(Agraria.pe) La situación que atraviesa la industria del mango peruano es crítica debido a que la campaña 2023-2024 tendrá una caída notable como consecuencia de los efectos del fenómeno El Niño. Los campos de mango de las regiones Piura y Lambayeque, y Moro junto a Casma, en Áncash, sufrieron una disminución drástica en su floración por las altas temperaturas que se registran en la costa norte del país.
“El mango necesita una temperatura mínima de 16 °C para florear (y producir fruta), pero el clima ha estado por encima de los 21 ° C. En Piura ya no hay nada que hacer y existen campos donde las pérdidas han sido del 100 %. La situación es dramática”, señaló el vicepresidente de Promango, Milton Calle Cueva, citado por el el Servicio para el Desarrollo Integral Rural (SEDIR). Piura marca la tendencia de producción en Perú, pues concentra el 80 % de la exportación nacional.
Orlando Dolores Salas, director de sanidad vegetal del Senasa, concuerda por su parte en que la floración es el gran problema productivo actual, ya que en los campos, a pesar del uso de reguladores por parte de los productores, el floreo apenas alcanza del 10 al 15% en cada campo. Por ello, estima que en la próxima campaña “el mango estará caro y podríamos tener una baja aproximada del 50%”.
Cifras negativas
La campaña pasada se embarcaron 12.000 contenedores de mango para exportar, sin embargo, según la información de Milton Calle, para la siguiente cosecha apenas se ha proyectado la salida de 3682 contenedores a diferentes partes del mundo. Es decir, un 70 % menos y que tiene coherencia con la severa reducción en los campos de cultivo. Además, si en la campaña anterior cada semana salían del país unos 700 contenedores, en promedio, la nueva proyección es de apenas 200. La información incluye los campos de Piura, Lambayeque y Casma sin tomar en cuenta Moro que tiene 1200 hectáreas de mango.
El potencial de productividad de mango en los valles de Piura-San Lorenzo-Cieneguillo es de 250.000 toneladas, pero la proyección para la nueva campaña ahora es de apenas 30.000 toneladas. Y si el potencial productivo de la parte alta y baja de Casma era de 68.000 toneladas, la proyección ahora es de 29.400 toneladas. Además, Calle señala que el potencial productivo total y general de los campos es de 394 000 toneladas, pero su proyección para la nueva campaña ahora es de solo 81.260 toneladas.
Esta proyección difiere de la de Orlando Dolores Salas, para quien la estimación es menos pesimista, pues proyecta que la campaña próxima cerrará en unas 150.000 toneladas exportadas. Reconoce sin embargo que lo usual debería ser un volumen de 250.000 toneladas.
Cabe señalar que en la campaña anterior (2022-2023), las exportaciones nacionales del fruto alcanzaron las 267.096 toneladas, lo que marcó un 8% de incremento en volumen y 2% en valor con respecto a la campaña previa. Según la consultora Fresh Fruit, el precio promedio entonces fue de US$ 1.11 por kilo, un 6% menos que en la campaña 2021-2022, a causa de los problemas logísticos externos y restricciones sanitarias que incrementaron el costo de producción.
Los principales compradores de mango peruano son Países Bajos, Estados Unidos, Reino Unido, España, Canadá, Korea del Sur, Bélgica, Rusia, Chile, Francia, Japón, Alemania, Nueva Zelanda y Suiza. Países Bajos y Estados Unidos reciben el 68 % de la producción nacional.
Precios
La baja producción de mango podría significar un aumento notable de su precio y los primeros beneficiados serían los productores de Moro y Casma en Áncash. Sin embargo, Milton Calle hace una observación. “Al existir menos oferta el precio del producto se incrementará. Pero hay que tener en cuenta que Europa (que es el principal comprador) está en crisis. Ya veremos cómo se comportará el mercado”, señaló a SEDIR.
Milton Calle, también productor en el valle de San Lorenzo en Piura y especialista en proyección en volúmenes de fruta, resalta que se perderán más de S/ 50 millones de soles en salarios de cosechadores, gente que trabaja en las empacadoras y jornaleros que laboran en diferentes etapas de la cadena de producción. Otro indicador que grafica la crisis del sector es que también se dejarán de producir 52 millones de cajas para empaquetar la fruta.