Por: Gabriel Amaro, director ejecutivo de AGAP
(Agraria.pe) La crisis de los fertilizantes, tiene dos componentes principales: la escasez y el incremento en los precios que han alcanzado niveles históricos a nivel mundial, golpeando fuertemente a la agricultura peruana.
El precio de la urea –principal fertilizante para la agricultura peruana– ha sido el más afectado, al registrar el 2021 un incremento récord de más de 240%. Todos los demás fertilizantes siguieron la misma tendencia.
Ello ha traído consigo varios efectos negativos, como la pérdida en los márgenes de utilidad, debido a que los fertilizantes representan un porcentaje significativo en la estructura de costos que, en condiciones normales, es el 27% en arroz; 16% en espárragos y café; y 11% en la papa.
De las más de 1.2 millones de toneladas de fertilizantes sintéticos importados por el Perú el 2021, los más utilizados por los agricultores fueron los de mayor incremento de precios: la urea (43% de las importaciones), el fosfato diamónico (18%), la fosforita (13%) y el TSP (9%).
Esta situación se ha traducido en un incremento de precios en la canasta familiar. Al invertir mayores recursos en fertilizantes, los productores se han visto obligados a elevar los precios de venta de sus productos en el mercado local. Además, los precios en el mercado internacional tampoco han podido absorber estos sobrecostos poniendo en difícil situación a todo el sector agrario.
Un tercer efecto negativo es una potencial crisis en la seguridad alimentaria. Muchos agricultores no pueden adquirir fertilizantes a esos precios o no los encuentran en el mercado, obligándose a utilizar menores cantidades a las necesarias para los cultivos, afectando su productividad y poniendo en peligro las campañas agrícolas.
¿Cómo tuvo su origen esta crisis? La crisis tiene dos etapas muy marcadas. La primera, motivada por un aumento del precio del gas y una crisis energética internacional; el cierre temporal de algunas plantas de fertilizantes; la reducción de exportaciones de gas y fertilizantes en Estados Unidos y China; y el incremento de fletes marítimos.
Asimismo, la pandemia generó una crisis del transporte marítimo y la reactivación económica, luego de las cuarentenas globales, generó una mayor demanda de alimentos, incrementando la demanda de fertilizantes y provocando un desbalance mundial.
Entre las causas nacionales, la inestabilidad política, social y económica que pulveriza la confianza de los agentes económicos y genera la fuga de inversiones, el aumento del tipo de cambio y la inflación.
La segunda etapa nació por la guerra y las sanciones contra Rusia, quien es el principal exportador de fertilizantes global y uno de los principales proveedores de gas natural para la industria. A ello se sumó la nueva crisis provocada por la pandemia en China, que ha resentido la producción industrial y el tráfico marítimo.
Ante esta alarmante situación se hace necesaria la urgente intervención del gobierno peruano para reducir el impacto en el sector agrario nacional. ¿Qué acciones se pueden adoptar? Ningún país tiene la solución perfecta a esta crisis que será larga y de consecuencias profundas, ya que afecta al sistema alimentario.
Siendo un problema global se debe enfrentar con acciones de gobierno a gobierno para facilitar el acceso a los fertilizantes más usados, empezando por los productores globales con quienes tenemos Tratados de Libre Comercio como Estados Unidos, China y Canadá.
Aplicar fondos de garantía para disminuir el costo del crédito agrario, disminución de costos de importación y ayudar a la pequeña agricultura para integrarla a las cadenas modernas agrarias.
Se deben disminuir y eliminar los sobrecostos que afecten los procesos logísticos de la cadena y la tramitología pública, mejorar la regulación agraria devolviéndole su carácter promotor e incrementar la competitividad del sector agrario.
Asimismo, se debe fortalecer el comercio de alimentos; evitar toda restricción injustificada al comercio internacional y a nuestros socios comerciales (TLC); eliminar barreras y obstáculos al comercio internacional de los insumos agrarios, etc.
El Estado debe actuar con urgencia y responsabilidad. Esta crisis es una de varias que enfrenta el sector agrario, desde la pequeña unidad productiva hasta la grande. Si no se toman las medidas adecuadas y se ejecutan rápidamente se avecina una crisis social mayor. Ya se ha perdido mucho tiempo y competitividad en el sector. Recuperemos el tiempo perdido por el bien del Perú.