México gasta US$ 40 millones al año para mitigar la enfermedad que ya se encuentra en su territorio. Perú necesita S/ 12 millones para prevenir su ingreso. Más de 60 mil hectáreas y 40 mil productores nacionales se encuentran en riesgo. Hasta 80% de nuestros cultivos de limón serían arrasados.
(Agraria.pe) Uno de los mayores peligros que se cierne sobre la agroindustria peruana es el HLB o Dragón Amarillo, enfermedad que ataca a los cítricos, es incurable y que, además, se encuentra tan cerca como en la frontera con Ecuador.
En esa zona, donde el tránsito de personas y mercancías es tan fluido tanto por vías formales como informales, es que las autoridades sanitarias del país están enfocando sus esfuerzos de manera conjunta. Y es que, según Pedro Molina, jefe nacional del Senasa, si este mal llegara a expandirse en suelo peruano, afectaría a cerca de 60 mil hectáreas de cultivos y más de 40 mil agricultores pequeños, medianos y grandes, con un saldo económico y social enorme.
“Si la enfermedad ingresara, la medida a implementar sería trabajar con miras de aquí a unos cinco o seis años a través de material genético de nuevas variedades. Esto tomaría mucho tiempo y el impacto que dejaría en la citricultura sería muy grande, por un valor aproximado de 700 millones de soles si no hacemos nada”, explicó el funcionario.
Es por ello, explicó, que el Senasa sigue de cerca las acciones que toma su par de Ecuador (Agrocalidad), de tal forma que impulsen esfuerzos conjuntos a ambos lados de la frontera, haciendo especial énfasis en la importancia de que la gente que transita de un país a otro no lleve material vegetal y se convierta en medio de diseminación.
En ese afán, Molina señaló que están aliados a nivel local con el gremio productor ProCitrus y buscan el apoyo de diversas entidades estatales como Sunat, Sutran, Policía Nacional del Perú y Fiscalía, de tal forma que se abarque lo más posible con el control una frontera norte que es muy extensa.
Es así que ya se han atrapado en el país ejemplares de Diaphorina citri, el vector que puede transmitir el HLB en Tumbes y Piura el año pasado, aunque no portaban el mal (en total se registraron 52 incursiones). Este insecto no vuela largas distancias, por lo que en el 100% de los casos la contaminación se da por factor humano.
Esta alerta internacional sanitaria es hoy tema de preocupación para los grandes sectores de productores de naranja de la selva central, de limón de Piura y Tumbes, y mandarinas en la costa central. Un gremio que poco a poco ha ido posicionándose a nivel internacional con la calidad de su producto.
De hecho, el jefe del Senasa recordó que actualmente las exportaciones peruanas de cítricos superan los US$ 200 millones, un buen resultado al que se sacó aún más brillo con la reciente apertura del mercado japonés para las mandarinas Satsumas, un hito en una plaza muy difícil.
Otro ámbito sensible que se afectaría sería la gastronomía peruana, ya que el HLB diezmaría entre el 70% a 80% de los cultivos de limón, lo que impactaría en todo lo largo de las cadenas de restaurantes tanto como en las preparaciones diarias del peruano de a pie.
El panorama indica por ello que se tiene que ser proactivo, por lo que, dijo el vocero, el Senasa está en campaña de sensibilización tanto de la ciudadanía en la zona norte como de las autoridades de gobiernos regionales y municipios locales, con el fin de juntar todos los recursos económicos necesarios para mantener el estatus del país como libre de esta enfermedad. A esto se sumará una propuesta que se hará al Ministerio de Economía y Finanzas para obtener fondos que impulsen definitivamente esta labor.
Pedro Molina recordó que el HLB o Dragón Amarillo surgió en el continente asiático, desde donde migró hacia Latinoamérica. En esta región, uno de los países con más experiencia en este mal es México, donde en el estado de Colima casi el 70% de la producción de limón fue dañada (no hay químicos que lo combatan). Hoy, al país norteamericano le cuesta US$ 40 millones al año tratar de mitigar la plaga ya en su territorio. En el Perú, se necesitan S/ 12 millones para prevenir y evitar ese escenario.
En otros países como Estados Unidos (California, zona citrícola) y Brasil, la enfermedad ingresó siempre a través de zonas urbanas, por lo este es el flanco crítico a atacar si nuestro país quiere mantenerse libre de este mal.