Asimismo, describió tres buenas prácticas agrícolas (labranza, conservación y siembra directa), en las que se debería aplicar mayor innovación, con lo que se preservaría el suelo y la capa arable entre 50% a 98%, mejorando la calidad de la tierra y reteniendo la humedad
Por: Raúl Yaipén Carranza
Lima, 28 Mayo 2012 (Agraria.pe) Para reflexionar. De acuerdo con estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), existiría un déficit alimenticio mundial superior al 16%, lo que hace necesario el incremento de los volúmenes de producción de alimentos en la misma superficie de cultivo actual, para poder satisfacer las necesidades de la población y al mismo tiempo, reducir su impacto en el ambiente.
En ese sentido, Víctor M. Villalobos, director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), indicó que los países de América Latina y el Caribe deben tomar decisiones que permitan enfrentar este reto y otros estrechamente relacionados como: detener la caída de los rendimientos de sus principales cultivos, impulsar las inversiones públicas y privadas en la agricultura y renovar sus mecanismos de investigación y educación agropecuarias.
Asimismo, explicó que ante la magnitud de esas tareas es fundamental promover la innovación, de manera que se logre elevar la productividad, desarrollen sistemas fitosanitarios y zoosanitarios más eficientes, fomenten mercados más justos –“con mayor participación de los pequeños y medianos productores”- y se mejore la calidad de vida en las zonas rurales.
Del mismo modo, Villalobos afirmó que la demanda de agua para la alimentación seguirá creciendo, por lo que considera que el desafío agrícola también incluye un manejo más eficiente de este recurso.
Entre otros retos ambientales de la agricultura que requerirán innovaciones, el ejecutivo destacó la necesidad de disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso de la misma área de tierra, el surgimiento de nuevos estreses bióticos y abióticos, y una mayor vigilancia social de las formas de producción.
Finalmente, precisó que el cambio climático también debe ser atendido para lograr la mitigación de sus efectos y la adaptación de la agricultura al fenómeno, describiendo tres buenas prácticas agrícolas en las que se debería aplicar la innovación:
1. Las prácticas de labranza, conservación y siembra directa, que –según el ejecutivo- ayudan a preservar el suelo y la capa arable entre 50% a 98%, mejorando la calidad de la tierra y reteniendo la humedad.
2. El uso de las herramientas biotecnológicas, que permiten incrementar los rendimientos y reducir los impactos negativos en el ambiente, y
3. el rescate de la diversidad genética para programas de mejoramiento genético.
“La investigación y la innovación tienen un rol relevante que jugar, pero se requieren más y mejores alianzas público-privadas para fortalecer la institucionalidad nacional y la integración tecnológica regional”, concluyó Villalobos.
Datos
• Los precios mundiales de los alimentos permanecieron prácticamente sin cambios en el mes de marzo, respecto a los niveles del mes anterior, según señaló la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
• En el primer trimestre del año, el índice se situó en una media de 216 puntos, frente a los 215 de febrero.
• Según previsiones de la FAO, la producción de trigo para el 2012 sería de 690 millones de TM, lo que significaría una reducción de -1.4%, en relación a los niveles alcanzados en el 2012.
