(Agraria.pe) El Perú y el mundo vive un inmenso momento de inseguridad alimentaria donde más de 50% de peruanos no podemos elegir qué comer y cuándo comer, eso lo que constituye la inseguridad alimentaria y Lambayeque, con un 38 % de pobreza y 14 % de pobreza extrema, motiva a plantear una propuesta más agresiva en cómo generar esta alimentación.
Así lo afirmó el expresidente de Sierra y Selva Exportadora, Alfonso Velásquez Tuesta, quien indicó que esto no se puede dar por decreto, sino que hay que trabajar y además, aprovechar que el mundo entero vive estas circunstancias de inseguridad.
“El mundo entero necesita alimento más ahora con problemas de la guerra, la falta de fertilizantes o con problemas del alto costo de la energía en Europa y los países desarrollados en general, que van a encarecer aún más el abastecimiento y la oferta mundial de alimentos”, aseveró.
Sostuvo que Lambayeque siempre ha sido conocida por ser la capital nacional de los frijoles, de las leguminosas de grano, “vamos a proponer que nuevamente retomemos ese liderazgo que el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) reviva ese interés que en su momento tuvo para tener un banco de leguminosas, semilleros en la Estación Experimental Agraria de Vista Florida”, apuntó.
Velásquez mencionó que se plantea que a escala nacional se exploten todas las otras variedades que pueden ser utilizadas para su producción y comercialización interna.
“Estamos hablando de habas, esta legumbre que previene la anemia, es de alta demanda en el mundo por su contenido en hierro, junto al frijol de palo que se siembra en Lambayeque y que se exporta al mundo y no se está consumiendo en el país. Es increíble que toda la producción de frijol de palo de gran demanda en África, India, Estados Unidos se exporte y no se consuma internamente”, advirtió.
Velásquez Tuesta invocó a que despertemos nuevamente el mensaje de la gran potencialidad que tiene nuestro país para desarrollar leguminosas.
“Explotemos esa potencialidad sumado a que el costo de inversión es bajo comparado a plantaciones como palta, arándano, uva, donde estamos hablando de US$ 50.000 a US$ 60.000 por hectárea en estas frutas, en cambio en las leguminosas de grano, en los frijoles es de US$ 1.000 o US$ 1.500 por hectárea y existen las variedades de corto periodo vegetativo donde en cuatro o cinco meses ya estamos cosechando, generando rotación, ingreso y pudiendo generar capitalización”, indicó.
El especialista destacó que para empezar con esta iniciativa, se requiere una decisión técnica de las autoridades vinculadas a la investigación e innovación para revivir los semilleros y por supuesto, una política financiera donde Agrobanco y las cajas rurales estén presentes para financiar y entrar sin temor a esta potencial riqueza que van a generar los pequeños productores nacionales.
Informó que en Lambayeque se siembra relativamente poco el frijol de palo, donde deben existir unas 5 mil hectáreas que son demandadas por 5 empresas agroexportadoras, dijo.
“Estimo que la producción total en verde que es que lo que más se comercializa bordee las 28 mil toneladas donde el 98% va a la exportación tanto en su presentación de conserva como en congelado, poco se destina al seco porque la gran mayoría se exporta con valor agregado”, apuntó.
Manifestó que la gente no consume frijol de palo por un tema de costumbre y por el sabor, sin embargo, si el consumidor sabe que contiene hierro, aminoácidos y que en la tabla comparativa de todas las legumbres de grano el frijol de palo tiene el mayor contenido de hierro y proteínas, eso va a cambiar.
“Es por eso que en la India se consume mucho no solamente su producción interna para una población de 1.400 millones de indios y como es insuficiente importan miles de toneladas de los países vecinos. Se consume en el África y, es más, esta legumbre vino desde ese continente a Perú y América”, recordó. El expresidente de Sierra y Selva Exportadora, manifestó que el mundo entero demanda ello.
“En el país nos falta promoción y que se utilice en los programas sociales, que se incorpore y que se aprenda a cocinarlo. En Lambayeque se ha tenido ocasión de prepararlo con los sabores que uno desee como oriental, sabor criollo, sabor lambayecano picante y sin o con su arroz, es un plato extraordinario de bajo costo y con una ingesta nutricional importante. No se consume porque no ha habido la debida promoción”, comentó.
Remarcó que la anemia se reduce consumiendo todo aquello que tiene hierro. “Esta leguminosa de grano puede muy bien incorporarse en la dieta diaria o a la semana”, dijo.
Alianza con Cáritas-Lambayeque
Velásquez afirmó que como empresario está muy contento por el acercamiento con Cáritas Lambayeque, en la que través de una alianza estratégica trabajarán con comedores que están a cargo de Cáritas para medir cómo los niños que están consumiendo el frijol de palo en estos territorios van reduciendo su nivel de anemia.
“Existe un laboratorio que se ha ofrecido a medir y validar al Perú y al mundo la importancia de consumir el frijol de palo que va a tener un impacto tremendo en unos de los grandes problemas que sufre el Perú, donde de cada 2 niños uno tiene anemia”, señaló.
Indicó que la niñez procedente de las zonas rurales y campesinas, es decir las más pobres no desarrollan su potencial y esa es una de las grandes tareas que esperamos como sector privado contribuir a través de la sociedad civil, organizaciones vinculadas a Cáritas, para poder aportar una idea, una propuesta dentro de los objetivos de desarrollo sostenible hambre cero y por supuesto, contribuir porque al sembrar estás reduciendo la pobreza, generando oportunidad de trabajo, ingresos y existe un gran mundo a través de la agricultura.
“Las leguminosas de grano, los frijoles son una oportunidad para que el mundo agroexportador, el boom agroexportador llegue también con más énfasis al pequeño agricultor no solo al lambayecano sino al nacional”, aseguró.
Señaló que la iniciativa comenzará antes que concluya este mes y para en un periodo de medio año demostrar que, con un producto como el Frijol de Palo, se puede reducir la anemia “pero lo importante es mantener esa reducción, lo que significa mantener un programa regular de alimentación basada en proteínas y hierro, de eso se trata. El secreto del éxito es mantener un programa en forma constante y no solamente para niños con falta de hemoglobina sino para toda la población en general”, concluyó.
Fuente: Andina