Lo anterior indica que, en términos de mercados para el agro, las exportaciones equivalen al 28% del PBI sectorial, lo que evidencia una alta participación de los mercados internacionales en la demanda agropecuaria.
De otro lado, nuestras importaciones del 2012 estuvieron representados principalmente por la torta de soya con USD 574 millones, maíz amarillo (USD 539 millones), trigo (USD 504 millones) y aceite de soya (USD 412 millones).
Lo anterior muestra que la provisión de frutas, tubérculos, hortalizas, verduras, cereales, arroz, azúcar, leche y otros productos frescos que consumimos en nuestro país son abastecidos, en su mayor parte, por los productores agropecuarios nacionales. Esto va de la mano con los resultados del último censo agropecuario (CENAGRO 2012), que indica que el 98.8% de los productores agropecuarios, que tiene oferta comercial, vende su producción localmente.
El último CENAGRO también muestra que el 62% de los productores de cereales dedica la mayor parte de su producción al autoconsumo, lo mismo pasa con el 70% de los productores de leguminosas y el 78% de los productores de tubérculos.
Volviendo a las cifras de las exportaciones del 2012 (USD 4,122 millones), si consideramos que en café y cacao -productos de selva- se exportaron cerca de USD 1,150 millones, entonces los demás productos representaron cerca de USD 3,000 millones en envíos, que en su mayor parte están representados por productos hortofrutícolas de la costa. Mientras que nuestra sierra con la quinua, maca, hierbas aromáticas y frutales no superó los USD 60 millones en exportaciones agropecuarias.
Indudablemente, el desarrollo del sector agropecuario pasa por la demanda de los mercados. En ese sentido, el comercio internacional debe impulsarse más decididamente y en ese camino se debe hacer mucho más por la promoción de granos andinos como la quinua, kiwicha y kañiwa; pero sobre todo por esta última que incluso tiene mejores propiedades funcionales que la quinua.
Hace falta analizar con más detalle las cifras del último CENAGRO para aprovecharlo a cabalidad, utilizar una herramienta como los software y soluciones de análisis predictivos (SPSS), que nos permitan hacer consultas multi-variables para focalizar las carencias y potencialidades. Esto se logra cruzando la base de datos del censo agropecuario con la encuesta nacional de hogares (ENAHO). Es decir tenemos la gran oportunidad de tener la radiografía de cada productor agropecuario para planificar mejor el desarrollo del sector en el mediano y largo plazo.
El corto plazo no requiere mucho diagnóstico, solo basta seguir la demanda del mercado, identificar quiénes están en mejor posición para atenderla y darle un refuerzo competitivo en el desarrollo de oferta. Debemos planificar bien el futuro y actuar en el presente al mismo tiempo.
17 de noviembre del 2013