(Agraria.pe) La International Longshoremen's Association (ILA) que reúne a los estibadores de la costa este y del golfo de Estados Unidos, afirma que irán a la huelga el 30 de septiembre si no se firma un nuevo contrato, lo que podría paralizar la actividad en los puertos desde Maine a Texas, que en conjunto movilizan más del 60% del volumen total de contenedores del país. De acuerdo con WSJ, la ILA suspendió las negociaciones con los representantes de los operadores portuarios en junio, y no se han programado nuevos encuentros.
Si esto llega a concretarse, sería la primera huelga en toda la costa este y del Golfo desde 1977, poniendo en juego los US$ 588.000 millones anuales en importaciones en contenedores que se movilizaron a través de estos puertos en 2023, según una estimación de S&P Global Market Intelligence. Además, una paralización echaría abajo la confianza que los importadores tienen desde hace tiempo en la estabilidad de estos puertos.
Obstáculos
Los dirigentes del ILA parecen creer que un aumento salarial mucho mayor está al alcance de la mano después de que las líneas navieras obtuvieran unos beneficios históricos de más de US$ 400.000 millones durante la pandemia, según el analista John McCown.
Por otro lado, la ILA dijo que no está interesada "en ninguna ayuda de agencias externas para interferir en nuestras negociaciones. Esto incluye a la Administración Biden y al Departamento de Trabajo". Eso, en el contexto de que la ILA expresó su descontento después de que Biden enviara el año pasado a la secretaria de Trabajo en funciones, Julie Su, para forzar un acuerdo en las negociaciones con sus homólogos de la costa oeste [agrupados en la ILWU], que puso fin a meses de interrupciones en Los Ángeles, Long Beach y otros puertos. El sindicato consiguió un aumento salarial del 32% en seis años.
Si se produjera una huelga en la costa este y el golfo, la administración Biden no tendría la opción de obligar a los estibadores a volver al trabajo, a pesar de la capacidad legal del Presidente para hacerlo en virtud de la Ley Taft-Hartley. Para Biden, partidario de los sindicatos de toda la vida, parecería una traición a los sindicatos, un electorado que los demócratas necesitarán en noviembre.
La única opción de la administración puede ser convencer a las líneas navieras que controlan los puertos, la mayoría de los cuales tienen su base en el extranjero, para que acepten un acuerdo desfavorable. En anteriores negociaciones, las navieras capitularon a menudo ante las demandas de los trabajadores en aras de mantener los buques y la carga en movimiento.
Fuente: Mundo Marítimo