(Agraria.pe) La valoración de la biodiversidad del mundo andino es la clave del buen momento que vive Cusco Mara, empresa que apuesta por productos de alimentación saludable ya no solo para el mercado peruano, sino para el mundo.
Adriana Valcárcel, gerente general de la empresa, refiere que uno de sus puntos fuertes es la ubicación estratégica del Cusco y sus 13 provincias donde se generan productos únicos y diferenciados con vitaminas, proteínas y minerales que son exigidos en las nuevas tendencias globales de alimentación. Todo con un marco de política de valor añadido que no incluye azúcares ni grasas trans, y sí un sentido de inocuidad y trazabilidad muy profesional.
Ella tiene claro que el futuro de esta industria está en apostar por la mayor valoración y conocimiento en los mercados de la riqueza de los productos peruanos y toda la historia que hay alrededor de ellos. Por ello trabaja en su centro experimental ecológico en un campo de cinco hectáreas donde hay más de 10 cultivos que rescatan 40 tonalidades de kiwicha de colores. “Es un tipo de producción diferente, que busca mercados diferentes, que valoren la historia, mística tradicional y originaria y los valores ancestrales…Este proceso para mí no es solo económico, sino una forma de vida, darle trascendencia a la cultura andina”, resalta.
Es un trabajo que se apoya en una amplia política comercial, una estrategia de desarrollo sustentable con una economía abierta al mundo, competitiva, con visión internacional que genera riqueza para los agricultores y el consumidor final.
Otra línea por la que Cusco Mara está apostando en ese entendimiento, dentro de un concepto de economía circular, es el aprovechamiento de los subproductos, en este caso la torta que se extrae del procesamiento de kiwicha, con la que se obtiene un aceite especial. Es una iniciativa que se está trabajando con apoyo de la Universidad Nacional Agraria La Molina (y que ha recibido apoyo de un programa del Mincetur para su internacionalización) en una formulación conjunta y cuyos frutos esperan llegar muy pronto al mercado.
Un largo camino
Adriana Valcárcel rememora que el camino hasta el momento actual ha sido largo desde hace 35 años en que se inició cuando se enamoró de la kiwicha. En el proceso ha conocido el riesgo permanente, el valor de la intuición y la terquedad, así como de las lecciones que se sacan de los errores.
“Al principio, en 1986, procesábamos a mano. Nuestro primer producto fue Kiwi Pop, sin color, sin sabor ni azúcar, 100% natural. La gente no lo aceptó, había prejuicios. Hoy eso cambió. Tenemos más de 30 productos con valor agregado elaborados en base a la kiwicha, quinua, maíz, kañiwa, habas, en mercados locales, ferias del Cusco, supermercados y tiendas especializadas. A nivel internacional en Estados Unidos, Alemania y México”.
La empresaria está convencida de que vivimos el momento de los productos naturales con valor estratégico para la salud. Una oportunidad que debe cuidarse y engrandecerse siguiendo escrupulosamente los parámetros de sanidad más exigentes desde el campo hasta el punto de comercialización.
A esto se suman las buenas prácticas agrícolas en la planta de procesamiento del Parque Industrial del Cusco para control primario y diversos programas que garantizan la inocuidad y sanidad con monitoreo constante. La clave es el trabajo en un equipo multidisciplinario con jóvenes, universidades en alianzas como la UNALM, USIL, entre otras.
Dato
Adriana Valcárcel hizo estas declaraciones durante su participación en el foro "Agroindustria y Desarrollo Regional", organizado por ComexPerú.
