20 septiembre 2019 | 09:03 am Por: Redacción

APLICACIÓN DE FERTILIZANTES MINERALES CON MICRONUTRIENTES AUMENTARÍA EN CASI 25% RENDIMIENTOS DE CULTIVOS

APLICACIÓN DE FERTILIZANTES MINERALES CON MICRONUTRIENTES AUMENTARÍA EN CASI 25% RENDIMIENTOS DE CULTIVOS

Según estimaciones de Yara, la Compañía de Nutrición de Cultivos para el Futuro, la aplicación adecuada de fertilizantes minerales con micronutrientes aumentaría entre 15% y 25% el rendimiento de los cultivos como la papa, el arroz, el café o el maíz. Esto permitiría un incremento monetario en la economía de millones de productores agrícolas, suelos más productivos y cosechas altamente productivas para competir contra la importación de alimentos de la canasta básica.

El reto para las instituciones gubernamentales, direcciones agrícolas de gobiernos locales y regionales, gremios agrícolas y empresas privadas es educar sobre las ventajas de aplicar fertilizantes minerales con micronutrientes al 88.8% de agricultores que aún no los utiliza (en el Perú) o los aplica de manera insuficiente. Para ello, se deberían promover discusiones sobre nuevas técnicas agrícolas para lograr la seguridad alimentaria.

Existe una brecha de fertilización en el Perú. Según el último Censo Nacional Agropecuario (CENAGRO), de los más de 2 millones 200 mil productores, el 56.1% no aplica fertilizantes de ningún tipo; el 32.7% utiliza fertilizantes minerales en poca cantidad; y solo el 11.2% lo hace de forma suficiente. Esta realidad perjudica no solo el rendimiento de los cultivos -la calidad y cantidad de sus productos- sino también al medio ambiente.

La fertilización mineral es importante ya que provee de nutrientes al cultivo para asegurar su desarrollo óptimo. Es decir, logra el equilibrio entre rendimiento y calidad, pero con el menor impacto ambiental al evitar que se desgasten las reservas del suelo. De esta manera, el agricultor cosecha frutos de mayor tamaño y con una cantidad importante de micronutrientes que se transfieren a la alimentación del consumidor, incrementando el valor de sus productos en el mercado.

“La papa peruana, uno de los productos de mayor demanda, requiere 17 elementos minerales para su óptimo desarrollo. El suelo del Perú es deficiente en varios elementos y los agricultores en su mayoría aplican únicamente 1 o hasta 3; sin embargo, una fertilización balanceada permitirá la suficiencia de estos. La calidad y tamaño del tubérculo, siguiendo el ejemplo, mejora cuando su alimento contiene cantidades suficientes de nitrógeno, fósforo y potasio. Eso sí, los fertilizantes deben aplicarse de acuerdo con las necesidades del cultivo, ya que cualquier aplicación en exceso tendrá efectos negativos en el cultivo”, señaló Paulo Yvan, Director Regional de Yara South Pacific.

Otra materia de discusión reciente gira en torno a la fertilización orgánica y sus efectos sobre el medio ambiente. A pesar de que muchos países vienen desarrollando y promoviendo la agricultura orgánica, el sistema tiene una deficiencia significativa: degrada la calidad del suelo, luego de cada cosecha, al no recibir nutrientes y minerales de ningún tipo. Esta práctica no es sostenible en el tiempo. Por otro lado, el uso de fertilizantes de origen mineral, que pueden ser complementario al sistema orgánico, proporciona los nutrientes que las plantas requieren para reponer a la tierra los minerales que las plantas consumen.

“El sistema de fertilización convencional permite cultivos uniformes en el tiempo, beneficiando a los agricultores. Proporciona a la tierra nutrientes y minerales, enriquece el insumo base para la agricultura y asegura una producción sustentable”, señala Bravo. El especialista advierte sin embargo que es importante no confundir a los fertilizantes minerales con productos agroquímicos. “Los fertilizantes minerales se usan para alimentar las plantas. Los agroquímicos (pesticidas, herbicidas y fungicidas), se usan para destruir plagas y proteger plantas y su aplicación es 100% química”, concluyó.

Estudios científicos encargados por la ONU han determinado que una nutrición balanceada en las plantas tiene efectos positivos para el medio ambiente. Un cultivo con alta producción bajo un régimen rico en nutrientes, conduce a un bajo impacto ambiental por tonelada de producto agrícola. Esto ha sido demostrado mostrado en referencia a la huella de carbono, extracción de nitratos y en el uso de agua en manera eficaz durante la producción del cultivo.

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