(Agraria.pe) "Nuestro modelo de gestión basado en la creación de valor compartido conecta la eficiencia de nuestras inversiones y rentabilidad económica con el progreso de nuestra gente y sus comunidades", se lee en la página web de Danper, una empresa peruana fundada en 1994 por Rosario Bazán y Jorge Arangurí y que hoy en día da trabajo a unas 14.000 personas, lo que hace de esta compañía agroexportadora uno de los más grandes empleadores del Perú.
A lo largo de los años, la pareja creó y adquirió diferentes empresas, con el afán de diversificar las actividades de cultivo y de comercialización, tanto a nivel de productos como a nivel de países de origen y destino. Danper, la empresa matriz, que tiene operaciones en 20 regiones agrícolas en el Perú a lo largo de unos 1.500 km, cultiva, empaca y exporta arándanos, uvas de mesa, paltas, espárragos, alcachofas, pimientos, mangos, fresas y quinoa. El cultivo se lleva a cabo en 11.000 hectáreas y las ventas alcanzan las 130.000 toneladas. Además de tres almacenes de empaque para productos frescos, la compañía gestiona cuatro almacenes donde se procesan productos en conservas, uno para productos congelados y otro para productos de conveniencia.
La empresa es un vehículo de desarrollo
"Cuando fundamos Danper, tuvimos la convicción de crear una empresa diferente, caracterizada no sólo por la calidad de sus productos, sino por ser también un vehículo de desarrollo que busca aumentar la calidad de vida de los trabajadores, sus familias, las comunidades en las que viven y el país", manifiesta Jorge Arangurí. "Y es que a finales de los 80, cuando nuestro país fue destruido por el terrorismo, la recesión y una inflación astronómica, el tejido empresarial era inexistente y no había empleos. Miles de peruanos emigraron al extranjero en busca de una vida mejor. Yo fui a Oxford, pero sólo para estudiar, porque quería volver y contribuir a levantar el país".
Compradores franceses y un socio danés
Allí en Europa, Jorge conoció a franceses y holandeses que comercializaban espárragos blancos, que compraban principalmente en conservas en la región española de Navarra. "Puesto que el producto español era muy caro y ellos sabían que había también cultivo de espárragos en el Perú, cosa que yo no sabía, me preguntaron si podía ayudarles con la exportación a Francia. Escribí una carta a Rosario –en aquel entonces mi novia– contando lo sucedido y ella me contestó que estaba escribiendo su tesis sobre precisamente este cultivo. Las coincidencias de la vida… Cuando volví a Perú, nos pusimos en contacto con los agroexportadores de conservas existentes en esa época y firmamos un contrato con los franceses para gestionarles sus operaciones de importación. Siete años más tarde, hicimos una joint venture con dos socios daneses y juntos creamos Danper. De ahí el nombre de la empresa. Con el paso del tiempo y siguiendo el acuerdo fundacional con nuestros socios, Rosario y yo consolidamos el accionariado", cuenta Jorge.
Dominus, Abracol, Eurandes y ASF
La empresa Dominus, especializada en mango, fue fundada en 2007 y adquirida por Rosario y Jorge en 2019. Este año, Dominus espera comercializar 16.000 toneladas de fruta, tanto en fresco como en producto congelado. Arbacol, especializada en palta, es una compañía fundada en 2019 en Colombia, que complementa la producción de Danper, haciendo posible un suministro de paltas a los mercados internacionales durante casi todas las semanas del año.
La importación y comercialización de las frutas en Europa es gestionada por Eurandes, empresa fundada en 2018, desde sus sedes en los Países Bajos y España. En los Estados Unidos, All Season Fruits (ASF) se encarga de la importación y comercialización desde sus instalaciones en Filadelfia.
En 2004, Danper empezó a comercializar también espárragos frescos. Actualmente, los productos congelados representan el 8% de los volúmenes comercializados por la empresa peruana, el resto se vende como producto fresco y en conservas, a partes iguales. Con el objetivo de alcanzar un alto grado de autosuficiencia, parte de las frutas y hortalizas son de propio cultivo, el 100% en lo que respecta a los arándanos, el 70% de las paltas y el 50% de los mangos. En espárragos, paltas, arándanos y uvas de mesa, la segunda calidad se destina a la industria de conservas y congelados, en pimientos y alcachofas, se cultivan variedades específicas para este segmento. "Somos el exportador más grande de alcachofas en conservas del mundo entero", destaca Jorge Arangurí. "No obstante, el crecimiento más grande se produce en el segmento de los productos frescos".
