Por Laureano del Castillo, director ejecutivo de CEPES.
(Agraria.pe) Las organizaciones que convocaron al paro agrario de 2019 incluyeron en su plataforma de lucha la “Reestructuración del Minagri”, pero recién en noviembre de 2020 se aprobó la Ley de Organización y Funciones del ahora Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri). Esta ley mantiene dos viceministerios, ahora llamados de Políticas y Supervisión del Desarrollo Agrario, y de Desarrollo de Agricultura Familiar e Infraestructura Agraria y Riego. Pero esa reorganización no responde a las necesidades de los agricultores familiares. Así, Fernando Eguren (presidente de Cepes) comentaba que esa ley se limitaba a la dimensión económico-productiva de la agricultura, concluyendo que “Un ministerio que pretende apoyar a la agricultura familiar no debería limitarse al ámbito de la producción agraria primaria.”
En verdad, la Ley de Organización y Funciones del Midagri trae pocas menciones a la agricultura familiar (AF). Además, su ROF muestra que no le compete al viceministerio de Desarrollo de Agricultura Familiar, sino al de Políticas y Supervisión del Desarrollo Agrario las funciones relacionadas con la AF.
En enero de este año se presentó un proyecto de ley de Desarrollo Agrario Inclusivo. Plantea, entre otros puntos, una “reforma institucional” del Midagri, creando 3 viceministerios. Pero esa propuesta (aún en trámite en el Congreso) mezcla a la AF con la agroexportación, la agroindustria y las actividades financieras y comerciales.
Aunque ese proyecto de ley amerita mayor análisis, carece de un diagnóstico más fino de la realidad del mundo rural. En efecto, en la exposición de motivos se dice que su objetivo es “integrar al Pequeño Productor Agrario a la agricultura moderna y en este proceso incrementar 20 veces nuestra capacidad productiva agraria”, algo que merece discutirse, pues olvida que el “Milagro Peruano” es resultado de la aplicación de incentivos que sólo han beneficiado a un poco más de 2.000 empresas.
No se requiere mucha ciencia para ver la importancia de la agricultura familiar. La Estrategia Nacional de Agricultura Familiar 2015-2021 reconoce que el 97% de los 2.2 millones de Unidades Agropecuarias son parte de la agricultura familiar, que en ella labora el 83% de los trabajadores agrícolas y que es el sector que aporta la mayor cantidad de alimentos.
La Ley de Promoción y Desarrollo de la Agricultura Familiar, encarga al Midagri asumir “las acciones de conducción de la promoción y desarrollo de la agricultura familiar, considerando su importancia en la seguridad alimentaria y nutricional”. Sin embargo, no es lo que vemos ahora, en que se está discutiendo un nuevo Plan Nacional de Agricultura Familiar, y se repite la falacia de reunir lo que otros ministerios han presupuestado y que luego se suman. La AF requiere real atención, más aún por la crisis agroalimentaria que venimos sufriendo.