala (se estima que existen 35 mil familias dedicadas a este cultivo, con un promedio de 2 hectáreas cada una).
Dato
.Como parte de este esfuerzo, el 5 y 6 de septiembre se desarrollará en Chiclayo el 2° Congreso Internacional de Maracuyá con ponencias a cargo de reconocidos especialistas peruanos y extranjeros. La cita es en la Universidad de San Martín de Porres de dicha ciudad.
.La Mesa de Trabajo de Frutas para la Industria la conforman las empresas Quicornac, Selva Industrial, AIB, Agromar y Arca Continental Lindley, quienes también organizan el evento.