13 mayo 2019 | 09:24 am Por: Edwin Ramos | prensa@agraria.pe

Seguridad alimentaria y ciencia

El largo camino en busca de la papa fortificada

El largo camino en busca de la papa fortificada

Especialista del CIP cuenta los procesos de la investigación que han llegado, tras varias etapas, a la fase de campo tras la cual podría contarse con una o dos variedades que ayuden a combatir la anemia no solo en el país sino en el mundo. 

(Agraria.pe) La anemia es una de las principales preocupaciones nutricionales del país y desterrarla debería ser un objetivo prioritario. Elisa Salas, ingeniera agrónoma del Centro Internacional de la Papa (CIP), nos cuenta que en zonas del interior como Huancavelica, Cajamarca, Puno y Ayacucho, los índices de anemia son altos entre la población y se deben básicamente a la falta de diversidad alimenticia, es decir al poco consumo de carnes rojas. 

Y es que en general las zonas andinas del país están, lamentablemente, ligadas a altos índices de pobreza y una alimentación que se concentra mayoritariamente en papas y menestras, las cuales no están suficientemente fortificadas. 

Por ello, en el marco del proyecto HarvestPlus, se identificó e inició el trabajo en diversos cultivos como arroz, trigo, maíz, papa y camote en distintas partes del mundo. En  el caso de la papa el objetivo propuesto fue elevar los niveles de hierro y zinc, para lo cual se hizo estudios de carotenoides y antocianinas. “Como mejoradores debemos seleccionar materiales para el laboratorio y realizar cruzamientos. Es todo un equipo que trabaja para alcanzar un objetivo común”, dice Salas. 

Esta labor se inició en el año 2000 con unas primeras indagaciones en papas nativas y ya en 2004 se empezó a nivel de cruzamientos, tras lo cual se ha pasado a mejoramiento a nivel diploide y tetraploide. La etapa actual de este esfuerzo es un estudio de biodisponibilidad para demostrar que el hierro y zinc en las papas trabajadas son realmente absorbidas por el cuerpo, lo cual sería un gran respaldo para los clones biofortificados. 

Estos materiales están distribuidos también en África, Centroamérica y Asia, y alcanzarían gran impacto si se logran adaptar en esos entornos y lanzar como variedades en esas zonas para mejorar los valores nutricionales de los consumidores. “Todos los gobiernos están interesados en mejorar la anemia; aquí también. Estos clones solo necesitan un ‘empujoncito’ más para la diseminación del material no solo para fines comerciales sino de salud pública, y no solo para la región andina sino para todos los mercados, todos los niños y personas que los necesitan”, refiere la investigadora del CIP.  

Tras una primera cosecha próxima, se espera contar con cada vez más parcelas y tesistas que sigan el proyecto, de tal manera que todo este esfuerzo no quede en el ámbito meramente académico. 

“Luego se van a necesitar fondos para diseminación, pero no ir solo a pequeños campos experimentales, sino que cuando tengas una a dos variedades identificadas, tengas semillas suficientes para sembrar 100 hectáreas de papa o más. Ese es el real impacto, ahí está el cuello de botella fuerte para el lanzamiento de variedades con 200 toneladas de semillas para el lanzamiento de una nueva variedad y que no nos quedemos en una foto”, finaliza. 

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