26 abril 2023 | 09:31 am Por: Redacción

Señala Alfredo Caycho, jefe de Aseguramiento de Calidad del Consorcio de Productores de Frutas (CPF)

Calidad y certificaciones son básicas para diferenciar nuestra palta y lograr la fidelidad de los clientes

Calidad y certificaciones son básicas para diferenciar nuestra palta y lograr la fidelidad de los clientes
Las certificaciones para el campo se pueden clasificar en 3 grandes grupos: Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), estándares éticos, y estándares ambientales.

(Agraria.pe) La palta Hass actualmente viene creciendo a razón de 20.000 hectáreas sembradas al año a nivel mundial, siendo uno de los cultivos de exportación que está en un constante crecimiento. Esto significará que los exportadores tendrán una fuerte competencia debido al alto volumen disponible que va a haber en el mercado internacional.

Debido a esto es necesario que la calidad de nuestra fruta nos permita diferenciarnos y lograr la fidelidad de nuestros clientes, señala, Alfredo Caycho, jefe de Aseguramiento de Calidad del Consorcio de Productores de Frutas (CPF), quien indica que para lograr dicha calidad se debe trabajar en 3 niveles:

Primero, en el campo produciendo una fruta que tenga el balance nutricional de Nitrógeno y Calcio que permita que la palta pueda viajar sin desarrollar desórdenes externos (manchas negras) o internos (pulpa gris) o que, durante su maduración en destino, tampoco presente problema.

Segundo, con un adecuado tratamiento poscosecha que asegure que las condiciones de calidad obtenidas en el campo se mantengan a lo largo del tiempo para lo cual debemos lograr tiempos oportunos en el proceso y el enfriamiento de la fruta; estos son puntos clave para mantener la calidad de la palta.

Tercero, con las certificaciones de los campos, que están cobrando cada día más relevancia en el mercado ya que es un elemento diferenciador que están empleando nuestros clientes para sobresalir frente a su competencia. Incluso estas certificaciones no quedan sólo a un nivel comercial, sino que actualmente con la Ley de Modernización de la Inocuidad de los Alimentos (FSMA), que entró en vigor en Estados Unidos hace algunos años, establece que los importadores de fruta se aseguren que sus proveedores cumplen con esta norma y una forma de demostrarlo es por medio de la certificación del campo de los requisitos establecidos por el FSMA.

Agregó que las certificaciones para el campo se pueden clasificar en 3 grandes grupos:

El primer grupo son las relacionadas a Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), donde está Globalgap por ejemplo, el cual es uno de los estándares más reconocido en este grupo de programas. Desarrolla temas como un adecuado manejo del cultivo, de la cosecha, el cuidado del ambiente y la seguridad de los trabajadores del campo. Conforme han ido pasando los años este estándar no ha dejado de crecer y ha incorporado Addon, que permite cumplir los estándares de ciertos supermercados, por ejemplo el Nurture para el supermercado TESCO e incluso para cumplir con la ley FMSA de los Estados Unidos. Hoy el Globalgap es el estándar de Buenas Prácticas Agrícolas más aceptado por la mayoría de los clientes y países donde podemos exportar nuestras paltas.

Asociado a esto, hay plataformas en Estados Unidos como Azzule que son empleadas por algunos supermercados como Costco y Waltmart, entre otros, donde pueden ellos tener acceso a los certificados Globalgap o similares de los productores que son sus proveedores, así como a sus reportes de auditoria. A través de esta plataforma los clientes consultan la información de certificaciones de sus proveedores. Esta plataforma no es gratuita, es necesario el pago de una prima para la publicación de nuestra información que es subida por la certificadora que nos auditó. De esta manera, el supermercado o cliente en EE.UU. se asegura de la veracidad de los documentos, además que los tiene disponibles online cuando lo requiera.

El segundo grupo son los estándares éticos. Actualmente la preocupación de los clientes no termina en un alimento inocuo, sino también que al personal que trabajó en el campo para lograr este producto se le haya tratado de manera justa. Esto significa que recibe un trato adecuado en base a las horas trabajadas, el sueldo recibido, la libertad de comunicar sus inquietudes y necesidades, el trabajo libre de discriminación entre otros temas.

De estos estándares el ETI SMETA es uno de los más conocidos especialmente en Europa. Se basa en un conjunto de normas laborales reconocidas internacionalmente fundamentadas en los convenios de la OIT y que buscan mejorar las condiciones de trabajo. El informe de nuestra auditoría SMETA se publica en la web de Sedex y a través de esta plataforma nuestros clientes pueden acceder a nuestros reportes como se hace en el caso de Azzule. 

Globalgap, como parte de su diversificación, también tiene un Addon para verificar temas sociales que es el GRASP, que es un estándar solicitado por algunos supermercados en Europa, principalmente los alemanes y su cumplimiento es necesario para poder proveerles fruta, este Addon es auditado juntamente con el Globalgap.

Y, finalmente, el tercer grupo son los estándares ambientales. Estos están en un constante auge y empiezan a ser exigidos cada vez más por clientes a nivel mundial tanto de Europa como de Estados Unidos. Algunas de estas certificaciones son Leaf, Spring o Rainforest Alliance, entre otras.

Zonas de riesgo
En este contexto, Alfredo Caycho dijo que actualmente hay zonas consideras de riesgo por su poca disponibilidad de agua. Esto está generando que algunos clientes exijan la certificación del Addon Spring como una forma de demostrar su compromiso con la gestión sostenible del agua. Además, que este Addon incorpora una gran numero de criterios que pueden ser empleados por el agricultor para evaluar si en el fundo se realiza una gestión sostenible del agua. Actualmente, la provincia de Ica está considerada como una zona de riesgo y quienes tengan sus campos ahí podrían recibir el requerimiento de implementar este Addon de Globalgap.

El cambio climático es otra preocupación de muchos supermercados y, en especial, por la emisión de CO2 que se genera al producir un kilo de palta. Esto va a ir tomando más fuerza y nos solicitarán algún mecanismo para lograr la medición del C02 generado por las actividades realizadas en el campo.

Las exigencias en las certificaciones van a seguir creciendo, son parte de los requisitos que pide el mercado para comprar nuestra fruta; en ese sentido, es necesario hacer un análisis del costo beneficio de implementar un estándar y cuánta fruta podremos vender a un cliente para poder tomar la decisión para realizar la implementación.

Fuente: ProHass Informa

 

Etiquetas: palta , certificaciones