(Agraria.pe) La agroindustria mostró una gran capacidad de adaptación en 2020 en pleno auge de la pandemia y se espera que este año vuelva a ser una de las protagonistas en la exportación peruana. Edgar Vásquez, ex ministro de Comercio Exterior y actual director del Centro de investigación de Economía y Negocios Globales de ADEX (CIEN-ADEX) refirió en ese marco que el comportamiento del sector es importante, pero hay afectación e interrogantes a futuro a causa de la derogatoria y sustitución de la Ley de Promoción Agraria.
“Este año todavía vamos a estar seguros con un desempeño favorable de la agroindustria. La pregunta es qué va a suceder hacia adelante si es que finalmente la legislación se pone poco atractiva para el continuo desarrollo de inversiones. Esto va a ir de la mano con que la demanda internacional en cuanto a alimentos durante la crisis de Covid-19 de 2020 no se paralizó, sino que se incentivó, y fue un buen año. El consumo global se centró en bienes básicos saludables, que es precisamente donde Perú tiene su oferta. Y esa condición se mantiene este año, entonces vamos a tener también un 2021 favorable para la agroindustria”, declaró.
Lo probable es que los cambios de la normatividad afecten y se empiecen a ver cada vez más movimientos como los que ya se están dando del paso de inversiones de empresas peruanas hacia Colombia y Ecuador, donde -resalta Vásquez- se están desarrollando normativas similares a las que tenía el Perú hasta el año pasado. “Estas modificaciones echan sombras sobre las perspectivas de mediano y largo plazo de la agroindustria y, esperemos… vamos a ver qué ocurre en un nuevo gobierno y sus políticas sobre agroexportación y en general para seguir potencial el comercio exterior del país”, agregó.
¿Qué debe hacer el nuevo gobierno?
El director del CIEN-ADEX propone que el nuevo gobierno peruano que asuma en julio próximo realice un “shock de promoción de exportaciones urgente”, identificando las oportunidades de manera agresiva, además de empalmar a los exportadores con los compradores para que aprovechen las oportunidades que se van a generar en el segundo semestre del año con la recuperación mundial de la economía. Esta iniciativa tiene que estar liderada por Promperú con las oficinas comerciales en el exterior, las embajadas y demás órganos.
Dentro de este plan se debe asumir además un decidido avance sobre las infraestructuras, puesto que, si bien ha habido algunas mejoras, como la del puerto del Callao, sus capacidades han sido desbordadas, por lo que necesita expandirse o tener apoyo de otros puertos de gran calado por el incremento sustancial de la demanda, evitando que todo pase por un solo lugar. Observa que los puertos de más relevancia luego de este, que son los de Paita y Matarani, no son aún de un tamaño considerable, pero que hay expectativas con el de Chancay, que sí puede hacerle competencia para descentralizar la logística marítima.
En el plano de la vía aérea, la concentración se da en el terminal Jorge Chávez, lo que implica que todos los productos tienen que llegar a la capital para luego embarcarse desde ahí. Una situación que podría solucionarse desarrollando otros aeropuertos de salida en regiones que tengan características internacionales para vuelos de carga.
Esto tiene que ir aunado a una política de conexión de carreteras, ya que, si bien las vías nacionales están asfaltadas por encima de un 90%, las subnacionales y locales solo lo están en un 60 y 20%.
“Para sacar una piña del VRAEM, por ejemplo, que es deliciosa, hay que venir en camiones desde San Martín de Pangoa en Junín y transitar una ruta tortuosa para llegar al Callao y embarcarse vía aérea para llegar a Europa y venderse. Esa piña, si tuviera mejores carreteras de conexión con San Martín de Pangoa, podría llegar en menos horas, y más aún en épocas de lluvia… eso afecta los costos de la piña y la utilidad de los productores. Entonces las carreteras son claves, no solo los puertos y aeropuertos, sino las zonas de conexión entre áreas de producción y centros de acopio […] sobre todo en la sierra y selva; la oferta y el futuro del Perú es prometedor siempre que resolvamos estos problemas de integración física que nos afectan”.
El problema de la leche y las importaciones
Sobre el libre comercio y las importaciones, Edgar Vásquez consideró que sectores como el ganadero lechero vive una situación especial en el país puesto que no cuenta con las extensiones de tierra de Argentina o Australia para la producción intensiva y por ello no es autosuficiente para la generación de materia prima que necesita consumir la población.
Por ello, “las industrias que utilizan insumos tienen que importar leche, que no viene fluida; se importa en polvo y llegando a Perú se reconstituye y se elaboran los productos derivados. El mercado peruano tiene en el sector lácteo empresas dominantes, hay que decirlo con su nombre, no podríamos decir que hay una competencia perfecta en el mercado lácteo, no hay muchos jugadores que compitan. Hay dos grandes jugadores que más o menos llevan adelante las condiciones del mercado, por lo que no se da una condición de mercado perfecto”.
Para corregirlo, pidió introducir elementos que permitan generar mayor competencia, como transferencia tecnológica, mejora de la calidad de pastos, calidad de razas lecheras en el país, y de esa manera recuperar la productividad, con lo que se evitaría buscar la vía fácil que consiste en el proteccionismo, la elevación de aranceles y la restricción de importaciones. “Esas son las medidas más sencillas, pero no son las que van a solucionar los problemas de fondo de competitividad del país”.