(Agraria.pe) “El gran abandonado de la política pública es el campo”. Con esa definición, Jorge Nieto Montesinos, ex ministro de Cultura y Defensa, empezó su análisis de la problemática actual del campo peruano, un sector clave para la vida nacional que sin embargo está desatendido.
Muestra de ello, refirió, es cómo cada año al agro se dedican 3,200 millones de soles a través del Midagri para inversión, más otros 4.000 millones entre gobiernos regionales y municipios, para luego ver cómo se devuelve hasta el 50% de esos recursos al erario público porque no se supo utilizarlos.
Uno de los responsables de esta situación sería el Ministerio de Desarrollo y Riego (Midagri), que, con las direcciones regionales de agricultura, tienen hasta 14 mil funcionarios, de los cuales un 90% se encuentra en las ciudades y no en el campo, que es donde más se les necesita.
Fertilizantes y hambre
Sobre el complejo problema de la falta de fertilizantes en el mercado, Nieto Montesinos sostuvo es un problema estructural que se ha agravado con la guerra entre Rusia y Ucrania, pero que revela una debilidad de fondo que debe discutirse. Recordó que ya cuando se descubrió el gas de Camisea en Cusco varios años atrás, se habló de la necesidad de construir una industria nacional de fertilizantes; lo mismo sucedió cuando se encontró los fosfatos de Bayóvar, sin embargo no hay iniciativa pública, privada ni asociadas para alcanzar esa necesaria autonomía.
Las consecuencias de la falta de fertilizantes ya se están viendo, alertó: “Me informaron de Arequipa, gente que trabaja en la sierra, adentro, en el Valle del Tambo, que lo que antes eran plantas que crecían un 1.20 metros o 1.40 metros, ahora están en medio metro, si es que acaso. Eso va a significar baja producción y alza de precios, y eso va a significar hambre en muchas ciudades”.
Esto ha empujado a muchos agricultores a regresar a métodos tradicionales de fertilización como es en el caso de pequeñas empresas dedicadas ahora a la generación de compost, con un incremento de producción de hasta 30% en las áreas donde se usa.
En este marco, el político urgió al Gobierno a iniciar una gran iniciativa que enfrente lo que va a ser una realidad, como es el hambre en la ciudad. Debe ser un frente que junte a las Fuerzas Armadas, la Iglesia, empresas privadas, gremios de agricultores, comedores populares, comités del vaso de leche, organismos del Estado que distribuyen alimentos para una cruzada que impida que el hambre se despliegue.
En lo inmediato, lo que se tiene, agregó, es un Midagri que se maneja en secreto en sus iniciativas de compra de urea con Bolivia, que no es la mejor opción por sus precios elevados y por entregar el producto en Puno y no en el Callao, lo que implica una complicación logística.
“Debemos marchar decididamente a la producción nacional de fertilizantes. Si para ello necesitamos renegociar, hacer referendums, para que nuestros recursos se canalicen al mercado nacional para los agricultores peruanos, hay que hacerlo. Muchas decisiones no tienen que ver con razones técnicas, sino con un Estado que es corrupto. Hay que proteger en primer lugar al mercado interno”, definió.
Abonó en este sentido con el ejemplo de lo sucedido en los primeros meses de pandemia, cuando muchos países retuvieron cargamentos de medicamentos, mascarillas, haciendo lo necesario para proteger a su población primero.
Agregó que en el caso de los fertilizantes, existen algunas iniciativas, como una impulsada por Francia para producirlos en conjunto con el Perú.
Dato
Jorge Nieto dio estas declaraciones durante su reciente participación en el foro “Ponle 20 a la Agricultura Familiar: Análisis de la Crisis Política Nacional y Agraria” que organizó Conveagro.
