(Agraria.pe) El moho gris o podredumbre de la fruta, son las denominaciones con las que se conoce a una de las enfermedades más importantes que puede atacar a la fresa. El ingeniero agrónomo y Magister en Producción Agrícola Andy Lévano, explica que este mal es ocasionado por el hongo Botrytis cinerea, “el cual puede provocar pérdidas superiores al 50% de la producción”. Se trata de un hongo versátil capaz de crecer y reproducirse en tejidos dañados, senescentes y muertos del cultivo de la fresa.
A partir de una muestra que tomó en plantaciones de fresa en Supe (Barranca, Lima) esta semana, explicó que el hongo puede infectar pétalos, pedúculos y frutos. Se establece inicialmente en las hojas o flores que han sido dañadas por condiciones ambientales, prácticas de manejo u otras causas. Las hojas nuevas que son infectadas suelen no mostrar síntomas debido a que el hongo permanece inactivo (latente) en estos tejidos; sin embargo, al madurar el hongo puede activarse y producir una cubierta aterciopelada gris en las partes necróticas de la hoja”,agrega.
A continuación, dice, el inóculo producido en estos tejidos se extiende a otras flores y frutos susceptibles, especialmente los jóvenes. Las flores sintomáticas muestran entonces lesiones de color café en los pétalos y el pedúnculo de la flor; y los síntomas iniciales en la fruta son la aparición de manchas de color marrón claro y zonas acuosas. Posteriormente los tejidos afectados se cubren de un polvo gris (conidios) y la planta toma un aspecto blanco “momificado”.
El especialista puntualiza que la infección de la fruta es más grave en zonas con poca ventilación y luz, y alta humedad relativa; además, los frutos que se encuentran en contacto con el suelo o con frutos podridos son los más afectados. La fruta infectada puede producirse en el campo antes de la cosecha o durante el transporte o almacenamiento del mismo.
Recomendaciones
“El manejo de la densidad de plantación es fundamental y se debe procurar tener una distribución que permita la aireación efectiva entre las plantas. La selección de variedades que no producen follaje extensivo y que desarrollan flores y frutas con porte erguido, permite que la fruta quede expuesta a mayor aireación y radiación, reduciendo las condiciones favorables para el desarrollo del hongo, aplicaciones preventivas y curativas a lo largo del ciclo del cultivo, donde se incluyan rotaciones y mezclas de productos permitidos manejando los LMR, con distintos modos de acción”, recomendó para aplacar este mal.
Asimismo, estimó positivo el uso de ingredientes activos con actividad multi-sitio contra varias vías metabólicas del patógeno y evitar en la medida de lo posible, la utilización de fungicidas con modos de acción de sitio-único, puesto que son más susceptibles al desarrollo de resistencia de parte del hongo.
“Combinar los métodos químicos, biológicos con prácticas de manejo nos llevará disminuir notablemente la incidencia de la enfermedad, lo que permitirá tener frutas con alta sanidad e inocuidad que garantice productos de calidad para el mercado local y para MP”, concluyó.