Es necesario actuar con rapidez para encauzar a los pequeños campesinos y los sistemas alimentarios por la senda de la sostenibilidad.
(Agraria.pe) El compromiso de erradicar el hambre y la pobreza debe ir acompañado de una rápida transformación de los sistemas agrícolas y alimentarios para adaptarse a un planeta cada vez más cálido, advirtió la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en un nuevo informe.
La agricultura -incluyendo la silvicultura, la pesca y la ganadería-, genera cerca de una quinta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo. El sector agrícola debe hacer más para combatir el cambio climático, mientras se esfuerza en superar su impacto, según la última edición del informe sobre El estado mundial de la agricultura y la alimentación 2016 (SOFA, por sus siglas en inglés).
El director general de la FAO, José Graziano da Silva, indicó que no hay duda de que el cambio climático está afectando a la seguridad alimentaria. "El cambio climático nos devuelve a la incertidumbre del tiempo en que éramos cazadores y recolectores. Ya no podemos garantizar que recolectaremos la cosecha que hemos plantado".
Esta incertidumbre se traduce también en la volatilidad de los precios, según el responsable de la FAO: "todo el mundo está pagando las consecuencias, no solo las víctimas de las sequías".
La FAO advirtió que la estrategia de "seguir haciendo como siempre" puede convertir a millones de personas más en víctimas del hambre, lo que no sucedería en un futuro sin cambio climático. La más afectada sería la población de las zonas pobres en África subsahariana, Asia meridional y el Sudeste asiático, en especial los que dependen de la agricultura para su sustento. La seguridad alimentaria en muchos países empeorará en el futuro si actuamos hoy.
Renovar los sistemas agrícolas y alimentarios será complejo debido a la gran cantidad de actores involucrados, la multiplicidad de los sistemas agrícolas y de procesado de alimentos, y las diferencias entre los ecosistemas. Sin embargo, los esfuerzos deben comenzar en serio ya, pues se prevé que los efectos adversos del cambio climático empeorarán con el tiempo, según pone de relieve el informe.
"Los beneficios de la adaptación son mayores que los costos de la inacción, y por un margen muy amplio", destacó Graziano da Silva.
Hora de pasar de los compromisos a la acción
El informe de la FAO subraya que el éxito en la transformación de los sistemas alimentarios y agrícolas dependerá en gran medida en apoyar con urgencia a los pequeños productores a adaptarse al cambio climático.
Describe además formas alternativas y económicamente viables de ayudar a los pequeños productores a adaptarse y que los medios de vida de las poblaciones rurales -a menudo las más expuestas a las amenazas del cambio climático- sean más resilientes.
Igualmente aporta evidencias de que la adopción de prácticas "climáticamente inteligentes", como variedades de cultivos eficientes en el uso de nitrógeno y tolerantes al calor, la labranza cero y la gestión integrada de la fertilidad del suelo, aumentarían la productividad y los ingresos de los agricultores. Solamente la adopción generalizada de prácticas eficientes en el uso del nitrógeno reduciría el número de personas en riesgo de subalimentación en más de 100 millones de personas.
En esa línea, otras alternativas que propone para reducir la intensidad de emisiones de la agricultura son conservan agua en vez de inundar los arrozales, lo que puede reducir drásticamente las emisiones de metano en un 45%, mientras que las emisiones del sector ganadero se pueden reducir hasta en un 41% a través de la adopción de prácticas más eficientes.
La hoja de ruta de la FAO enumera también políticas y oportunidades de financiación para la intensificación sostenible de la agricultura.