Las certificaciones avalan el valor compartido
De gran importancia para el director de esta empresa agroexportadora peruana son las certificaciones sociales, entre las que destacan ISO 45001, NSF y EDGE, esta última siendo la norma de certificación de negocios y metodología de evaluación mundial líder en materia de igualdad de género (Equity, Diversity and Gender Equality). "Aquí en el Perú, el 40% de los hogares consiste en madres solteras. Es una estadística terrible. En Danper nos enfocamos en brindar oportunidades a mujeres, porque queremos, por el bien del país, revertir la situación en la que los hijos de madres solteras carecen de oportunidades de educación".
No es nada fácil conseguir todas estas certificaciones en una empresa en la que trabajan 14.000 personas, de acuerdo con Jorge Arangurí. "Por ejemplo para la certificación NFL, las agencias certificadoras hablan con los trabajadores en privado, es decir, en ausencia de los jefes, para que les expliquen cómo funciona la empresa en un sinfín de ámbitos, desde el acceso al agua potable durante la jornada laboral hasta la disponibilidad de equipos de protección individual, pasando por el acceso a la atención médica. Garantizamos los derechos humanos y laborales de todos nuestros empleados, estableciendo además estructuras de diálogo horizontales con el personal. Y es que no puedes esperar que un empleado se identifique con la empresa si no es respetado en sus derechos fundamentales".
De allí la importancia del valor compartido, según el director de Danper. "Ciertamente aspiramos a conseguir rentabilidad económica, pero si la conseguimos sin tener impacto alguno en los problemas a los que se enfrentan los trabajadores, nuestro trabajo carecerá de valor. Y es que las comunidades y la empresa crecen juntas, fortaleciéndose mutuamente. Para nosotros, crear valor compartido es poner a nuestros trabajadores en el centro de nuestra organización y a los clientes en el centro de nuestra estrategia, conectando la rentabilidad de nuestra empresa con el cuidado y progreso de nuestra gente, sus familias, sus comunidades y la protección del medio ambiente. Desde nuestra fundación, priorizamos tres pilares de acción: educación, salud y equidad de género", sostiene el director.
Encontrar el equilibrio justo
Danper se abastece en parte con la producción de pequeños agricultores, a quienes ofrece acceso a condiciones bancarias ventajosas, materias primas a precios competitivos y capacitación para que puedan alcanzar el nivel de calidad exigido por los mercados internacionales. "En cuanto a los planes de expansión, adoptamos una actitud responsable y un enfoque cauteloso. Suministrar los productos a los diferentes mercados en el momento adecuado es clave, por ello tenemos muy claro dónde y cuándo queremos ampliar nuestras producciones. Un ejemplo de ello ha sido la fundación de Arbacol con la que conseguimos, en combinación con el suministro peruano, ofrecer al mercado paltas durante casi todas las semanas del año".
Encontrar el equilibrio justo es de vital importancia para el éxito de una empresa internacional verticalmente integrada, de acuerdo con Jorge Arangurí. "No es fácil encontrar el balance entre los factores que se pueden controlar y los que no se pueden controlar. En este sentido, la innovación es clave, hallar nuevos caminos de cómo hacer las cosas. El mercado cambia, el clima cambia, y ante ello no vale quedarse de brazos cruzados. Hace falta anticiparse", comparte el director.
"De hecho, este año, debido al cambio climático", añade Arantxa Nuñez, directora comercial de la división de Frutas y Hortalizas Frescas, "la cosecha de paltas se reducirá en un 16%, según las cifras oficiales que maneja el sector. No obstante, tanto nosotros como otros operadores creemos que la merma será mayor, de entre el 25% y el 30%, básicamente por la falta de grandes calibres. Y es que si en un año normal alcanzamos un rendimiento en campo de 20-25 toneladas por hectárea, esta temporada algunas regiones no superan las 12 t/ha. Además, la falta de volúmenes no está siendo compensada por precios más altos, ya que en Europa se está produciendo una situación de sobreoferta de tamaños más pequeños, provenientes no sólo del Perú, sino también de España, Sudáfrica, Kenia y Colombia".
"Por ello", concluye Jorge Arangurí, "necesitamos invertir en nuevas variedades, que sean resistentes al calor y se adapten a las nuevas condiciones climáticas, tanto en paltas como en uvas de mesa. Hace falta apostar por la innovación y por la investigación. Sólo la ciencia podrá darnos una respuesta a estos retos del futuro".
Fuente: Fresh Plaza