Analista considera que para viabilizar esta alternativa se debe resolver el problema del falso flete en la Carretera Interoceánica. Recordó que en noviembre pasado el ministro de Agricultura brasileño estuvo en Perú con una delegación empresarial de su país y su par peruano se excusó.
(Agraria.pe) El analista y ex conductor televisivo, Jaime de Althaus, entró en el debate sobre el problema agrario desatado a partir de la situación de los agricultores dedicados al cultivo de la papa en nuestro país.
En su reciente columna del diario El Comercio titulada “Exportar la papa”, llamó la atención en que los paperos bloquearon las carreteras y atacaron a comerciantes en seis departamentos andinos del país, acciones que constituyen delitos, pero que los fiscales no hicieron denuncias.
Para de Althaus se trató de una acción política concertada: “Según fuentes bien informadas, Alipio Villar, quien está representando a los paperos de Huánuco, es un agitador conocido que fue mando político de Sendero y purgó condena de 15 años. En Huancavelica es el grupo Proseguir, el de la última huelga del magisterio. En el resto de las regiones son los antiguos dirigentes de los frentes de defensa. De paso, se ponen en vitrina para las elecciones de octubre”.
Acto seguido, reconoce que los reclamos que ocasionaron el paro fueron reales, pues el precio de la papa en chacra se desplomó, pero, acotó, “no debido a la importación de papa prefita como reclaman los dirigentes, pues esta apenas representa 0.6% del consumo, sino de la sobreproducción”.
Agregó que según Miguel Ordinola, del Centro Internacional de la Papa, entre 2005 y 2015 el área sembrada del tubérculo creció 23% y la producción en 43% (el rendimiento creció en 19%). Sin embargo, acotó, el consumo per cápita solo subió 20%.
El ex televisivo considera por ello que el mercado interno está saturado, lo que deja como única salida realista el salto hacia la exportación, pues la sobreproducción será un factor que “ahogará a los campesinos cada vez más”.
A este propósito recordó que actualmente Perú exporta apenas US$ 5 millones anuales de papa amarilla precocida a Estados Unidos, España y Japón, y exclusivamente a los mercados étnicos, es decir, a las colonias peruanas en esos países. “El Estado debería impulsar una estrategia de marketing para alcanzar a los consumidores locales”, agrega.
El obstáculo, aclara, es que nuestro país no puede exportar papa amarilla fresca porque la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE.UU. lo prohíbe para evitar el problema de la mosca de la fruta. Sin embargo, aclara que en la sierra no hay este problema, por lo que abrir este mercado depende exclusivamente de una buena negociación.
Otro punto de análisis fue el vínculo con Brasil que constituye la carretera Interoceánica y que no se está aprovechando para las exportaciones. “La canchán tendría demanda, pero el Mincetur debe resolver el problema el falso flete (que los camiones regresen con exportaciones brasileñas -soya, carne- al Asia)… el ministro de Agricultura de Brasil estuvo en Lima en noviembre pasado acompañado de 40 empresas y cadenas de supermercados, pero el ministro de Agricultura del Perú ¡se excusó!”, reclama.
También apunta que es crucial mejorar la productividad en la sierra, que es seis veces menor que la de la costa, y que se necesitan nuevas variedades, resistentes a los virus y heladas, así como riego por aspersión.
“Los inhumanos sacos de 120 kg en los que se empaca la papa ocasionan una merma de alrededor del 30%, lo que reduce también el precio en chacra. Y es increíble que el ministerio haya dejado de lado el sistema de información de intenciones de siembra para prevenir la sobreproducción”, sostiene.
Finalmente, asume como vital un plan realista para afrontar el problema estructural de la papa y que “no es serio demandar más compras estatales, porque esa es una solución artificial que solo servirá -si funciona- para agravar la sobreproducción a costa de las necesidades urgentes que debe atender el Estado”.
