(Agraria.pe) El director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Manuel Otero, anunció la plena adhesión del organismo hemisférico especializado en desarrollo agropecuario y rural a la llamada Declaración de Dublín, redactada por científicos, sobre el papel de la ganadería en la sociedad, y recordó la función irremplazable de la actividad en materia social, económica y nutricional.
La Declaración tiene como propósito generar conciencia sobre la gran importancia que los sistemas ganaderos tienen para el mundo, por lo que advierte que éstos no pueden ser “objeto de la simplificación, reduccionismo o el fanatismo”.
Otro aporte relevante de la Declaración es el de la comunidad científica, que facilita pruebas fiables de los beneficios de los sistemas ganaderos en la nutrición y en la salud, así como de su sostenibilidad, y de su relevancia sociocultural y económica; ofreciendo así una visión objetiva del futuro de la ganadería.
Unos 1.100 científicos de todo el mundo ya firmaron la “Declaración de Dublín”, creada en el 2022 por dos hombres de ciencia europeos –el belga Frédéric Leroy y el suizo Peer Ederer– con el fin de enfrentar los cuestionamientos que enfrenta el sector ganadero a escala global.
Al firmar la Declaración, Manuel Otero recordó que “en Centroamérica, por ejemplo, más de 85% de las explotaciones ganaderas son de pequeña escala y en ellas los animales son mucho más que producción, dado que constituyen un factor de ahorro y hasta de garantía para pequeños créditos”.
También indicó que “la ganadería en las Américas ha realizado importantes avances hacia la transformación de sistemas ganaderos sostenibles, con estrategias para reducir los impactos en agua, suelo y emisiones, incluyendo desarrollo tecnológico y adopción de buenas prácticas” y representa “la mitad del PIB agrícola en América Latina y el Caribe, generando divisas por más de US$ 23.000 millones con la carne bovina y cerca de 3 mil millones con productos lácteos. Debemos visibilizar estos aspectos ante los diferentes foros internacionales y esta Declaración es un gran aporte para eso”.
Añadió que “el sector ganadero de las Américas debe estar presente en todas las negociaciones ambientales internacionales para mostrar sus avances a favor de una mayor sostenibilidad, que hoy lo han posicionado como parte de la solución a la crisis climática”.
La Declaración reconoce los desafíos sin precedentes de los sistemas actuales de producción alimentaria, que deben por un lado incrementar la disponibilidad de alimentos derivados de la producción animal (carne, lácteos, huevos) para satisfacer los requerimientos nutricionales mientras, al mismo tiempo, algunos métodos y la intensidad de la producción animal presentan desafíos relacionados con la biodiversidad, el cambio climático y el flujo de nutrientes; así como como para la salud y el bienestar animal.
Todo ello hace más urgente “encontrar soluciones basadas en la evidencia”, ya que los problemas de sostenibilidad y abastecimiento crecen de forma exponencial.
Sin embargo, la Declaración recuerda que “los alimentos derivados de animales de abasto suministran una gran variedad de nutrientes esenciales, así como de otros compuestos beneficiosos para la salud, los cuales escasean en la mayoría de las dietas a nivel mundial, incluso entre poblaciones con un alto nivel de ingresos”.
También que “los animales de granja y de pastoreo son irreemplazables para mantener un flujo circular de materiales en la agricultura, ya que son capaces de reciclar, de diversos modos, la gran cantidad de biomasa no comestible que se genera como un subproducto durante la producción de alimentos que el hombre necesita para su dieta. Los animales de abasto están en una situación óptima para reincorporar estos materiales a su ciclo natural, a la vez que producen un alimento de alta calidad”.
Además, resalta que los rumiantes pueden agregar valor a suelos no adecuados para lo producción directa de alimentos y que, cuando los sistemas ganaderos se gestionan siguiendo los principios agroecológicos, pueden producir muchos otros beneficios incluyendo captura de carbono, una mejora en la calidad del suelo y en la biodiversidad, protección de los recursos hídricos y la provisión de servicios de ecosistemas de relevancia.