COLUMNA DE:
Carlos Pomareda Benel

Carlos Pomareda Benel

Ingeniero Agricola Doctor en Economia Agricola y es el Gerente de Servicios Internacionales para el Desarrollo Empresarial y Presidente del Consorcio para el Desarrollo Andino.
03 diciembre 2021 | 09:38 am Por: Carlos Pomareda Benel

Avance del Riego Tecnificado en la Agricultura Peruana: 2005-2021

Avance del Riego Tecnificado en la Agricultura Peruana: 2005-2021

Por: Carlos Pomareda Benel y Fernando Cilloniz Benavides

Las innovaciones en la agricultura peruana en los últimos veinticinco años han sido notables y explican los logros en la dinámica de la agroexportación; el abastecimiento del mercado nacional de alimentos; y los efectos multiplicadores en las economías rurales. Entre las innovaciones, una de las mas relevantes es el riego tecnificado (RT) sin menospreciar otras. como la mejora genética, la sanidad agropecuaria, etc. Se entiende el RT como el equipamiento y manejo que permite el aprovisionamiento continuo de agua y nutrientes en cantidades precisas acorde con las necesidades de las plantas durante su ciclo productivo.

La modalidad más común y efectiva es el riego por goteo. Otras formas son la aspersión, y microaspersión. El triple beneficio está en la mayor productividad de los cultivos; los mayores ingresos netos de los productores; y el ahorro de agua. Los beneficios adicionales de implicaciones directas para el desarrollo, son la creación de empleo y la dinamización de la economía local.  Desde luego que el ahorro de agua que hacen algunos productores con RT no es de ninguna manera, razón para que otros la desperdicien con prácticas inadecuadas.

Gracias a la comprensión por parte de los agricultores de los beneficios del RT; y la respuesta de las empresas que proveen equipos, materiales para el fertiriego y servicios de mantenimiento y distribución, la expansión del RT ha sido sustancial.

Datos aportados por inform@ccion. (www.informaccion.com) revelan que la importación anual de equipos comienza a crecer aceleradamente a partir del 2005; y alcanza su nivel más alto de US$ 52 millones en el 2016; y en los últimos cuatro años ha bordeado los US$ 42 millones.

La información en la figura que sigue permite estimar que en los últimos 15 años se han instalado unas 200.000 hectáreas con riego tecnificado. Este valor toma en cuenta el hecho de que una parte de los equipos y repuestos importados, podrían haberse destinado para renovación de áreas de cultivos, reparaciones y reemplazos de equipos en áreas ya establecidas.

 

Las estadísticas nacionales de siembras no nos permiten documentar en forma exacta el área con RT de cada cultivo; y la extrapolación lineal de datos del IV Censo Agropecuario del 2012, no es adecuada, por la naturaleza de la evolución de la agricultura en los últimos diez años. Sin embargo, las cifras de importaciones de equipos y la experiencia en cuanto a los requerimientos de materiales aportados por la industria nacional para RT, hace posibles algunas estimaciones.

Sin duda el RT se ha establecido como regla general en los cultivos destinados a la exportación, entre ellos: Paltas, uvas, mangos, espárragos, arándanos, paprika y hortalizas. Y también se usa como riego suplementario en época de déficit hídrico, en cacao, banano y café.  Se estima que, del área total de estos cultivos, alrededor de 150.000 hectáreas, un 70 por ciento se maneja con RT. A ello debe sumarse las áreas con RT en caña de azúcar instaladas en los últimos años.

Si bien una parte considerable del RT se ha establecido en la costa, especialmente en operaciones de gran escala, también hay uso de esta tecnología en siembras en mediana escala, entre 10 y 50 hectáreas, lo cual ha hecho de dichas parcelas mucho más productivas y de producción más estable, ante las variaciones de clima. Las áreas de cultivos con RT en la sierra y en la selva son menores, pero son muchos los productores ligados a la agroexportación que usan esta tecnología.

En las parcelas de menos de 2 hectáreas, el uso de RT es muy poco extendido por falta de infraestructura comunitaria para almacenamiento y transporte de agua; y por limitaciones de financiamiento, de capacidad de manejo del RT y ausencia de contratos con compradores de los productos. El apoyo del Programa Sectorial de Irrigaciones, en su proyecto PSI-Sierra cofinanciado con un préstamo del Banco Mundial, generó valiosas lecciones sobre como el Estado podía apoyar el aprendizaje, organización y la infraestructura comunitaria, para la agricultura de muy pequeña escala. El nuevo proyecto en concertación con el Banco Mundial, suma el componente de escalamiento, en colaboración con los Gobiernos Regionales y Locales.

El apoyo del Estado en aspectos como los referidos en el párrafo previo, es indispensable para disponer de reservorios y redes de distribución para asegurar el abastecimiento continuo de agua. Permitirá mostrar que el impacto positivo de la tecnificación del riego no termina con la generación de ingresos en las chacras. El efecto multiplicador se extiende a las zonas aledañas, por la vía de la creación de empleo para varones y mujeres en las chacras y plantas de empaque. Además, se usan servicios de mantenimiento de equipos, de comercialización de insumos y venta de repuestos, transporte, etc.

Es evidente que hay un avance notable en la agricultura con RT. Sin embargo, es obvia también la urgencia de una política de fomento del RT, especialmente para que esta tecnología se extienda entre los productores de muy poca escala. Dicha política debe incluir seguridad en la tenencia de la tierra; disponibilidad de agua en el ámbito de los comités y comisiones de regantes; organizaciones sólidas de los grupos de productores; infraestructura comunitaria para el almacenamiento y distribuciin de agua por sistemas de tuberías; acceso a mercados de productos con más valor agregado; y asistencia técnica y en manejo de negocios y otros servicios para el mantenimiento de los equipos y manejo de los cultivos.

El gran desafío es el cambio en el papel del Estado para promover y facilitar la interacción de grupos organizados de productores con empresas privadas proveedoras de equipos, servicios, financiamiento y mercadeo, en el marco de alianzas efectivas.