11 abril 2023 | 10:00 am Por: Redacción

América Latina sufre, de forma desproporcionada, las consecuencias del cambio climático: 13 de los 50 países más afectados por esta situación pertenecen a la región

Transición verde: opción bioeconómica para América Latina

Transición verde: opción bioeconómica para América Latina
Es una gran oportunidad para combinar medidas económicas y sociales con políticas ambientales.

(Agraria.pe) América Latina sufre, de forma desproporcionada, las consecuencias del cambio climático: 13 de los 50 países más afectados por esta situación pertenecen a la región, advierte la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

En su informe Perspectivas económicas de América Latina 2022: hacia una transición verde y justa, la entidad detalla que el número de fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el clima en la región aumentó, en promedio, en la mayoría de los países entre el 2001 y 2022 en comparación con las dos décadas anteriores.  En total, de los 11,933 sucesos meteorológicos extremos relacionados con el clima que se registraron en todo el mundo entre 1970 y el 2022, un 17.1% se produjeron en América Latina.

Además, se prevé un aumento de la frecuencia e intensidad con la que se registran temperaturas cada vez más elevadas, precipitaciones extremas que causan inundaciones, sequías, entre otros factores climáticos.

La transición
De acuerdo con la Cepal, la transición verde debe ir más allá de la lucha contra el cambio climático. "El contexto de recuperación brinda una excelente oportunidad de combinar medidas económicas y sociales con políticas verdes, impulsando así una transición verde y justa que podría contribuir a alcanzar mayores niveles de bienestar", refiere.

Para avanzar en esa dirección, agrega, será fundamental adoptar un enfoque sistémico de la transición verde, de manera que se transforme el sistema completo y no solo alguna de sus partes, a fin de marchar de manera integral hacia el objetivo de cero emisiones netas.

La comisión regional establece que una matriz energética más sostenible y diversificada ayudará a América Latina a reducir las emisiones, aprovechar el potencial de sus vastos recursos energéticos renovables e impulsar el acceso universal a la energía. "La región está dotada de un gran potencial de recursos energéticos renovables; en la actualidad, estos representan el 33% del suministro total de energía de la región frente al 13% a escala mundial", precisa.

 

 

En las dos últimas décadas, muchos países latinoamericanos han avanzado considerablemente en la creación de mercados de energías renovables y en la diversificación de su matriz energética. Así, en 2020, las energías renovables representaban el 61% (952 teravatios hora, TWh) de la generación regional de electricidad y, de esta cifra, el 75% correspondía a energía hidroeléctrica y el 25% a energía solar, eólica, de biomasa y geotérmica.

En el futuro, los países de la región que generen electricidad a partir de energías renovables, gracias a su abundante energía renovable de bajo costo y a matrices eléctricas relativamente limpias, podrían erigirse en importantes centros de abastecimiento de hidrógeno verde a escala industrial.

"Esto contribuiría a la descarbonización de sectores donde este objetivo es difícil de lograr, como la industria pesada y el transporte, para los que actualmente no existen alternativas viables a los combustibles fósiles. En determinadas condiciones, el gas natural puede considerarse una actividad de transición hacia una economía con cero emisiones netas", asegura la Cepal.

Nuevos usos
Sin embargo, optar por un proceso de transición de este tipo implicará una significativa reducción de generación de energías convencionales. La Cepal precisa que las infraestructuras de petróleo y gas existentes podrían tener nuevos usos; por ejemplo, los oleoductos y los gasoductos estarían en capacidad de transportar hidrógeno, lo que favorecería la creación de una industria del hidrógeno, mientras que los yacimientos de petróleo y gas agotados se destinarían a proyectos de captura y almacenamiento de carbono.

 "Además, el hidrógeno sostenible puede fomentar vínculos verticales y horizontales a lo largo de su cadena de valor, lo que generaría valor agregado y promovería industrias innovadoras", detalla.

 

La región también ostenta una posición estratégica para suministrar minerales de suma importancia en la transición energética. En 2017, América Latina albergaba el 61% de las reservas mundiales de litio, el 39% de las de cobre y el 32% de las de níquel y plata.

Por otra parte, lograr el acceso universal a la electricidad es esencial. De acuerdo con la Cepal, en toda la región hay 17 millones de personas que no tienen acceso a la electricidad, en particular en el ámbito rural y entre los hogares más pobres y las poblaciones indígenas y afrodescendientes.

"Las políticas industriales, circulares y azules pueden transformar la estructura productiva de América Latina y son piezas centrales de una transición verde y justa", refiere la entidad.

Detalla que es necesario reformular las políticas industriales para fomentar y atraer inversiones en innovación verde.

Hasta ahora, el gasto interior bruto en investigación y desarrollo (I+D) de la región ha sido de solo el 0.3% del producto bruto interno –PBI– (2018), frente al 2% del PBI en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y continúa siendo impulsado, en buena medida, por las administraciones públicas (56.5% del total).

De acuerdo con la Cepal, se prevé que la transición a una economía circular tenga efectos positivos netos sobre el crecimiento del PBI y el empleo, al tiempo que reduce las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

Los efectos netos previstos para Chile, Colombia, México y Perú son un aumento de su PBI (que iría del 0.82% en Chile al 2.03% en Perú) y la creación de empleo (del 1.1% en Chile y Colombia al 1.9% en Perú). La economía azul también puede contribuir al desarrollo de la región, pero su potencial sigue sin explotarse.

El organismo regional precisa que en 2018 la contribución total al PBI de los servicios oceánicos se calculó en US$ 25.000 millones para América Latina y en US$ 7.000 millones solo para los países del Caribe.

En términos de empleo, la pesca y la acuicultura dan trabajo a más de 2.5 millones de personas. La transición verde ofrece una buena ocasión de crear empleos de calidad para los ciudadanos de la región.

"Aunque lo más probable es que se pierdan algunos puestos de trabajo en los sectores marrones a medida que los países avanzan hacia un modelo de cero emisiones netas, si se aplican políticas eficaces, se pueden crear muchos otros puestos de trabajo formales en los sectores verdes para el 2030", puntualizó la entidad.

Fuente: Andina

 

Etiquetas: cepal , bioeconomica