El reto de la industria a futuro es invertir en nuevas variedades que tengan mercados masivos en el exterior y mantener las que ya existen. Además, se debe desarrollar la capacidad industrial y hacer una gestión de calidad y de pesticidas.
(Agraria.pe) Nuestro país produce alrededor de 133.700 toneladas de aceitunas anuales (Tacna produce 98.700 TM, Arequipa 25.000 TM, otras regiones como Ica y Moquegua, 10.000 TM), sin embargo el mercado solo adquiere 80 mil toneladas (50.000 TM el mercado nacional y 30.000 TM se exportan), por lo que existe un excedente de 53.700 toneladas.
Así lo indicó Juan Carlos Noriega Cooper, presidente de Agroindustrias Nobex, empresa peruana dedicada a la producción y exportación de aceitunas de mesa, quien destacó que el bajo precio del producto que reciben ahora se debe justamente a la sobreoferta que existe.
Agregó que del total de la producción de aceituna por parte de Perú, el 75% se destina a aceituna de mesa (35% negra natural, 20% aceituna en soda y 20% verde en sal), mientras que el 25% restante se destina para aceite de oliva.
Dentro de las aceitunas de mesa, la variedad Botija o también llamada Criolla, representa el 80% del total; Ascolana, Manzanilla, Calamata y otras variedades de mesa son el 10%, mientras que aceiteras y polinizadores representan el 10%.
En cuanto al consumo de aceituna en nuestro país, dijo que el 90% corresponde a la variedad Botija (Criolla) que está muy arraigada en la gastronomía peruana, fundamentalmente en el desayuno. “Esta variedad es muy demandada en el mercado nacional pero no en el internacional”.
Noriega Cooper señaló que la industria de la aceituna es un negocio muy informal, pues 20 mil toneladas se comercializan en mercados, carreterilleros, entre otros; mientras que en el canal formal como supermercados y empresas de catering venden 5 mil toneladas. Además, en los molinos se procesan 25 mil toneladas.
Exportación
El representante de Nobex dijo que en Perú existen 3 modelos de exportadores: Productor – exportador (produce y exporta), exportador general (exporta páprika, orégano, aceituna y otros más), exportador de aceituna (compra aceituna cruda, la prepara y consolida una oferta de mejor calidad y mayor volumen).
Agregó que en 1995 nuestro país exportaba 1.675 toneladas, mientras que en 2018 se despachó 27.796 toneladas (14.772 toneladas a Chile y 10.743 toneladas a Brasil). En 2014 fueron 37.727 toneladas exportadas (debido a baja producción en Argentina).
Juan Carlos Noriega señaló que en nuestro país se instalaron variedades de aceituna que el mercado internacional no consume, por lo cual el 85% de los despachos del producto peruano se dirige solo a Chile y Brasil, lo que indica que no hay mayor demanda en otros mercados.
Detalló que Chile nos compra materia prima en condiciones informales y Brasil es un mercado granelero que cada vez compra más aceituna maquinada (rodajeada, deshuesada) en desmedro de la aceituna entera que es la que nosotros ofrecemos.
“El mercado de Brasil es de 120 mil toneladas anuales de los cuales el 30% o 40% es aceituna entera (antes el 90% era entera), por lo que nuestra aceituna que se vende entera tiene menos espacio en ese mercado. El reto para Perú es buscar nuevos mercados”, sostuvo.
En cuanto a precio, recordó que antes era más elevado porque solo se despachaba aceituna de la variedad Botija a Brasil y cuyo valor promedio era de US$ 2.4 a US$ 2.5, sin embardo la penetración de la aceituna de Egipto ha generado que el precio se reduzca. Por su parte, a Chile le enviamos aceituna verde en soda o verde en sal y el precio se estableció entre US$ 0.90 y US$ 1.20.
Retos a futuro
El especialista manifestó que el mundo ya conoce las bondades y virtudes de la aceituna para la salud, y que produce un aceite que no genera colesterol y está asociado a una cultura light, lo que hace que la demanda mundial por este producto siga creciendo y se convierta en una oportunidad para nuestro país.
En ese sentido, manifestó que el reto de la industria a futuro es invertir en nuevas variedades que tengan mercados masivos en el exterior y mantener las que ya existen. Además, se debe desarrollar la capacidad industrial y hacer una gestión de calidad y gestión de pesticidas.
Algunas variedades de aceitunas que ya fueron probadas en nuestro país son Kalamatas, ascolanas y gordales, manzanillas, hojiblancas.
Señaló que partir de 2021 Brasil impondrá un control de pesticida a los productos que ingresen a su mercado, y si Chile imita dicha medida, Perú no tendrá donde vender las aceitunas.
Asimismo, destacó que Perú tiene ventajas en aceitunas de mesa, pero no para aceitunas aceiteras debido a que su clima no es muy frio por lo cual el contenido oleico de aceite no es bueno.
“El Estado debe ayudar en la planificación de nuevas variedades, así como en temas de inversión e irrigación. También se necesita un mayor control en regulación de pozos, siembras y uso de pesticidas. Tenemos que ser un gran productor de variedades de aceituna que el mundo consume para que vengan las inversiones acá”, finalizó.
Datos
. El rendimiento productivo de la aceituna en Perú varía entre 5 y 15 toneladas por hectárea (dependerá mucho de la zona, clima, polinizadores, variedades, labores culturales, condición vegetativa). En Ica, la empresa Oasis Olive tiene algunas parcelas que alcanza las 42 toneladas por hectárea.
. Se estima que una hectárea de olivo técnicamente manejada alcanza costos de entre US$ 2.000 y US$ 3.000 por hectárea sin cosecha (solo incluye riego, labores culturales, fertilización, maquinaria, sanidad).
. Existen diversos tipos de bodegas en Perú: para aceituna verde (artesanales, semiindustriales), para aceituna negra (artesanal) y para aceite (artesanal y semiindustrial).