¿Cuántas hectáreas agrícolas hay en el Perú? ¿Cuál es la producción nacional de papa? Preguntas como éstas son muy difíciles de responder. En el primer caso, tenemos un dato base que fue el censo del 2012 que precisó que Perú tenia 7.1 millones de hectáreas agrícolas; y por otro lado, a inicios del 2021 el MIDAGRI anunció que teníamos 11.6 millones de hectáreas agrícolas, esto determinado con herramientas satelitales. Aquí existen factores que hacen casi irrelevante el número absoluto de hectáreas agrícolas como: las tierras en descanso, las tierras deforestadas abandonadas o la agricultura de subsistencia de secano y muy baja productividad. Un dato más relevante para determinar la oferta del agro son las hectáreas bajo riego permanente, que deben estar cercanas a los tres millones de hectáreas. Del mismo modo, nadie puede saber (con un error menor al 3%) cuánta papa produce el Perú; la data del ministerio es muestral y en un cultivo tan disperso y heterogéneo, la metodología no es precisa.
Es difícil responder a las preguntas anteriores, aun más difícil es determinar ¿cuál es el capital invertido en el sector? De la mano con ello; la pregunta más relevante para la economía del Perú ¿cuánto se invertirá en el agro cada año? Hablando de inversión nueva más allá del reemplazo varietal en algunas plantaciones, este 2024 no veremos grandes cifras. Por allí se actualiza algo de infraestructura de riego tecnificado, maquinaria agrícola o de procesamiento; pero, pensar que este año se instalarán cinco mil nuevas hectáreas de cultivo para agroexportación ya parece una cifra harto ambiciosa.
Imaginemos que a fin de año sale la subasta para las 63 mil nuevas hectáreas de CHAVIMOCHIC III con un precio base de USD 5,000 por hectárea y una cantidad similar de compromiso de inversión; quien comprará esas tierras, para sembrar o plantar qué cosa; lo más probable es que las empresas azucareras compren la mayor cantidad de las tierras. Es difícil pensar en nuevas hectáreas de arándanos, de paltas, de uvas, de espárragos sin preocuparse por el exceso de oferta que bajará los precios para todos. Dios quiera que la cereza pueda ser una realidad en el Perú; y ello pueda significar algo similar a la superficie que tiene Chile (unas 60 mil hectáreas).
El abastecimiento al mercado nacional está determinado por la pequeña agricultura cuya capacidad de inversión no dará saltos importantes; mientras que, la agroexportación entrará a un proceso de consolidación: empresas comprando empresas, buscando consolidar oferta y tener mayor poder de mercado (no hay otro camino) y en un mediano plazo, la consolidación no será solo en frutas y hortalizas; sino, también en toda la industria alimentaria donde las multinacionales se diversificarán. El Perú será un jugador importante; aunque cada vez con más capitales externos; No obstante, esto no asegura que se realicen nuevas plantaciones.
En pocos años tendremos otro puerto en Chancay, el Muelle Sur también se está ampliando y este negocio de transporte que es de ida y vuelta se topará con una pregunta más ¿por qué no aumenta la carga de contenedores de frutas y hortalizas?
Llegamos a un punto donde se analizarán cosas antes impensables: el maíz y trigo de alta productividad, la industria de la papa, algodón de fibra larga transgénico, plantaciones forestales en costa etc. Productos muy nicho como la pitahaya o frutas amazónicas no son opción para grandes inversiones.
Por todo lo anterior, con los golpes que nos dará y puede dar el mercado; debemos decir que la gran esperanza para la nueva gran inversión productiva en el Perú casi casi recae exclusivamente en la minería. Perú debe declarar la emergencia nacional de su economía e implementar una vía rápida de materialización de los actuales y potenciales proyectos mineros.
Lo anterior no quita a que implementemos un marco promotor de las inversiones agrarias, que permita a nuestro sector diversificarse en todo lo que sea posible y pueda crecer en fuentes de empleo formal. A estas alturas, es infructuoso decir que es beneficio tributario una tasa de 15% de impuesto a la renta para los sectores productivos ya que la eficiencia económica diría que los sectores productivos (no extractivos) que son gran fuente de empleo no deberían pagar renta. Sería ideal que todo ciudadano en el Perú pueda tener la opción de tener un empleo formal; con un Estado eficiente financiado con el impuesto al consumo y la renta en sectores de servicios, minería, pesca industrial y energía. ¿15% de impuesto a la renta para el agro y turismo fuera de Lima? Claro que sí, pero solo para lo que se reinvierta.