(Agraria.pe) ¿Cuáles han sido los principales retos para Virú durante este último año y medio?
Al inicio fue la pandemia. Somos una empresa agrícola, nuestras operaciones están en toda la costa peruana y en Tarapoto, y no podemos parar porque hay que seguir trabajando los campos. Entonces, el reto era asegurar la salud y bienestar de nuestros 12,000 trabajadores. Hicimos un plan de trabajo, mandamos a trabajar a sus casas a las personas mayores de 60 años o vulnerables, colocamos muchos controles, ampliamos la infraestructura para que la gente se sienta tranquila.
Cuando pensamos que lo difícil había terminado, comenzó luego el tema político. Fue un año difícil por las elecciones, donde hubo una división social fortísima, pero hemos tratado de mantenernos al márgen siempre de eso, de trabajar, de decirle a la gente que nosotros apostamos por el Perú y que no se preocupen, porque tenían mucho miedo y creían que íbamos a irnos del país.
¿Cuáles han sido las principales estrategias de la empresa para este año?
Todas las medidas de seguridad que implementamos al inicio se han mantenido y las hemos puesto aun más estrictas. Sí hemos reforzado más el tema social. Al comienzo era reaccionario, apoyar al hospital de Virú, buses para que las enfermeras vayan a los pueblos, etc. Ahora hemos hecho un programa social mucho más establecido de acuerdo a las necesidades que vimos.
Además, el trabajo remoto se sigue manteniendo. La presencia en planta se ha incrementado, pero trabajamos mucho con las personas para que se sientan seguras y sepan que los cuidamos para que no se contagien.
¿En qué consiste este programa social más estructurado? ¿Qué iniciativas han trabajado?
Antes no trabajábamos tanto los temas de desinfección. Ahora tenemos programas donde apoyamos a las municipalidades. Por ejemplo, los lunes desinfectamos en Virú, los martes en Chincha, los miércoles en Caynarachi. También trabajamos muchísimo las campañas médicas, campañas de salud que hacíamos antes, pero también estamos ahora mucho más intensivos, con apoyo en todos los temas de donación de equipos de salud.
¿Qué resultados les ha traído la implementación de estas estrategias?
Hemos tenido un ausentismo y rotación bajos. También fuimos elegidos durante la pandemia en el Great Place to Work, y ya es el segundo año que estamos en el Top 10. Entonces, la gente se ha sentido identificada, saben que los hemos apoyado en momentos difíciles, no hemos dado suspensión perfecta. Muchísima gente ha estado trabajando tres o cuatro meses en sus casas, o no han estado trabajando porque hay muchos trabajos que son presenciales, e igual se les ha pagado completo.
Creo que eso ha sido parte también de que, a pesar de todo, hayamos crecido el año pasado y este año también. Ahora el reto es adaptarnos y seguir trabajando hacia adelante. Eso es lo que nos queda.
¿Cuál ha sido el impacto de sus operaciones a nivel local? ¿Qué rol han cumplido?
Creo que en las zonas donde la industria ha operado, el desempleo ha sido muchísimo más bajo. Prácticamente la gente no ha parado de trabajar. Es decir, no han sido tan golpeadas por la pandemia, y eso se ha visto en los números y resultados, acceso a los servicios de salud.
Por ejemplo, en La Libertad ha habido poquísimo desempleo, y ha habido siempre oportunidad. La gente que trabajaba en restaurantes ha podido venir a trabajar acá. Creo que hemos aportado en un momento donde la economía estaba muy golpeada. No hemos parado nunca y hemos seguido contratando gente. Y también está el tema social y el apoyo que hemos dado, donde pudimos llegar con apoyo médico a esas zonas donde a veces no llega el gobierno.
¿Qué papel juega el sector privado en la descentralización del desarrollo económico?
Creo que es importantísimo. Lo que se tiene que promover es que el sector privado trabaje más en las zonas alejadas. El privado crece mucho más rápido que el gobierno, nosotros vamos a algunos lugares y no hay infraestructura, no hay colegios, redes de agua, desagüe, luz, carreteras.
Cuando llegamos a Caynarachi, en Tarapoto, no habían cajeros, la gente no recibía su plata en el banco, ni siquiera recibían el sueldo mínimo porque era todo informal. Ahora todos tienen acceso al crédito, bancarización, crédito para sus hijos, para los colegios, universidades. Entonces, hay que trabajar en conjunto. Y si el gobierno no puede llegar, entonces que dé beneficios para hacer Obras por Impuesto. Aquí no se trata del sector privado contra el público, así nunca vamos a ir a ningún lado.
Fuente: semanaeconomica.com
