(Agraria.pe) La innovación es muy importante para desarrollar los ecosistemas empresariales e industriales de un país, y mucho más cuando se trata de un proyecto que busca reflejar las historias de pequeños agricultores que, gracias a sus iniciativas de asociatividad y su inserción en las cadenas productivas, sacan de la pobreza no solamente a sus familias, sino que otorgan nuevas oportunidades de desarrollo a sus comunidades.
De eso se encarga “Arriba el Agro”, proyecto creado en 2021 por los periodistas Gabriel Gargurevich y Renato Velásquez, y que ellos definen como “el programa que cuenta las historias de los agricultores que siembran un Perú mejor”.
“Arriba el Agro” ha podido encontrar las historias de superación de estos campesinos en diversas partes del Perú como Majes (Arequipa), San Miguel (VRAEM, Ayacucho), Chulucanas (Piura), Sullana (Piura), Casma (Áncash), Chocope (La Libertad) y San Miguel de los Molinos (Ica).
“Nuestro objetivo es contar las historias positivas que la agroindustria ha traído para el Perú y romper con ese mito de que solo las grandes empresas se benefician de la agroexportación. Esto no es cierto. En sus cadenas productivas participan miles de pequeños productores agrícolas que han visto cómo se han multiplicado sus ingresos desde que pueden exportar sus productos”, sostiene Gabriel Gargurevich, presentador del programa.
“Uno de los efectos de poner estas historias en Internet, gratuitas y al alcance de todos los peruanos, es que agricultores de otras zonas se inspiran en estas buenas prácticas y replican las buenas acciones, obteniendo mayor rentabilidad y productividad en sus cultivos, y descubriendo nuevas formas de comercializar sus productos”, explica Renato Velásquez, director periodístico del programa.
“Es una idea tan simple como poderosa: utilizar las redes sociales para distribuir conocimiento. Contar casos de éxito para que otros agricultores los repitan. En nuestro programa, los campesinos encuentran consejos técnicos, tips para control de plagas, e incluso ideas de financiamiento y sostenibilidad”, indica Velásquez.
Hasta el momento, “Arriba el Agro” ha emitido cerca de cincuenta videos, que han sido vistos más de 3 millones de veces en las plataformas en que se difunden: Facebook y Youtube, principalmente, aunque también se pueden encontrar sus contenidos en Instagram, LinkedIn y Tiktok.
Premio y financiamiento
Este proyecto ahora ha recibido el premio “Reconociendo la Innovación”, que entrega el Ministerio de la Producción, a través de su entidad Pro Innóvate. El premio viene con un cofinanciamiento de S/ 150.000 que “Arriba el Agro” utilizará para contar las historias de los proyectos agrícolas más innovadores del Perú.
El primero de ellos es la start up peruana Space AG, que utiliza drones e imágenes vía satélite para monitorear los campos y señalar, en tiempo real, cuando hay un problema de riego, plaga o de otra índole a través de un aplicativo móvil. Además, Space AG ofrece soluciones de conteo de frutos, lo cual permite proyectar el volumen de la cosecha de los productores, y una plataforma para medir el desempeño del personal en campo.
El segundo caso se trata de un emprendimiento de innovación social: Café Compadre, que a través de una iniciativa de comercio justo y capacitación a pequeños productores de Satipo (Junín), logra que los campesinos obtengan un mejor café y, por ello, un precio hasta cuatro veces mejor.
El otro proyecto que contará “Arriba el Agro” será el caso de la empresa tech Agros, que utiliza tecnología blockchain para dotar de una identidad digital a los agricultores de las zonas más alejadas del país. A través de su plataforma, los campesinos pueden acceder a créditos, servicios médicos, entre otros beneficios, sin necesidad de tener conexión a Internet.
Proyección a futuro
“Nuestro objetivo es que, en el corto plazo, Arriba el Agro se convierta en el punto de encuentro de los agricultores del Perú, una plataforma donde compartan experiencias y solucionen problemas, además de acceder a capacitaciones técnicas e ideas de asociatividad y financiamiento”, sostiene Velásquez.
Gargurevich añade que “la educación es un derecho, y muchos de los agricultores de las áreas rurales del Perú se han visto privados de ese derecho. Sería ideal restituirlo con ayuda de la empresa privada, quien tiene la mejor tecnología y un conocimiento que deberían ser compartidos”.