16 mayo 2016 | 10:32 am Por: Edwin Ramos | prensa@agraria.pe

Jorge Castro Trkovic, técnico del Ministerio de Agricultura y Riego

DESDE 1994 DESARROLLAMOS 50 MIL HECTÁREAS PARA RIEGO POR AÑO

DESDE 1994 DESARROLLAMOS 50 MIL HECTÁREAS PARA RIEGO POR AÑO

Especialista del Minagri hace un balance de los ejes sobre los que ha trabajado la actual administración del sector agrario y cuáles son los puntos que aún quedan por desarrollar.

(Agraria.pe) ¿Qué sector es el que más ha avanzado en el campo agrario los últimos años? Para Jorge Castro Trkovic, técnico del Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) está claro que es en riego, donde se ha desarrollado 50 mil hectáreas por año, un ritmo que se mantiene desde el año 1994. 

“Ese ha sido nuestro promedio en generar áreas de riego desde 1994. La mayor parte de recursos se canalizó ahí. Si entramos al Siaf (Sistema Integrado de Administración Financiera del Estado), veremos que tanto gobiernos locales como regionales, y el mismo gobierno nacional, destinaron más de la mitad de su dinero en infraestructura de riego. La disponibilidad del agua es fundamental para la actividad productiva”, señaló el portavoz del ministerio, quien reveló además que se cuenta con un fondo de S/ 1,500 millones para avanzar en este campo especialmente en la sierra.

Según el funcionario, la labor de la actual administración ha sido trabajar con instrumentos que ofrezcan predictibilidad de hacia dónde se avanzará en el desarrollo agrícola, sentando bases para el crecimiento de mediano y largo plazo, pues “los problemas en agricultura no se solucionarán en 5 ni 10 años” (aludiendo al próximo periodo gubernamental). 

Reconoció que un aliado importante en los últimos años para la estrategia de seguridad alimentaria fue la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), que ha permitido establecer lazos con diversos actores involucrados en el tema. Igual de relevante ha sido la preocupación por la inclusión económica, que se trabajó desde la estrategia Crecer bajo rectoría del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), para el desarrollo de las áreas rurales.  

Otro punto que Castro rescató es el énfasis que le ha dado el Minagri durante la actual administración a la agricultura familiar, especialmente desde el 2015 en que se trabajó una estrategia específica para el sector. Refirió que esto se dio gracias a un trabajo conjunto entre el sector público y privado para avanzar sobre temas de seguridad alimentaria. 

“Hoy contamos con una tipología del productor a nivel de agricultura familiar gracias al trabajo con Cepes (Centro Peruano de Estudios Sociales) que nos ha permitido ver las necesidades que hay de apoyo por cada segmento de productores”, explicó Castro. 

Desarrollo de políticas
El representante del Minagri ponderó además que el gobierno lanzara una propuesta de políticas para el sector agrario e hiciera un ejercicio de difusión, liderado por Juan Sotomayor, viceministro de Políticas Agrarias, en todos los departamentos del país recibiendo aportes de diversos gremios, fruto de lo cual surgió la política nacional para el sector agrario, un documento de desarrollo a mediano plazo.

“De esa manera se definió un objetivo general marcado por la agricultura familiar o pequeña agricultura. El Ministerio trabajó en una propuesta de 10 políticas y hubo retroalimentación para enfocar líneas de desarrollo. Vimos que en la sierra y selva hay menor desarrollo agrícola que en la costa, por lo que trabajamos en temas relevantes para estas zonas como la titulación rural”, observó.

Junto a esta preocupación no se podía dejar de lado temas como acceso al crédito, la innovación con tecnologías para ser competitivo en los mercados y la adaptación al cambio climático pues “somos un país especialmente vulnerable, tenemos sequías, un Fenómeno de El Niño y lluvias intensas”.

Sin embargo, un tema transversal, explicó, es el desarrollo de capacidades, para lo cual es necesario el desarrollo de programas de asistencia técnica y extensión en el campo, incluyendo a los institutos pedagógicos del interior del país para que los chicos que estudian o se capacitan en ellos puedan gestionar mejor sus parcelas. Como complemento, refirió que se han generado programas de impulso de comunidades campesinas y nativas con Foncodes (Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social) para concretar escuelas de campo con líderes comunales como los yachachiq. De esta manera actualmente son tres mil líderes comunales los aliados en esta estrategia. 

Refuerzo financiero
Otro punto que Castro destacó es el ingreso de Agrobanco en el año 2002 en el sistema financiero para complementar y ampliar la cobertura en el sector. Hoy, existen también instancias como Agroideas y Procompite con fondos para productores que buscan acceder a créditos para tecnificar, obtener semillas mejoradas, lograr asistencia técnica, etc.  “Se pedía que volviera el antiguo Banco Agrario, pero eso era insostenible con una morosidad del 80%, no había controles y por eso se desactivó”, recordó. 

Destacó de otro lado que el INIA (Instituto Nacional de Innovación Agraria), que siempre tuvo bajos recursos para cumplir con su labor generar innovación y competitividad entre los productores, haya duplicado ahora su presupuesto de S/ 80 millones al año y trabaje como un proyecto grande con un plazo de cinco años. 

Finalmente, apuntó que el ministerio ha hecho el trabajo de identificar clusters con alto potencial. “Tenemos la madera en Ucayali, los hilados en el sur andino, la horticultura en las regiones de la costa. Hemos mapeado el país con potenciales por región y definido productos”, apuntó. 

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