La afectación a los productores nacionales por esta importación bordearía los 15 millones de dólares, a pesar de lo cual Indecopi descartó imponer medidas compensatorias. Conveagro presume que sería por miedo a represalias del Gobierno estadounidense. Habrían movilizaciones si no se rectifica la decisión.
(Agraria.pe) Con gran malestar se ha recibido en Conveagro la noticia de que la Comisión de Dumping, Subsidios y Eliminación de Barreras Comerciales No Arancelarias del Indecopi decidió desestimar su propia investigación de oficio iniciada en julio de 2018 para identificar presuntas subvenciones en las importaciones al Perú de maíz amarillo duro proveniente de Estados Unidos.
En virtud de esta disposición, Indecopi descartó imponer medidas compensatorias que protegieran a los productores peruanos, razón por la cual Conveagro presentó el lunes último, junto a representantes de las Juntas de Usuarios de Sectores Hidráulicos, un documento a dicha entidad -con copia a la PCM y el Minagri-, expresando su preocupación y extrañeza ya que en 2018 se habría demostrado que la importación de este producto se daba con la ayuda de nueve subsidios en programas a los productores estadounidenses por parte de su Gobierno y una afectación en el valor final del producto de 16%.
Para Clímaco Cárdenas, presidente de Conveagro, esta decisión solo se explica por el dolo y corrupción al más alto nivel. “Ellos (Indecopi) decían que no han estimado el daño en las cuentas de los productores de maíz y que no había una presentación de flujos económicos con el daño y el perjuicio. Resulta absurdo ya que queda claro también que el propio estudio del Senagro había determinado que solo el 6% de maiceros en el Perú tenían alguna pequeña organización y por ello no hubo gremio que pueda generar toda esa información económica. Entonces era de oficio que el Estado peruano y el Minagri debían haber generado el informe, pero ante ello dicen que solo van a recibir la propuesta presentada por el Gobierno americano por su Ministerio de Agricultura y los importadores”, reclama.
Para él, está demostrado que entre 2013 y 2017 el área sembrada de maíz, así como el precio y competitividad en nuestro país empiezan a verse diezmados por las importaciones. De hecho, Conveagro señala un daño de más de 15 millones de dólares a la producción de los maiceros peruanos según este informe, a pesar de lo cual no se quiere tomar medidas por miedo a represalias del Gobierno estadounidense. Cárdenas invoca por ello al Minagri y al Gobierno peruano en general a proteger al productor nacional, especialmente en este caso ya que la importación y exportación de maíz no significaría para EE.UU. ni el 3%, por lo que difícilmente podría generar algún impase comercial. “Y si no se corrige este caso de corrupción adentro de Indecopi, los productores nos organizaremos en una movilización nacional”, acota el dirigente.
Finalmente ante las declaraciones de Robert Venero, abogado de la Asociación Peruana de Avicultura, aparecidas en el diario Gestión, señalando que cualquier medida compensatoria afectaría a la industria avícola local, el presidente de Conveagro replica que se trata de “patrañas de los importadores y su afán de sembrar miedo con el cuento de que las economías van a generar inflación en el mercado peruano, lo que es falso totalmente”.
Destacó en ese sentido el caso del maíz argentino que es otro de los que ingresa en gran cantidad al Perú, y que paga impuestos, a pesar de lo cual sigue siendo competitivo. Por ello, estima, prácticas como las de EE.UU. en este caso específico están destruyendo la matriz productiva nacional, lo que se demuestra en datos concretos como que apenas queda un 24% de los sembradores de maíz, a un ritmo de pérdida de 8% de productores en menos de tres años.
“Así vamos a ir hacia una dependencia alimentaria total. Lo mismo ha pasado con el algodón, donde más del 90% proviene de otros países; la leche en 40% de otros países; el arroz también que sigue creciendo y estamos en 13%; en soya somos 100% dependientes. A estas preocupaciones nos arrastra la desregulación total del Estado y del Gobierno de no poner un alto a las importaciones subsidiadas. Lo que exigimos los gremios agrarios es que se impongan medidas de compensación a EE.UU. por el daño que ocasionó a la producción nacional durante todo el año 2017”, concluye.