(Agraria.pe) La primera quincena de octubre sería decisiva para la continuidad del proyecto de irrigación Majes-Siguas II, y podría marcar el fin de los cuatro años de espera para que la obra se reactive. Para esas fechas, el Gobierno Regional de Arequipa proyecta haber respondido a las cuatro recomendaciones hechas por la Contraloría de la República y expuesto ante los técnicos de la Presidencia del Consejo de ministros y el Consejo Regional el sustento técnico para la aprobación de la Adenda 13.
La Adenda 13 implica cambios al proyecto, entre ellos, en la infraestructura hídrica -se instalará caudal a presión- por US$ 104 millones, con el cual el valor de la obra pasa de un total de US$ 550 millones a US$ 654 millones. De acuerdo al gerente de la Dirección de la Promoción de Inversión Privada del Gobierno Regional, Augusto Palaco Toro, sí se podrá asumir el costo con la venta de tierras “que se darían en buenas condiciones de precios”, estimado en cerca de US$ 11.000 por hectárea, además del componente hidroeléctrico que generaría US$ 14 millones al año, y los S/ 900 millones anuales que tiene la región como presupuesto para inversiones.
“Hay apoyo y buena voluntad del Ejecutivo para que el proyecto, que va a generar 150.000 empleos, salga adelante. Se ha realizado un informe sustentatorio que ha sido aprobado en su momento por el Ministerio de Economía y Finanzas, ProInversión, Ministerio de Agricultura y ratificado por los últimos tres presidentes. Es el único proyecto con posibilidades reales de salir adelante”, señaló Palaco Toro.
Dos tipos de subastas
El enfoque del Gobierno Regional está hoy en obtener la aprobación de la Adenda -que también contempla la reducción de las macro parcelas de 400 a 200 hectáreas-, de lo contrario caería en caducidad lo que significaría una nueva demanda de arbitraje internacional que podría demorar cuatro años “sin contar con otros cuatros años más para el rediseño del proyecto elevando en cinco veces el costo actual de la próxima obra”.
El gerente del Gobierno Regional también adelantó que una vez aceptada la adenda, buscarán sentarse con ProInversión, que estará a cargo de la venta de las 38.500 hectáreas, para proponer dos diseños de subastas, uno dirigido a las grandes empresas y otra, para las asociaciones de productores, “para que nadie quede excluido, pero el objetivo es que se apunte a un modelo de agroexportación para que el proyecto sea rentable”, anotó. Así, descartó que se vayan a reducir las parcelas.
En el caso de los pequeños productores “se impulsará un modelo asociativo con la posibilidad de que accedan a créditos con garantía. Al momento de diseñarlo, se deberá incluir actores financieros que puedan ayudar a estos modelos asociativos”, señaló, aunque no descarta que en el camino esta idea preliminar pueda modificarse. “Nada está cerrado”, anotó.
Lo que sí queda claro para Palaco es que no se tomará como ejemplo Majes-Siguas I, que previo a la subasta de tierras cambió el diseño y se redujeron las parcelas. Y si bien muchos pequeños productores lograron obtener tierras a través del sorteo, el 98% de los dueños las revendió al no poder desarrollar la actividad agrícola y, de ese porcentaje, el 50% son un tercer comprador.
“Hoy la realidad de Majes-Siguas I es que es una especie de lugar de descanso de trabajadores de las compañías mineras, de mineros informales o de profesionales principalmente de la salud, y por eso no ha logrado el desarrollo agroexportador”, indicó.
Fuente: Gestión