(Agraria.pe) La llegada de la lluvia en la sierra de Áncash ya se ha demorado casi tres meses y los productores solo esperan un milagro para que el agua caiga y empiece a dar vida a los campos de cultivo. Aquel retraso ya ha generado la pérdida de cultivos como papa, maíz y arveja. “Si no hay agua no tenemos nada. Solo esperamos que Diosito nos mande la lluvia", lamenta Ricardo Ticlio Huata, del caserío de Carap en el distrito de Pamparomás.
El ejemplo más tangible del drama por la falta de lluvia es lo seco que actualmente se encuentra el Río Loco que es la principal fuente de agua de los agricultores en esa parte del país. Hoy el río apenas es un camino de piedras hasta donde los agricultores bajan para buscar las últimos espejos de agua para regar los campos que alimentan a miles de familias.
“Si no hay agua no sembramos y no podemos cosechar para comer. También afecta a nuestros animales porque no crece el pasto para que puedan alimentarse", remarca Víctor Castro de la zona de Parayoc.
El 75% del terreno cultivable de la subcuenca del Río Loco depende exclusivamente de la lluvia. Además, los agricultores también usan sus cultivos para hacer trueque con otros productos en la costa, pero indican que ahora ya no podrán hacerlo debido a que no sembraron o sembraron solo para su consumo familiar.
Medidas extremas
Los agricultores de la costa y sierra del valle de Nepeña han tomado como medida extrema hacer pozos al costado del río para extraer las últimas filtraciones de agua para regar los campos de cultivos de consumo familiar y productos de exportación como palto y mango. Una situación que ya ha generado más de un conflicto entre productores de la parte alta y baja.
El río Nepeña, en la zona baja, también es una prueba de la escazes de agua que agobia a productores.
“Estamos en una situación muy crítica porque la fruticultura se ha expandido más, pero no hay suficiente disponibilidad de agua. Hay productores que riegan sus plantas una vez al mes y eso no lo soporta ningún cultivo. La campaña de ahora ya se perdió, pero se debe tomar soluciones para el futuro con infraestructura de riego para el almacenamiento del agua", argumenta el director del Servicio para el Desarrollo Integral Rural (Sedir), Juan Cerna Espinoza. Además, remarca que la falta de lluvia en la sierra también afecta en la costa y en las grandes ciudades por la poca disponibilidad de productos para la mesa familiar y en las restricciones del uso de agua potable.
Sedir, entidad encargada de brindar capacitaciones y soporte técnico a pequeños productores, ya ha advertido que las nuevas autoridades municipales y regionales deberían priorizar el sector agricultura con la ejecución de infraestructura de riego en las cabeceras de cuenca.