Cultivo ha sido desarrollado por investigadores de DuPont y deberá ser aprobado por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos antes de que llegue a los consumidores.
(Agraria.pe) Investigadores de Dupont Pioneer, el brazo comercial dedicado a la agricultura del gran conglomerado multibillonario, publicaron un estudio sobre una cepa de maíz modificada con CRISPR –una encima de edición genética- para ser más resistente a las sequías.
Una vez que reciba la aprobación del gobierno, podría convertirse en el primer cultivo modificado por tecnología CRISPR que salga a la venta.
Joyce Van Eck, profesora del Instituto Boyce Thompson y afiliada a Cornell University, dijo que la técnica es especialmente complicada en plantas y que “el hecho de que lo hayan logrado y mostrado éxito es realmente sorprendente. Es totalmente innovador”.
Por miles de años los humanos han hecho cruzas de cepas de cultivos con la finalidad de hacerlos más saludables, resistentes o fáciles de cultivar. Pero el término “organismo genéticamente modificado” (OVM) se refiere típicamente a cultivos con un código genético que ha sido alterado en un laboratorio. Esto suele significar que los científicos están agregando ADN de otros organismos para mejorar de alguna manera los cultivos –incrementando el monto de alimento que se puede obtener de una planta en menos tiempo, haciéndola más resistentes a enfermedades o condiciones climáticas extremas, o disminuyendo la velocidad a la que se malogra la fruta.
En el pasado, los científicos han hecho estos cambios genéticos con dos herramientas principales, llamadas nucleasas de dedos de zinc y Talens. Estas enzimas usualmente se dirigen a las células de las plantas usando virus diseñados especialmente o un pistola genética que bombardea las células con el material genético que los científicos están tratando de añadir. Aunque estas técnicas trabajan para alterar el genoma de las plantas, son más caras de crear y más limitadas en cuanto a la alteración del código genético que la tecnología CRISPR.
Esa es parte de la razón por la que CRISPR ha llamado la atención tan rápido. De acuerdo a Van Eck es barato, relativamente fácil de usar y puede realizar cambios precisos en los genes. En este estudio, los ingenieros de DuPont no usaron la tecnología CRISPR para alterar el ADN del maíz per se, sino que cambiaron cómo un solo gen estaba expresado. Estudios anteriores mostraron que si el gen ARGOS8 se sobre-expresaba, la planta ofrecería mayor rendimiento bajo condiciones de sequía, sin cambiar cuánto alimento puede producir bajo condiciones típicas.
Cuando los investigadores probaron el maíz alterado con CRISPR en ocho locaciones a lo largo de Estados Unidos, encontraron que tenía una mucho mejor performance bajo condiciones de sequía comparado con el cultivo convencional y aquellos mejorados en procesos de ingeniería tradicional fuera del laboratorio.
Las ventajas de este tipo de cultivos se sentirían primero con los agricultores, especialmente aquellos que la pasan mal cuando enfrentan de forma cada vez más continua las sequías, asegura Van Eck. Los consumidores también se beneficiarán en tanto tendrá más acceso a comida y los precios por ella serán más bajos.
Antes de que DuPont pueda poner este maíz a disposición de los agricultores, la planta necesita ser aprobada por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), que es la agencia que establece los estándares para asegurar la inocuidad de los cultivos cuyos frutos llegan a los consumidores. Se espera que el maíz de DuPont no esté sujeto a las mismas evaluaciones de seguridad que un típico OVM. Este año, el USDA declaró a un grupo de investigadores que no regularía una seta modificada por tecnología CRISPR y hay razones para creer que el cultivo de DuPont caerá en el mismo vacío regulatorio. “El hecho de que usaran la pistola de genes y no ADN que no sea de maíz, ayudará a facilitar la aprobación regulatoria”, dijo la profesora del Instituto Boyce.
Para Van Eck no hay razón para que los consumidores se muestren recelosos con respecto a los cultivos modificados por tecnología CRISPR. Pero con este cultivo, como con muchos otros que tienen claros beneficios para los humanos, Van Eck predice que habrá resistencia. “Cuando se trata de una modificación genética hecha en laboratorio versus una hecha en el campo hay parcialización, y ahí es donde entra la parte emocional…La gente lo percibe como un tema emocional”.
DuPont planea comercializar este maíz en los próximos cinco años, lo que lo convertiría en el primer cultivo modificado con tecnología CRISPR que alcanza el mercado, pero tiene competencia: hace pocos días investigadores suizos sirvieron la primera comida hecha totalmente de cultivos modificados con CRISPR, aunque los científicos no mencionaron cuándo esperaban que estos cultivos se encuentren disponibles comercialmente.
Sin importar qué cultivo llegue primero al mercado, Van Eck predice que no será el último. Los investigadores de DuPont están encontrando también otros usos para la tecnología CRISPR para mejorar cultivos como la soya, canola, trigo y arroz, según una nota de prensa. Otros laboratorios, académicos y comerciales, están utilizando CRISPR en otros cultivos comunes como el arroz.
Y aunque haya quienes miran hacia la ingeniería genética como la vía para alimentar a una población humana que crece de forma explosiva y necesita alimentarse en un planeta cada vez más caluroso, Van Eck observa que tecnologías como CRISPR no son la panacea. “La edición genética, no importa cómo se haga, es una herramienta poderosa que facilita hacer estos cambios para mejorar los rasgos de las plantas. Pero es una herramienta, no será superior a otros tipos de modificaciones. Es una opción más en la caja de herramientas”.
Fuente: Popular Science