12 febrero 2020 | 09:34 am Por: Edwin Ramos | prensa@agraria.pe

Sostuvo Fernando Cillóniz, presidente de Inform@cción

“La flexibilidad laboral favorece al trabajador agrario”

“La flexibilidad laboral favorece al trabajador agrario”
Ex gobernador regional de Ica señaló a la Ley General del Trabajo como la responsable de la alta tasa de informalidad laboral en el país. Dijo que la Ley de Promoción Agraria facilita el acceso al capital y crea empleo, por lo que pidió que se extienda a más sectores.

(Agraria.pe) El éxito de la agroindustria peruana convoca muchos puntos de vista, desde los muy críticos hasta los más elogiosos. De hecho, hay quienes consideran que se trata de un caso de éxito basado sobre la renovada Ley de Promoción Agraria y que, a despecho de los detractores, debería extenderse a prácticamente todos los sectores de la economía peruana.

En este grupo se encuentra Fernando Cillóniz, presidente de Inform@cción, para quien en el historial del Estado hay muchas leyes fracasadas con muy pocas excepciones, entre las que se encuentra, justamente, la Ley de Promoción Agraria.

Desde su perspectiva, la Ley General del Trabajo es la responsable de la alta informalidad que existe en el sector laboral peruano (estimada en 70%), una realidad que en lo que compete a los alcances de ley agraria ha mejorado pues generó formalidad.

“Toda ley tiene que propiciar inversiones. Si una ley, por más bien intencionada que sea, desalienta las inversiones, es una ley fracasada. Porque lo que tenemos que fomentar con leyes es la inversión en el corto y el largo plazo. (…) Tienen que facilitar el acceso al capital; y en el aspecto laboral la Ley de Promoción Agraria le debe todo prácticamente al régimen laboral agrario”, sostiene.

Y agrega que, aunque a muchos les moleste, ha sido la flexibilidad laboral lo que produjo el flujo de millonarias inversiones en el sector, lo que ha su vez ha generado mucho empleo formal e incrementos en las remuneraciones, fomentando el empleo femenino y de los jóvenes.

Por ello, se configura un escenario paradójico en que la flexibilidad es la que juega a favor de los trabajadores y no la estabilidad absoluta. Se apoya en ejemplos como que existen casos de personas que trabajan en dos o más empresas a la vez, como ha visto en Ica, a quienes les va mucho mejor con este sistema. “Seamos objetivos: aunque parezca mentira, la flexibilidad laboral favorece al trabajador; por lo menos en la Ley de Promoción Agraria lo favorece”.

Debido a estos resultados, al también ex presidente regional de Ica le resulta incomprensible que haya muchos políticos, intelectuales y periodistas que busquen eliminar la norma, cuando más bien, dice, debería copiarse casi literalmente en todos los sectores de la economía peruana por los excelentes resultados que tuvo, especialmente para los trabajadores.

Y para apuntalar su mensaje, Cillóniz agrega que el contexto que ha permitido este crecimiento es la Constitución de 1993, la cual -siempre en sus palabras- ayudó a propiciar los procesos de inversión que no existían antes de ese año.

“Ojalá nunca tengamos vigente de nuevo una Constitución como la de 1979”, pide. Y es que en aquella Carta Magna se condicionaba el desarrollo de la agricultura a la conducción directa, por lo que había que estar inmediatamente vinculado con el trabajo de la tierra para tener ese derecho, dejando de lado a los inversionistas privados de fondos de inversiones, mineras, bancos y demás.

Fue esa imposibilidad la que no ayudó a que hubiera una agricultura competitiva, en un resabio que venía del proceso de la Reforma Agraria, la cual, aunque pudo ser bien intencionada, resultó en un fracaso.

Dato

.Fernando Cillóniz dio estas declaraciones durante su participación en el foro “La Ley de Promoción Agraria al año 2031 y la agroexportación peruana”, organizado por la Maestría en Agronegocios de la Universidad Nacional Agraria La Molina.


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