09 julio 2021 | 09:17 am Por: Edwin Ramos | prensa@agraria.pe

En palabras de Oliver Houesmann de Fruitconsulting

El mango peruano y otros alimentos exóticos abren el camino para conquistar de más formas el mercado europeo

El mango peruano y otros alimentos exóticos abren el camino para conquistar de más formas el mercado europeo
La pandemia y una preocupación general por comer más sano y con conciencia de sostenibilidad son realidades que los exportadores deben tener en cuenta. El panorama tiene retos, pero mucho potencial también.

(Agraria.pe) La predilección por frutas exóticas es evidente en los países del norte europeo, donde ya el mango, la palta, granadilla y maracuyá se van haciendo presencias continuas. Entre ellas, es la primera, el mango, una de las más notables, especialmente en el mercado alemán, cuenta Oliver Houesmann, director de Fruitconsulting.

La plaza teutona, junto a las de Austria y Suiza forman un eje que se denomina “Mercado DACH”, y tienen en común una dinámica comercial sólida y desarrollada, con características específicas. Houesmann apunta que, de hecho, en Alemania el 86% de venta de alimentos se realiza a través de supermercados, un índice bastante por encima del 70% que corresponde a la media europea. Además, se trata de un país donde cinco empresas cubren el 75% de toda la demanda, por lo que difícilmente es comparable con cualquier otro.

Mango popular
A pesar del freno que impuso la pandemia al desarrollo de diversos sectores económicos, como caterings, la popularidad del mango está bastante alta en el Viejo Continente, al punto que su precio en algunos lugares se ha hasta cuadruplicado; una conquisita que ha ido despertando otra tendencia bastante aprovechable desde el punto de vista comercial.

“Ahora vemos algo que antes solo conocíamos de Asia, y es que aunque a la gente le gusta consumir en fresco, también se da en productos procesados a través del mango seco, deshidratado, en zumo, slices, en sasas… es un trend que se ve mucho últimamente y es una forma de hacer más rentable las calidades no exportables [de mango] que se pueden utilizar de forma procesada”, refiere el especialista.

Esto es algo que se puede aprovechar desde Perú ya que el país tiene una presencia buena y reconocida. “La gente confía en este origen”, dice. Sin embargo, se debe tener en cuenta la gran participación de muchos proveedores que podrían afectar los precios del fruto no solo peruano, sino el ecuatoriano, mexicano y otros.

Los concreto es que la pandemia ha incrementado la preocupación por una alimentación saludable y la gente ha ido cambiando sus hábitos a partir del largo encierro y el susto ante el covid, lo que los hace apostar no solo por productos sanos, sino sostenibles, un factor que toman en cuenta a lo largo de toda la cadena, desde el punto de producción hasta la distribución y venta final trascontinental.

En este marco también es destacable el crecimiento de los productos bio u orgánicos, cuya oferta crece al 11.4% anual en los supermercados europeos, lo que es un llamado claro a los exportadores para contar con sistemas de trazabilidad. “Un estudio del Ministerio de Agricultura en Alemania afirmó que un 37% de personas compraron con frecuencia productos orgánicos en 2020, durante la pandemia; y el 90% dijo que seguirá usando esos productos en el futuro, la demanda es clara. Siempre tenemos repetición de trends que empiezan primero en Alemania, Austria, Holanda, y luego en los demás países”, agrega Houesmann.

Complicación logística
Otro ámbito importante es el de las conexiones para entrar al mercado europeo, que por lo general se dan a través de los puertos de Amberes (Bélgica), El Avre (Francia) y Hamburgo (Alemania), que son los principales de ultramar, especialmente para países latinoamericanos, quienes suelen buscar relación con empresas españolas por su afinidad en idioma, cultura, historia y trabajo.

La dificultad, dice, está en el costo logístico de estos ingresos, ya que actualmente un envío desde el puerto del Callao en Perú hasta Rotterdam (Países Bajos), o hasta Algeciras (España) tiene un sobrecosto de 3 mil a 4 mil euros por contenedor. “Esto es mucho dinero y nos obliga a pensar en el futuro de otra manera para suministrar y comercializar nosotros el producto más directo”.

Finalmente, Oliver Housmann aconseja a los interesados en exportar desde Perú o Sudamérica en general hacia Europa, que conzcan de primera mano, visitando, el mercado destino para estar al tanto del modo de consumo, comportamiento, la cultura y hábitos de su público. Luego, se debe preparar adecuadamente los campos y las plantas, en un proceso que puede durar de dos a cuatro años, para obtener las certificaciones, lo que implica planificar y ser transparentes en toda la cadena de suministro desde el origen.

“Aconsejo a todos quienes quieren hacer ventas en un destino lejano, que abran oficinas de infromación o venta o comercialización o logística, en Alemania, Austria, Holanda. Es la forma de tener información diaria, real y al tiempo para actuar bien y transmitir al consumidor lo que necesita escuchar”, concluye.

 

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