15 septiembre 2010 | 10:44 am Por: Arturo Córdova apellido | editor@agraria.pe

Ante el cambio climático, advierten:

POSIBLES IMPUESTOS AMBIENTALES PARA LAS AGROEXPORTACIONES

POSIBLES IMPUESTOS AMBIENTALES PARA LAS AGROEXPORTACIONES

 

Economías de la Unión Europea y de los Estados Unidos podrían establecer requisitos relacionados con la cantidad de dióxido de carbono generado por los productos enviados 

 

Por Manuela Zurita

 

Lima, 15 Septiembre (Agraria.pe) La Unión Europea y Estados Unidos podrían imponer barreras ambientales a la exportación de productos, afirmaron especialistas peruanos en medición de emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera. El dióxido de carbono es un Gas de Efecto Invernadero (GEI) cuya excesiva acumulación en la atmósfera terrestre ha provocado el calentamiento global, que es, a su vez, la causa del cambio climático. 

 

David García, jefe de Medioambiente y Sostenibilidad de la empresa Poch, que ofrece servicios de consultorías ambientales (entre otras) explicó que las normativas ambientales surgen por la existencia de una mayor preocupación ambiental en los consumidores de esas latitudes. 

 

En ese sentido, apuntó que desde el 01 de enero de 2011 regirá en Francia la Ley Grenelle, que exige el etiquetado de CO2 a todos los productos comercializados en el país galo. “Es posible que otros países europeos también establezcan medidas similares”.

 

Señaló también que en Estados Unidos se discute la posibilidad de establecer aranceles de CO2 como una carga impositiva en función al que se genera durante la producción. No obstante, destacó que este debate está en stand-by en el Congreso norteamericano.   

 

En conversación con Arturo Caballero, gerente general de A2G Carbon Partners, consultora peruana ambiental especializada en huella de carbono, explicó que en el gigante norteamericano las empresas ya tienen la obligación de contar con inventarios de GEI. “Ellos han aplicado esa medida con la visión de que en el futuro el comercio se va a basar en productos que tiendan a emitir menos GEI”.

 

Caballero señaló además, que las cadenas de supermercados Walmart y Tesco han comenzado a exigir a sus proveedores que les faciliten un detalle de las emisiones que generaron en la elaboración de sus productos. “Lo que se está pensando en Europa es, por ejemplo, que las manzanas chilenas que llegan a sus países estén neutralizadas. Esa es la tendencia en ese continente, uno de los que más está sufriendo los estragos del cambio climático”, resaltó.

 

Las regulaciones ambientales podrían volverse más estrictas, especialmente después de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 16) que se celebrará en Cancún (México) del 29 de noviembre al 16 de diciembre próximo. Según Caballero, se espera que en ese foro se establezca un “Protocolo Post Kyoto”, que amplíe las obligaciones de reducir emisiones a los países en vías de desarrollo. Hoy sólo se aplican a los desarrollados. 

 

No obstante, a juicio de David García, la puesta en marcha efectiva tanto de etiquetados como de aranceles para los países como Perú dependerá de la posible presión que ejerzan los productores norteamericanos como europeos, sobre quienes ya pesan dichas obligaciones ambientales. 

 

Desafíos para el agro peruano

 

Consultados sobre los desafíos que plantea el posible establecimiento de estas normas para el sector agroexportador, García destacó la necesidad de que las firmas piensen, primero, en medir sus emisiones de dióxido de carbono y, segundo, en estrategias para compensarlas para ser consideradas como “neutrales en carbono”. 

 

Esta calificación (que podría, como señaló Caballero, ser demandada en Europa) puede obtenerse a partir de la compra u adquisición de certificados de reducción de emisiones (CER) también llamados “bonos de carbono”. Estas son unidades de valor (1 CER= 1 TM CO2 reducida= unos 10 euros) comercializadas internacionalmente en diferentes bolsas. 

 

Según informó Caballero, en Perú ya existen empresas del sector agroexportador y otras relacionadas que han observado la necesidad de calcular su huella de carbono. Apuntó que tanto KeyPerú SA (exportadora de cebolla dulce) y Fructus Terrum SA (pulpa de fruta) cuentan con ese inventario. Señaló que actualmente la empresa Liofilizadora del Pacífico SA (que ofrece servicios de liofilización y/o deshidratación de productos) está midiéndola y que en 2011 el fundo Santa Patricia (mandarina, palta Hass y espárrago) tiene programado hacerlo.

 

Precisó que la única empresa relacionada con el agro en nuestro país que obtuvo la calificación de “empresa neutra en carbono” ha sido la transportadora de containers Corporación Logística Integral (CLI). Esta firma neutraliza sus emisiones comprando CER de un proyecto hidroeléctrico de Brasil. 

 

Sin embargo, para Caballero, la huella de carbono es sólo la línea base del cálculo de emisiones. Es que esta medición permite generar a su vez una mayor eficiencia energética en la empresa, lo que se traduce en un mayor ahorro económico. “Lo primero que tienen que hacer las empresas peruanas es su huella y, de allí, preguntarse cómo mejorar los procesos de cara a tener menos emisiones, ahorrar dinero y obtener un mejor nombre”, concluyó.