(Agraria.pe) El impacto de las lluvias originadas por el ciclón Yaku sobre la agricultura ha sido acotado. Ahora, se espera que, ante un eventual Fenómeno El Niño (FEN), el resultado sea similar.
Tras las precipitaciones generadas por Yaku, se reportaron 50,000 hectáreas afectadas. El 68% de ellas fueron dañadas parcialmente, mientras que en el 32% restante se habrían perdido los cultivos. La incidencia de daños equivale al 1.2% de toda la superficie sembrada en el Perú. “Es un impacto marginal”, explica Christian Garay, director general de estadística del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri). Las lluvias no tuvieron repercusión sobre empresas como Danper y Cerro Prieto, debido a sus sistemas de prevención.
La probabilidad de que el mar se mantenga cálido en el Pacífico para abril y junio es superior al 50%. La Comisión Multisectorial encargada del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (ENFEN) pasó de estado de ‘vigilancia’ a ‘alerta’. Y, ahora, se espera un FEN débil, con efectos acotados.
Bajo el actual escenario de previsión, el fenómeno afectaría solo a unas 30,000 hectáreas de la agricultura tradicional, según Ángel Manero, exdirector general agrícola del Midagri. Los cultivos más perjudicados serían el banano, el limón y el arroz.
El riesgo más importante lo enfrentaría el transporte de cultivos, ya que coincide con la época de cosecha, explica Juan Manuel Benites, ex titular del Midagri. Además, se agravaría la sequía en la sierra sur, con un impacto directo en la menor oferta de papa, maíz amiláceo, quinua y cebada.
En la agroexportación, el impacto también sería acotado. “El principal problema se daría en la infraestructura pública, que impediría el traslado de productos”, sostiene Jorge Aranguri, director ejecutivo de Danper.
Los daños a los cultivos serían relativamente pequeños. “Una temperatura mayor que el promedio en invierno es manejable, los cultivos son tolerantes”, explica Alfredo Lira, CEO de Cerro Prieto. Los cultivos de palta, uva y mango se verían más afectados por ser menos resistentes al agua. El impacto podría ser mayor sobre los productores pequeños, pues se abastecen de canales de riego y no de reservorios.
Tanto para la agricultura tradicional como para la agroexportación, podría haber daños posteriores por la presencia de plagas y hongos, de acuerdo con Milton Von Hesse, director de Videnza Consultores. Esto mermaría la cantidad y calidad de productos para la próxima campaña. “La recuperación puede tardar varios años”, advierte Luis Corvera, gerente general de Fresh Fruit.
Fuente: semanaeconomica.com