Las actividades ilícitas en la zona de influencia de los ríos Apurímac y Ene podrán ser reemplazadas por actividades licitas en la medida que implementemos negocios rentables sostenibles y competitivos. Actividades que en un inicio puedan requerir de cierto grado de subvención estatal, no obstante una vez desarrollada la infraestructura vial y con una pacificación progresiva de la zona, las unidades productivas podrán integrarse y competir plenamente en el mercado.
Sin embargo no es una tarea fácil implementar cadenas de valor en la zona y no existe un único producto estrella que se pueda masificar; y es que desde un análisis de los mercados y de la competividad de los negocios, se necesita desarrollar un portafolio de actividades productivas que diversifiquen riesgos y maximicen el uso de los recursos.
Tenemos un punto de partida: la actividad del narcotráfico administra un producto que logísticamente es eficiente en cuanto a la relación precio/volumen. Es decir reducir la hoja de coca a clorhidrato de cocaína hace que los costos de transporte o perecibilidad del producto no sean un problema. Del mismo modo actividades productivas licitas que puedan ofertar un producto de alta relación precio/volumen y cuya logística de transporte no demande de exigencias mayores como refrigeración o transporte aéreo, podrían ser competitivas y considerados como cultivos alternativos ideales.
Bajo esta premisa se necesita tener una especie de “canasta productiva” que contempla la optimización de actividades que se desarrollan en la zona actualmente e introducir nuevas opciones de negocio que diversifiquen la oferta productiva y maximicen el aprovechamiento de los recursos disponibles. No obstante este proceso de mejoramiento y reconversión productiva debe darse de forma contundente.
Cabe precisar que aún teniendo carreteras asfaltadas, la zona del VRAE+M quedará aproximadamente a 400 Km. del principal mercado y conectividad internacional (Lima, Puerto de Callao) por lo que siempre se tendrá una desventaja competitiva en el transporte de unos 100 a 200 USD/TM (equivalente al flete marítimo de importación) por lo que la mejor estrategia de sostenibilidad para la oferta productiva de la zona es lograr una alta productividad y mayor valor de mercado.
Se necesita hacer competitiva a la actividad productiva en la zona del VRAE+M, para esto se plantea una estrategia de subvención a un nivel tal que los proyectos en la zona muestren un beneficio/costo superior al de otras zonas y regiones que potencialmente compitan con esta oferta.
Una estimación del grado de subvención promedio puede llegar al 50% del presupuesto de los proyectos productivos, estimado desde la instalación de la unidad productiva hasta llegar a la etapa de venta comercial. Este 50% puede ser suministrado por el Estado a través de los Municipios utilizando el programa diseñado por el MEF (PROCOMPITE).
El PROCOMPITE permite entregar fondos públicos no reembolsables a los grupos de productores organizados para que con estos recursos puedan instalar o mejorar cultivos, crianzas, instalaciones de procesamiento y pequeña infraestructura. Estos proyectos productivos deben tener rentabilidad y sostenibilidad demostrada a través de un plan de negocio. Los gobiernos locales y regionales pueden destinar hasta el 10% de su presupuesto de inversión y entregar hasta un máximo de un millón de soles por cada plan de negocio.
Debemos dimensionar el requerimiento de recursos financieros que deben ser inyectados a los planes de negocio para hacer competitivos los proyectos productivos. No obstante primero se deben definir los corredores logísticos, las cadenas productivas y los principales agentes productivos en la zona del VRAE+M.
Lima, 21 de mayo del 2012