(Agraria.pe) “Tiene un dulzor de 18,9 brix. Eso no es normal en una manzana. Es tan dulce como una cereza”, dice Lorena Pinto, jefa de productos de pomáceas y cerezos de ANA Chile. Describe de esta manera a un fruto de la selección intermedia 345, una de las nuevas genéticas de manzanas que están desarrollando en Chile con las que buscan llegar a mercados como China y Japón.
En un día de campo en Molina, se presentaron frutas de cuatro selecciones avanzadas, es decir, que ya están en producción en árboles, y de dos selecciones intermedias, las que por ahora solo se dan en plantas pequeñas. El encuentro fue organizado por el Programa de Mejoramiento Genético Asociativo del Manzano (PMG) del Centro de Pomáceas de la Universidad de Talca, ANA Chile y Biofrutales, donde sus asistentes pudieron probar las que por ahora se conocen como selecciones intermedias 345 y 5 junto a la selección avanzada 301.
El objetivo propuesto por este programa es desarrollar variedades que apunten en los próximos años a China y Japón. “Las empresas en este tipo de actividades, como el día de campo, nos han dicho que es necesario que desarrollemos más variedades para exportar a Asia», comenta Lorena Pinto. «Por ello, decidimos enfocarnos en estos mercados”.
El comercio de manzanas con esos mercados requiere un impulso. En 2019, antes de la crisis del Covid, las exportaciones de manzanas a China llegaron a US$ 40 millones, según cifras de Odepa. No obstante, desde entonces solo ha ido a la baja. En 2020 llegaron a US$ 14 millones, y a US$ 8 millones en 2021. En 2022 habrían cerrado en US$ 11,6 millones. Para Japón, Odepa no registra datos de exportaciones en el último período, con excepción de un envío de US$ 25.000 en 2019.
Selección de selecciones
Una de las manzanas que llamó más la atención en el día de campo fue la selección avanzada 301, la cual ya es cultivada en zonas como Molina. Esta busca reemplazar a Honeycrisp, que tiene problemas de cultivo como es el color, la susceptibilidad a Bitter-pit, y exceso de calibre. Pinto indica que la 301 se cosecha más tarde, es decir, a fines de marzo. En cambio, Honeycrisp, se cosecha a principios de febrero. «Por lo tanto, permite tener un producto en calidad similar en otra época y con mucho mejor color, que serían algunas de las ventajas», dice Pinto. «Nada garantiza que esta nueva selección no tenga Bitter, pero sí tiene un calibre más uniforme y mejor color».
No obstante, hay más optimismo en el posible desarrollo de las dos variedades intermedias presentadas: la 5 y la 345. “Podrían desarrollarse antes que las avanzadas porque van más con lo que están buscando los mercados asiáticos, como el extra dulzor y un color más rojo», dice Pinto. «Con estas, buscamos reemplazar a Fuji en cuanto a manzanas dulces». Como son selecciones intermedias, recién se hicieron plantas este año en la Zona Central para pasar a selección avanzada. Se harán ensayos con productores en mayor cantidad de plantas para que se muestren a potenciales clientes y generar la demanda en Asia.
Para desarrollar las variedades, Pinto explica que los criterios de selección de los programas genéticos se basan en lograr manzanas que tenga un alta productividad, calibre, color atractivos y sabores distintos.“No importa si es mayor o menor el dulzor. Lo importante es que tiene que ser un sabor distinto para el consumidor”, comenta.
Apoyo desde Francia
El trabajo genético que se lleva a cabo en Chile cuenta con el apoyo de la reconocida organización francesa International Fruit Obtention (IFO)-Dalival. La firma, que presentó el trabajo genético que realizan durante la Conferencia Sival 2023, cuenta con un banco genético, que desarrolla los cruzamientos y semillas de los híbridos que son plantados en Chile.
El gerente general de Biofrutales, Rodrigo Cruzat explica: «IFO es un socio estratégico, que conoce muy bien la información sobre cuáles son los parentales para obtener ciertos caracteres, rasgos o atributos. Hay ciertos atributos, que se conoce como la `heredabilidad de los rasgos`, que consiste en que hay padres o madres que tienen más tendencias a traspasar ciertos atributos a su descendencia. Un atributo deseable, por ejemplo, es el dulzor. A IFO se le dice lo que se quiere conseguir, entonces ellos te comentan sus ideas de cruzamiento. Y a cambio de ese aporte, hay un compromiso de cuándo la variedad escale comercialmente, ellos nos apoyarán en el proceso».
El camino a la exportación
Para que una variedad se pueda exportar son varias etapas que debe pasar. Una de ellas es el ingreso al registro de variedades protegidas del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG).
Lorena Pinto, jefa de producto pomáceas y cerezos de ANA Chile, indica: “Si después de la selección, hay interés para seguir con los pasos finales, se invierte para desarrollar los papeles para presentar al SAG, donde se describe la variedad. En esta etapa se ponen plantas testigos, la cuales revisa el SAG y que deben ser originales, distintivas, que no se parezcan a ninguna variedad que existe; homogéneas, que sean iguales entre ellas y que sean estables, que sus características duren. Después de ese proceso, la variedad recién se protege. Como estamos en Chile con la Upov 78 (Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales) la variedad tiene solo 18 años de protección».
Otro aspecto clave es generar la oferta en el país del destino al que se quiere exportar la manzana. «Se envía material al país para que se pruebe. China podría ser un mercado natural para que se produzca estas manzanas. La dificultad con China es que la parte de desarrollo productivo todavía nos falta por entenderla bien, dónde y cómo se produce. Además, es un país que tiene una tarea pendiente respecto a los derechos de propiedad intelectual. No es el país que tiene el mejor comportamiento en este tema”, concluye Cruzat.
Fuente: Redagricola.com
