24 junio 2020 | 09:25 am Por: Edwin Ramos | prensa@agraria.pe

Alarmante reporte del Instituto de Estudios Peruanos

Nueve de cada diez hogares rurales han reducido la cantidad y calidad de sus alimentos durante la pandemia 

Nueve de cada diez hogares rurales han reducido la cantidad y calidad de sus alimentos durante la pandemia 
El quiebre de los sistemas de intercambio urbano-rurales está haciendo retroceder a la economía rural a un escenario muy similar al de los de los años ochenta. Mercados itinerantes son alternativas de muy poco alcance y ya se habla de una “agenda hambre”.

(Agraria.pe) El Día del Campesino en nuestro país (24 de junio) encuentra al ámbito rural viviendo una difícil paradoja este año: es el sector donde se producen los alimentos que proveen a las ciudades, pero, al mismo tiempo, es donde 90% de personas afirma que ha disminuido la cantidad de alimentos que consume.

La cifra la aporta el reciente estudio sobre Vulnerabilidad Alimentaria publicado por el Instituto de Estudios Peruanos (IEP) que sondea las percepciones de los afectados por la pandemia entre los meses de abril y mayo. Uno de sus énfasis está puesto en el área rural, donde, además de la cifra ya referida, el 59% de encuestados revela que en algún momento de estos dos meses se quedó sin alimentos.

“Casi tres de cada cuatro hogares peruanos han tenido que hacer ajustes a sus hábitos alimenticios. Los problemas, como era de esperar, son mucho mayores en los sectores más vulnerables. Especialmente preocupante es la situación de las zonas rurales, donde nueve de cada diez hogares señalan que han reducido la cantidad y calidad de alimentos que consume la familia”, ratifica Raúl Asencio, vocero de la institución.

Estos datos, dice, significan un retroceso de varias décadas en las problemáticas rurales, ya que, si antes de la pandemia la agenda nutricional se centraba en la anemia, en los próximos meses es posible que se hable de una “agenda hambre”, algo que se pensaba superado en casi toda América Latina.

Este desenlace es provocado por el colapso de los sistemas de intercambio urbano-rurales, ya que los grandes descensos de pobreza rural en las últimas décadas se debieron a la inserción de las familias rurales en los circuitos de intercambio. “Los hogares rurales ya no son solamente campesinos, sino que tienen estrategias de generación de ingresos diversificadas: trabajo en obras públicas, comercio, servicios de movilidad, etc.”.

Todo este sistema se ha quebrado y obliga a las familias rurales a volver a una situación de autosuficiencia, en la que dependen de forma casi exclusiva de lo que producen y pueden intercambiar con sus vecinos cercanos. “Es decir, hemos vuelto a una economía rural parecida a la de los años 80”, reconoce Asencio.

Desde su perspectiva, iniciativas como los mercados itinerantes o de trueque son solo alternativas provisionales de alcance limitado, ya que es poco probable que se puedan multiplicar en la escala necesaria y se sostengan en el tiempo, por lo que la única solución real a mediano plazo para evitar un panorama de hambre es reactivar los circuitos de intercambio urbano-rurales.

Dato

El estudio del IEP se realizó del 21 al 28 de mayo último entre 1490 entrevistados distribuidos en 24 departamentos, 139 provincias y 359 distritos. Se aplicó un muestreo probabilístico con selección aleatoria utilizando un marco muestral de números celulares y llamadas aleatorias. El nivel de confianza es de 95%.

 

Etiquetas: Dia del campesino