22 abril 2016 | 10:04 am Por: Edwin Ramos | prensa@agraria.pe

Según gerente general de Agrícola Cerro Prieto

TRANSGÉNICOS PODRÍAN CONVERTIR AL PERÚ EN EXPORTADOR DE FIBRA EXTRALARGA

TRANSGÉNICOS PODRÍAN CONVERTIR AL PERÚ EN EXPORTADOR DE FIBRA EXTRALARGA

Alfredo Lira sostiene que esta tecnología, vetada por ahora en el país, podría potenciar a parceleros, medianos y grandes agricultores dedicados al algodón. Espera que nuevo gobierno tenga un enfoque distinto sobre el tema. 

(Agraria.pe) La declinación de los cultivos de algodón en el país podría encontrar solución en las semillas transgénicas para mejorar la calidad de la producción nacional. Así lo entiende Alfredo Lira, gerente general de Agrícola Cerro Prieto, quien se muestra convencido de que esta tecnología, retenida por la vigencia de la Ley de Moratoria de Transgénicos, podría impulsar a parceleros, medianos y grandes agricultores, convirtiendo al Perú en potencial exportador de algodón de fibra larga. 

“Es ridículo no utilizar la tecnología, no tiene ningún sentido no hacerlo porque no va a pasar nada trayendo transgénicos de algodón y calculo que de ningún otro producto. Tendrá que pasar otro gobierno para conversar con el nuevo ministro del sector”, señaló el empresario. 

Lira recordó que Agrícola Cerro Prieto sembraba variedades traídas de Estados Unidos, que son procesadas en máquinas donde también se procesan transgénicos hasta que se advirtió que el hallazgo casual de alguna pepa de transgénico que hubiera llegado de forma inadvertida podría acarrear grandes sanciones pues la Ley de Moratoria establece tolerancia cero. 

Esta situación llevó a las exportadoras de semillas a decidir que venderán ningún tipo de semillas –transgénicas o no- a los productores peruanos. De acuerdo a Lira, esta circunstancia al final obligó a que la semilla IPA 59, desarrollada por el Instituto del Algodón Peruano se extienda en su uso y se consolide ante la imposibilidad de traer semillas buenas del exterior. 

De otro lado, reveló que Agrícola Cerro Prieto, la empresa que dirige, siembra un promedio de 800 a 900 hectáreas de algodón con sistemas tecnificados y le ha ido bien pues los costos de producción son baratos. 

Lira identificó sin embargo problemas en la cadena de comercialización del producto por los impuestos y, especialmente, por el impedimento que encuentran las desmotadoras y textiles para acogerse a las facilidades que otorga la Ley de Promoción Agraria al considerarse al algodón cultivo industrial y no agroindustrial. 

“Eso podría incentivar que se siembre más algodón y que el textilero que compra el producto pueda ir hasta el campo a recogerlo”, concluyó.

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