. Más de la mitad de los países de América Latina y el Caribe son hoy importadores netos de alimentos, pero la región está en condiciones de autoabastecerse y acelerar la lucha por la erradicación del hambre mediante la cooperación y el comercio interno.
. Si todas las compras de productos agroalimentarios provenientes desde fuera de la región se sustituyeran por compras intrarregionales de aquellos rubros en que la región es excedentaria, el potencial de sustitución y de expansión del comercio intrarregional alcanzaría 44 376 millones de dólares.
. Perú es el quinto consumidor intrarregional de productos agroalimentarios, con US$ 2. 562 millones entre 2010 y 2012; aun así, su potencial de sustitución de importaciones extrarregionales por intrarregionales podría alcanzar los US$ 1.284 millones.
Por: Raúl Benítez, Representante Regional de la FAO
(Agraria.pe) Potenciar el comercio intrarregional de alimentos en América Latina y el Caribe bastaría para satisfacer la totalidad de la demanda regional de comida. Aun cuando la región produce varias veces más de lo que todos sus habitantes necesitan, actualmente una gran parte de los alimentos consumidos en América Latina y el Caribe provienen de otras partes del mundo. El alza de los precios internacionales deja a muchos países en una situación de fragilidad y caídas en el suministro alimentario, ya que dependen -en mayor o menor medida-de las importaciones para alimentar a su población.
Esta situación podría cambiar radicalmente si los gobiernos decidieran potenciar su intercambio alimentario.
Un nuevo estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) señala que 18 de los 33 países de América Latina y el Caribe son importadores netos, lo que significa que importan más alimentos de los que exportan. Esto incluye a casi todos los países del Caribe, y a potencias agroalimentarias como México, cuyas importaciones anuales de alimentos superaron a sus exportaciones en US $3.363 millones en promedio entre 2010-2012.
Más de la mitad de todas las importaciones alimentarias de América Latina provienen de fuera de la región (57% en 2012), casi un tercio de ellas de Estados Unidos. Sin embargo, América Latina y el Caribe tiene un enorme potencial para cubrir esta demanda, que aún no se ha explotado. En 2010-2012, la región en conjunto exportó 3.6 veces más alimentos de los que importó, por lo que podría haber abastecido la totalidad de la demanda regional, incluso con un gran saldo disponible para exportar.
Los países del Cono Sur son los principales abastecedores del comercio intrarregional de alimentos. Argentina es el primer proveedor, con casi un tercio de las exportaciones agroalimentarias intrarregionales entre 2010 y 2012 (US$ 10.166 millones anuales), seguido por Brasil, con poco más de US$ 5.7 mil millones y Chile, con casi US$ 3 mil millones. Paraguay y Uruguay superaron los US$ 1.500 millones anuales en promedio, y Ecuador, Guatemala y Colombia exportaron más de US$ 1 mil millones cada uno hacia países de la misma región. El principal comprador intrarregional de productos agroalimentarios es Brasil, concentrando el 18% de las importaciones provenientes de la región, seguido de Chile y Venezuela, que representan algo más del 11%, Colombia (9.9%), Perú (7.6%) y México (6.1%).
Del análisis de la oferta y demanda por productos alimentarios específicos surgen notables complementariedades entre países, que se beneficiarían enormemente mediante un mayor comercio intrarregional.
Por ejemplo, mientras México, Perú, Colombia, Chile, Ecuador y Guatemala son importadores netos de trigo y se proveen de fuentes extrarregionales, Argentina, Uruguay y Paraguay son exportadores netos de trigo y destinan parte significativa de sus exportaciones a mercados fuera de la región. Lo mismo ocurre con el maíz, donde Argentina, Brasil y Paraguay tienen amplios excedentes exportables que pueden cubrir la demanda de México, Colombia, Perú, Venezuela, Guatemala y República Dominicana. En el caso del arroz, Uruguay, Argentina, Guyana, Paraguay y Surinam tienen excedentes que venden hacia el resto del mundo, mientras México, Chile, Perú, Venezuela, Jamaica, Honduras, Nicaragua deben importarlo a menudo desde otras regiones.
El desarrollo del comercio intrarregional de alimentos puede contribuir de forma significativa a la lucha contra el hambre de América Latina y el Caribe. Consciente de ello, el principal órgano de integración regional, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), con el apoyo de ALADI, ha incluido una serie de acciones para estimular este comercio como parte de su Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre, adoptado en enero de 2015 por la Cumbre de Costa Rica.
Este plan es un acuerdo regional único en su especie, y está fortaleciendo los esfuerzos de todos los países para lograr que completa erradicación del hambre al año 2025.
La producción y el comercio de alimentos ha sido uno de los pilares que le han permitido a América Latina y el Caribe ser la primera región en alcanzar las dos metas internacionales del hambre –la de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y la Cumbre Mundial de la Alimentación– reduciendo a menos de la mitad tanto su proporción como número total de personas subalimentadas desde 1990-92.
Si los países logran mejorar su cooperación y fortalecer su comercio intrarregional agroalimentario podrán mejorar la vida de millones de personas, fomentando la integración y asegurando que ninguna mujer, hombre, niño, niña o anciano tenga que pasar un día más con hambre en América Latina y el Caribe.