Nuevamente nos encontramos discutiendo el aumento del sueldo mínimo (RMV) que actualmente llega a 750 soles/mes. En el agro, éste se debe convertir a jornal diario de modo que incluya –en adición- la CTS y las dos gratificaciones. De este modo, mientras el jornal en la ciudad -régimen general- es de 25 soles/día; el jornal agrario se encuentra en 29.2 soles/día.
En el agro, la escasez de mano de obra motiva que el jornal agrario ascienda a entre 30 y 45 soles/día más movilidad y comida -en muchos de los casos-. De modo que elevar la RMV en principio no afectaría los costos de las empresas del sector. Sin embargo hay una práctica de correlación:
En términos de cálculo: por cada 50 soles que sube la RMV, el jornal agrario debería aumentarse en aprox. 2 soles/día. Sin embargo, si el trabajador ya gana 30 o 45 soles/día, el aumento no resultaría a 32 o 47 soles; sino al número entero “más bonito”: 35 y 50 soles/día respectivamente. En el mundo real, si ganas por encima del mercado, los aumentos también vienen con plus.
Cada vez que hay una moción de orden periodística o gubernamental por tratar el sueldo mínimo, la única entidad visible que sale a pedir mesura es la CONFIEP argumentando que el probable aumento no afectaría a las empresas grandes sino a las pequeñas, y por lo tanto, habrá más informalidad. Pero son tantas las veces que sale la CONFIEP a pedir mesura en este tema, que parece que el asunto les afectaría terriblemente a ellos. Resulta difícil imaginar que, de pronto, los grandes empresarios de volvieron “los causas del barrio”.
LA FRANJA DE PRECIOS
Últimamente aparece el clamor mediático y “coordinado” de reputados profesionales pidiendo la eliminación de la franja de precios, mecanismo que de alguna manera estabiliza los precios internos del maíz amarillo duro, leche entera en polvo, azúcar blanca y arroz pilado.
En momentos que los precios internacionales están bastante bajos; la franja de precios se convierte en un estabilizador para que internamente no bajen los precios (por la masiva importación barata). Sin embargo, el nivel de protección está superado al 60% en algunos de los casos (maíz y azúcar).
En este escenario, hay un cargamontón mediático por eliminar la franja de precios preocupados, supongo, por el “populorum” que tiene en los alimentos al mayor componente de gasto de su canasta básica de consumo. Nadie defiende la necesidad de mayores ingresos del productor o empresario rural.
EN CONCLUSIÓN
La RMV debe elevarse en función del crecimiento de la productividad país, pero también valorando la inflación, el crecimiento de la economía y nuestra propia gobernabilidad. Los 750 soles/mes representan apenas la mitad del presupuesto de la canasta básica de consumo mínima que necesita una familia para desarrollarse.
En tiempos actuales, es poco práctico pensar en estabilizar precios ya que siempre habría un grado de discrecionalidad gubernamental y presiones para que se estabilicen otros bienes de la economía.
Mejoremos el bienestar de las familias pobres con más empleo (más inversiones harán que suban los sueldos de manera espontánea) y con mejores mercados para el sector rural. Promovamos incrementar sus ingresos y dejemos sus gastos de consumo al mercado.
Nuestro agro necesita del etiquetado de productos realizados o alimentados con insumos transgénicos (incluyendo al pollo y cerdo). De esta forma empezaremos a desarrollar el gran mercado interno para nuestra oferta naturalmente cultivada o alimentada. Más marketing y menos mercantilismo.